ESTRELLA ROJA-unicaja

Las últimas rendijas

  • El Unicaja afronta ante un convulso Estrella Roja otro partido decisivo para sus aspiraciones europeas.

  • Aguardan la estruendosa Sala Pionir y la amenaza de perder el tren del 'Top' 8.

Alberto Díaz lanza un tiro libre, contra el Efes, ante las miradas de James Augustine y Milosavljevic.

Alberto Díaz lanza un tiro libre, contra el Efes, ante las miradas de James Augustine y Milosavljevic. / JAVIER ALBIÑANA

Cuando se habla de finales en el deporte no sólo se habla de aquellos partidos donde aspiras a ganar un título. Va más allá. Es esa expresión manida para dar trascendencia extra a momentos y que por Los Guindos se repite últimamente a diario. Ahora, más que nunca. Con marzo entra el Unicaja en la fase más trascendental de la temporada, se mete en un esprint que lo va a llevar a decidir el todo o nada, sobre todo en Euroliga. Y es que de aquí a un mes el equipo de Joan Plaza sabrá si sigue vivo o muerto, y de lo que hoy suceda en el Aleksandar Nikolic Hall -conocido comúnmente como la Sala Pionir- contra el Estrella Roja (19:00) pasa mucho de ello. Alargar la ilusión o cortarla de raíz, nada menos.

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El calendario europeo que resta al Unicaja en estas próximas semanas es de órdago. Quedan rivales directos y unos cuantos cocos con los que habrá que poner el 200% si se desea estar en un Top 8 que en este momento se pone a dos victorias que marca el Maccabi (balance de 12-11 por el 10-13 cajista), al que ya recortó una con un muy buen partido hace ya ocho días; los que ha tenido para cargar pilas y mentalizarse de lo que está por venir.

CSKA, Panathinaikos, Barcelona Lassa, Brose Bamberg, Olympiacos y Fenerbahçe. Seis partidos que no dicen nada si hoy no se saca petróleo de Belgrado, donde el equipo viajaba ayer por la tarde para poder trabajar esta mañana en un escenario que no se parecerá en nada a lo que se encuentre horas después.

Son pocos los jugadores del Unicaja que hoy se estrenarán en la Sala Pionir. McCallum, Waczynski, Brooks, y Salin vivirán en sus propias carnes un pabellón con capacidad para 8.000 espectadores que una hora antes ya luce 1.000 aficionados a salto limpio. Y Joan Plaza lamentaba en rueda de prensa no haber podido utilizar el Martí Carpena para hacer un ensayo general de lo que se encontrará el equipo, como ya hiciese en la última visita, en enero de 2016. Entonces el equipo se centró en ensayar cómo anticipar y exagerar sus gestos para que los jugadores supieran en todo momento qué hacer sin poder escuchar ni al técnico ni a sí mismos. "Nos hubiera gustado entrenar como hace años con el ruido del Pionir, pero entrenando en Los Guindos habría sido un caos", explicaba el catalán. No hubo por tanto ensayo general, pero cualquier advertencia o exageración tiene su porqué.

Sin probablemente Nedovic y con la duda de Shermadini, el Unicaja se mide a un Estrella Roja que de paso es rival directo pese a lo inestable de su día a día. La Euroliga sancionó hace unas semanas al club con 15.000 euros por retrasos en los pagos a varios de sus jugadores, a los que adeuda en algunos casos unos 450.000 euros. Algunos siguen, como Bjelica o Dangubic. Otros decidieron partir, como Ryan Thompson, Marko Simonovic, Nate Wolters, Charles Jenkins y el técnico hasta este verano, Dejan Radonjic, artífice desde el banquillo de una de las etapas más exitosas del equipo de Belgrado con tres Ligas serbias, tres Ligas adriáticas y tres Copas de Serbia.

De paso, también se comenta por Serbia la mala relación de Dusal Alimpijevic, el hoy preparador, con parte de su plantilla; entre ellos el capitán Branko Lazic. Y aun así el Estrella Roja, pese a tener muy limitadas opciones con solo una derrota más que el Unicaja de pasar al play off -señal de la importancia del partido-, compite bien en sus competiciones domésticas y puede decir que su campaña está siendo digna. Por eso no se puede tomar la convulsa situación extradeportiva de los serbios como una muestra de debilidad, menos en su cancha, donde poco o nada tendrá que ver el partido que se vea con el de la ida en el Carpena, donde el Unicaja se impuso con un plácido 79-65.

Lo de hoy es un choque de necesidades y también de orgullos. Por superarse a sí mismos ambos contendientes. El Unicaja viene lanzado tras esa buena actuación con el Maccabi y anda con el colmillo afilado para hincarle el diente a ese Estrella Roja donde echó los suyos Nedovic. Es otra final, como se dice, y como serán las que vengan, pero sin sacar adelante la de hoy poco más habrá que hablar. Es un mes, tiene más de esprint que de carrera de fondo y el equipo de Plaza no se puede permitir dosificar; son las últimas rendijas para colarse en el play off.

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