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Una tarde divertida

  • El Unicaja juguetea con el Betis en un derbi andaluz en el que mostró mucha superioridad

  • Nedovic (22 puntos y cuatro asistencias) da espectáculo y McCallum recupera protagonismo

McCallum ataca el aro del Betis.

McCallum ataca el aro del Betis. / reportaje gráfico: marilú báez

Los dos primeros rivales que han pasado por el Carpena dan motivos a los que piensan que sobran equipos en la Liga Endesa. Está bien el Unicaja, tiene mucho nivel el plantel de Joan Plaza, pero antes del minuto 25 ya ganaba por más de 20 puntos al Burgos y al Betis, rival ayer. Llegaba necesitado el equipo sevillano a un derbi desigual y se marcha con un 0-4 inquientante. Realmente, en esta clase de partidos, el Unicaja es su principal rival. Si hace la aproximación correcta, juega con la mentalización adecuada y con la intensidad requerida, ganará ante rivales de zona media-baja.

99-71 fue el resultado. Soluade falló un tiro libre a falta de cuatro décimas para llegar a las siempre simbólicas tres cifras. En eso se convirtió el tramo final del partido, en una fiesta en la que el Unicaja divirtió y se divirtió. Promete emociones fuertes esta temporada el equipo malagueño, aunque habrá más datos la semana que viene para constatar en qué situación se encuentra. Jugar en menos de 48 horas ante Olympiacos y Madrid será un test tremendo. Y después vendrán en cinco días Bamberg, Valencia y Estudiantes... Por ello, no hay que acostumbrarse a tardes plácidas como la de ayer, si bien se agradecen. Estéticamente fue un partido con canastas de calidad, con un Nedovic extraordinario. Metió 22 puntos y se le contabilizaron cuatro asistencias, en directo parecieron algunas más. Quería un partido así. El jueves, pese a la victoria, se había ido con un punto de frustración personal por haber fallado dos canastas que podían haber sentenciado al Fenerbahce antes. "Aún no estoy cómodo", decía. Ayer sí lo estuvo y alimentó a McCallum para que su socio coja confianza.

La victoria se edificó desde el inicio del duelo. 10-0 de salida, con canasta de Augustine, mate tras robo de Nedovic y sendos triples de Díez, en sus primeros minutos ligueros, y Brooks. El inmediato tiempo muerto de Alejandro Martínez despertó a un Betis que parece tener cierto talento pero que muestra falta de conjunción aún. Sucede que la situación puede devorarle. Recortó el Betis (15-13 tras triple del ex cajista Saúl Blanco) cuando un espléndido Alberto en defensa se sentó, pero el Unicaja estiró la cuerda con buenos minutos de Salin, dos triples y alguna asistencia, y con las primeras actuaciones de un Carlos Suárez que completó un primer tiempo excelente, dando lustro con números a su habitual buen hacer.

Con 28-17 se llegó al final del primer cuarto. McCallum, más orientado en hacer jugar que en tomar él iniciativas hacia el aro, se entendía bien con Suárez para aprovechar la capacidad de pase del madrileño. Un triple del base marcaba la máxima renta (42-27) antes de que Alfonso Sánchez reactivase a su equipo. El malagueño robó un par de balones, propició una antideportiva, metió un triple... Le dio actividad a un equipo sin demasiado ardor y bajó la renta a 10 puntos (42-32). Nedovic y Suárez mantenían la distancia al descanso (46-32).

Salió otra vez del vestuario el Unicaja muy hambriento y en apenas dos minutos colocó un parcial de 8-0, con triples de Alberto y Waczynski y una canasta de Shermadini, que tenía un partido propicio para coger confianza y hacer números. Las faltas le mermaron minutos. Se disparó el Unicaja (54-32), pero sucedió como en el primer tiempo, que el Betis reaccionó de la mano de Josep Franch, base que prometía una barbaridad pero que no concretó, al menos aún. El parcial de 0-9 fue cortado por un triple de Waczynski.

Y ya se acabó el partido ahí competitivamente. El Unicaja empezó a divertirse. Nedovic y McCallum empezaron a hacer diabluras. Uno asistía y el otro metía y viceversa. Y el Carpena vibraba con la calidad de su equipo. Ya desinhibido, ofreció espectáculo a los más de 7.000 fieles que acudieron al Carpena. Hay que disfrutar de Nedovic, que dedicó a meter canastas de todos los colores y pases de todos los sabores. El mate de Viny en un rebote de ataque fue celebrado por la afición y el banquillo con efusividad. Terminó el partido con una rotunda exhibición de Nedovic, despedido con honores. Con minutos para los meritorios, Okouo y Soluade, y con la sensación de que este año se va a disfrutar mucho en el Carpena. Vienen curvas tras someter fácilmente al Betis.

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