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Un rey defiende corona

  • El club de Los Guindos regresa a la Eurocup, una competición de grato recuerdo para el imaginario cajista

  • El torneo ha elevado el nivel, con conjuntos de pasado reciente en Euroliga

Mañana vuelve a sonar la Eurocup en Málaga. El Unicaja regresa al segundo escalón continental para coger impulso. Será la segunda participación del club de Los Guindos en una competición de grato recuerdo para el imaginario verde. De los cuatro títulos que lucen en sus vitrinas, el más reciente parte del camino que ahora se empieza.

Bajar la cuesta desde la Euroliga también implica un cambio de chip, pero también de estatus. El equipo de Casimiro parte en el vagón delantero, con alta probabilidad de bañarse en confeti en mayo. Una presión con la que habrá que convivir en el día a día. La alteración en la mentalidad también parece importante a la hora de competir. En la Eurocup no vale lo mismo un encuentro en noviembre que en marzo. La hija de la Euroliga aún aguanta con el viejo formato, que hace varias cribas antes de luchar por la corona.

La competición comienza con una fase de grupos compuesta por seis equipos. Cuatro de ellos acceden a la siguiente fase para disputar un Top 16 donde la selección da un paso más. Sobrevivirán ocho equipos que ya jugarán hasta la final en eliminatorias al mejor de tres encuentros. Un torneo para supervivientes donde se antoja importante saber dosificar de forma óptima los esfuerzos, más en el caso del Unicaja, que la alterna con la Liga Endesa.

Fue bonito volver a codearse con lo más granado de Europa, pero el mal final de curso hizo que un verano después el conjunto malagueño cogiese el trayecto inverso. Ahora es momento de bajar al fango para intentar retornar lo antes posible. La Euroliga crece cada año y el cuadro cajista no puede descabalgarse de un tren singular. Un billete que condiciona al club a todos los niveles, tanto deportivo como económico. La brecha se va abriendo y debe ser una prioridad volver a pelear con la élite.

El camino más corto está en la ACB. La tarea es simple y archiconocida. Ser el primer rival sin licencia A en la tabla de la liga nacional. En caso de caer en el mismo peldaño, tocará mirar a la fase regular, la cual es clave no descuidar. El otro ya se recorrió en 2017 e implica ganar el título, una hazaña de tamaña dificultad.

Los partidos del Unicaja se podrán ver en abierto por Teledeporte. Una decisión anunciada días antes de que arranque la competición, pero que es una buena noticia para el aficionado verde, que disfrutará de una pequeña porción de su equipo en abierto. Habrá solo un encuentro que se solape con el del Valencia Básket, el otro conjunto que retransmitirá el canal temático de RTVE, aunque se juega en el Carpena, por lo que no debe ser un problema mayor. El horario de juego en el Carpena será a las 20:45 horas, distribuido entre martes y miércoles de cada semana, en una fase de grupos que abarca desde octubre hasta diciembre.

Otro asunto de relevancia es la cuantía de los premios con los que dota la Euroliga cada triunfo y el hecho de escalar en el cuadro. El descenso de nivel también lo es a nivel económico. El título de 2017 supuso en términos financieros 310.000 euros para las arcas malagueñas. Solo por jugar la primera competición europea el año anterior fueron 200.000, lo que da alcance de las diferencias. El torneo paga la victoria en la primera ronda a 20.000 euros, en orden ascendente conforme se avance. 50.000 en el Top 16, 90.000 en cuartos de final y 150.000 en semifinales. El subcampeonato estará premiado con 275.000 euros y el título con 450.000. Cantidades no muy suculentas, incluso inferiores a las que otorga la FIBA Basketball Champions League, pero que permiten hacer un botín reseñable. También es de recibo destacar que los gastos a nivel de entidad es bastante menor a este nivel. La plantilla es menos amplia, se vuelve a la estructura de 12 jugadores, así como se reduce el nivel de vuelos chárter, que implican un esfuerzo monetario importante para los clubes.

La sensación colectiva es que la competición ha elevado el listón. De un vistazo a vuela pluma ya se puede observar que más de un tercio de los participantes han estado en el primer nivel continental en la etapa reciente. De hecho, tres de ellos -Unicaja. Valencia Básket y Estrella Roja- compusieron el mapa Euroliga en la temporada pasada. Todo pese a que hubo alguna fuga a la competición auspiciada por la FIBA como la del Brose Bamberg, un clásico europeo. Un mapa conformado por 11 países, lo que aporta mucha variedad ya que está distribuido de forma igualitaria. Dominan Francia, Turquía, Italia, España, Rusia y Alemania con tres representantes por cada país. Por los galos están el AS Mónaco, el Limoges y el Asvel Villeurbanne; por los otomanos el Galatasaray, el Tofas Bursa y el Turk Telekom; por los transalpinos el Brescia, el Dolomiti Energia Trento y el Fiat Turín; por los germanos el Ratiopharm Ulm, el Alba de Berlín y el Fraport Skyliners; por los rusos el Lokomotiv Kuban, el Zenit de San Petersburgo y el Unics Kazan; y por los españoles, malagueños, valencianos y el Morabanc Andorra. Serbia tendrá al Estrella Roja y al Partizán; Polonia, al Arka Gdynia; Croacia, al Cedevita Zagreb; Montenegro, al Mornar Bar; y Lituania al Vilnius Rytas.

Con las plantillas ya cerradas salvo imprevisto, emergen un elenco de favoritos sugerente. Un grupo de plantillas reforzadas con potencial Euroliga en algunos casos. El Estrella Roja conserva su núcleo de jugadores serbios, muy competitivos, además de incorporar veteranía con Perperoglou y Joe Ragland y el talento al poste de Maik Zirbes, que exhibió su mejor versión en Belgrado. El Galatasaray dispone de una nómina de estadounidenses que le hace temible y que da evidencia de su apuesta. Sobresaliente Zach Auguste, un jugador con condiciones, pero que necesita encauzarse. Una mezcla complicada, pero con un techo elevado. El Lokomotiv Kuban parece uno de los claros aspirantes a hacerse con el entorchado. McLean, Fridzon, Dorell Wright o Ponitka son algunos de los fichajes de un Sasa Obradovic que sigue el frente con jugadores nacionales valiosos como Khostov o Kulagin. El Unics Kazan también aprovechó el verano. Renovó al ex madridista Ndour y adquirió piezas codiciadas como Henry o McCollum, en la agenda de Carlos Jiménez varios estíos. Un equipo físico donde amplió también su vínculo el ex verde Jamar Smith, que intentará paliar la marcha de su faro, Quino Colom. El terceto ruso lo completa el Zenit. Los de Karasev repatriaron a Europa a un talento descomunal como Brandon Jennings, con una dilatada carrera en la NBA. Una estrella rodeada de gregarios de probada calidad buscando volver a resurgir a este lado del Atlántico. Cierran este conjunto el Unicaja y el Valencia Básket, que añadieron jugadores para dar el salto a su apuesta por el bloque del pasado reciente.

También habrá muchas caras conocidas en esta Eurocup. En las filas del Asvel estarán ex cajistas como DeMarcus Nelson o Livio Jean-Charles, además de Mantas Kalnietis o Miro Bilan, viejo anhelo verde. En el Turk Telekom estará Vlado Stimac, que compartirá vestuario con uno de los mejores jugadores de la anterior ACB, Landesberg. Al mando del Fiat Turín lucirá el mítico Larry Brown, una eminencia en Estados Unidos, que en la cancha dispondrá de un veterano curtido en cientos de batallas como Carlos Delfino. ADN español tiene el Cedevita, con Sito Alonso en la cabina. Se llevó a Zagreb a un producto de Los Guindos como Augusto Lima y a Pablo Aguilar. Por último, el cuadro de la Costa del Sol se reencontrará con Aíto García Reneses, que cumple su segundo año en Berlín.

Una Eurocup competitiva que va a exigir un alto nivel baloncestístico. El premio es suculento, que colmaría los anhelos. La primera piedra se pone el Vilnius.

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