Vive en tal torbellino el Unicaja que al final de lo que menos se habla es de baloncesto. Cambios, fichajes, salidas, dimes, diretes, crisis, culpables y decisiones que vienen a corregir decisiones anteriores integran el día a día de un club que parece no haber aprendido lecciones pretéritas. Paro la realidad ha golpeado la inacción cajista y ahora se buscan soluciones. Quizá dé tiempo para por lo menos engancharse a la única competición que le queda a Joan Plaza y su gente, la Liga Endesa. No parece que el Barça sea el mejor rival para levantar el vuelo (18:00, Palau Blaugrana). Claro que desenlaces más inesperados ha regalado este deporte.

El frenesí del calendario no da demasiado tregua al Unicaja, cuyos rectores empiezan a desperezarse para dotar de aire fresco a una plantilla que ha dado un rendimiento muy por debajo de su potencial. El partido de esta tarde parece más un incordio que una ilusión, aunque batir a un grande siempre fue buen bálsamo. En la primera vuelta el Unicaja pasó de hacer el ridículo a poner contra las cuerdas al gigante culé. La Euroliga tampoco está siendo banco de alegrías para Xavi Pascual y los suyos, por lo que el torneo doméstico queda como consuelo. Entre necesidades anda el juego, aunque en ACB el Barça se ha alzado al liderato y el Unicaja busca volver a figurar entre los ocho primeros. Urgencias distintas.

Salió Plaza a rueda de prensa a reclamar cambios. Al enésimo ruego estos comienzan a llegar. Richard Hendrix puso rumbo a Israel para firmar por el Maccabi y ni siquiera fue a Barcelona. Va el Unicaja al Palau con un juego interior mermado. El prometedor Viny Okouo viajó con el primer equipo. No fue inscrito pero se debe ir habituando a la élite. Nedovic, que se perdió el choque contra el Panathinaikos tras pegarse un buen costalazo la semana pasada, viajó pero es duda. Kuzminskas parece molestias lumbares. Ninguno se ejercitó ayer. Romaric, del Clínicas, se une hoy a la expedición.

Tras caer ante el Khimki, buscarán los azulgranas reencontrar el orgullo perdido con las ya conocidas bajas de Shane Lawal y Álex Abrines, dos ausencias que en Barcelona no toman como excusas: cada día Pascual está más cuestionado como técnico culé.

El Unicaja no guarda buen recuerdo de sus enfrentamientos contra el Barça de Pascual: desde que asumió el banquillo azulgrana en el año 2008, el preparador catalán sólo ha perdido en dos de las 16 visitas de los malagueños.

Desde un punto de vista más global, el Unicaja se ha enfrentado en 54 ocasiones al Barcelona en el Palau Blaugrana: 11 triunfos y 43 derrotas. La última vez que ganó en la Ciudad Condal fue el 8 de diciembre de 2013 por 67-74.