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Alfaranate salva a su patrona

Alfaranate salva a su patrona

Alfaranate salva a su patrona

Desde muy temprano, Alfarnate vivía su Fiesta de Moros y Cristianos. Por la calle aparecían las primeras chilabas, pantalones bombachos, velos, capuchas y borlas. Al otro lado, los bandos de cristianos cuyos caballeros portaban los jubones, armaduras y la damas trajes largos. Más de 400 vecinos y visitantes se adentraban en esta fiesta medieval vistiéndose con las típicas ropas que lucían sus antepasados durante la Reconquista del Reino de Granada por las tropas de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, y la posterior expulsión de los moriscos. A las 12:00 desde el patio de la casa del Victoriano Frías - la persona que recuperó la tradición en la década de los 70 - salían los primeros disparos de trabuco. Ya a las 18:00, comenzaría la representación de La Embajada, una recreación del rapto de la patrona. Nuestra Señora de Monsalud, por los moros y su rescate por los cristianos.

En la Haza del Cura, todos esperaban la entrada mora. Su misión no era otra que llevarse a la Virgen de la ermita. Allí les esperaban los cristianos que con arcabuces y trabucos tratarían de defenderla. Este año, los actores principales estrenaron sus ropajes. Éstos fueron diseñados por una vecina del pueblo. La costura también corrió de su parte junto a otras mujeres del pueblo. En el momento del encuentro es cuando se produjo el diálogo entre ambos grupos denominado Las Relaciones. Por el vocabulario que emplean parece que es un texto del siglo XVIII transcrito por el archivero Francisco Bejarano Robles publicada en 1919.

Primero fueron los moros quienes tras raptar a la patrona Nuestra Señora de Monsalud, la pasearon por las calles del pueblo. Luego serían los cristianos quienes consiguieron "salvarla". La fiesta, declarada de Sigularidad Turística Provincial, duró alrededor de 45 minutos -está desarrollada en tres actos - y en ella también pudieron participar los vecinos y visitantes que se ataviaron a la usanza de la época.

Según fuentes documentales, esta Fiesta de Moros y Cristianos se desarrollaba también en otros municipios de la provincia como Benamocarra o Benadalid, sin embargo, estas mismas fuentes aseguran que fue en Alfarnate donde adquirían mayor protagonismo. Dejó de representarse con el inicio de la Guerra Civil y no fue hasta la década de los 70 cuando el abogado Victoriano Frías la recuperó.

La recreación de este episodio histórico coincide con la celebración de las Fiestas dedicadas a Nuestra Señora de Monsalud Coronada, cuya festividad es mañana. Entonces, la patrona de Alfarnate volverá a recorrer las calles del pueblo pero ya sin que existan dos bandos en conflicto.

"En septiembre es cuando tiene lugar nuestra fiesta grande. Son días en los que muchos alfarnateños que han tenido que salir del pueblo para trabajar, se encuentran. Todos se implican para que tanto vecinos como visitantes disfruten de nuestras tradiciones y de las actividades que proponemos durate estos días", comentó el alcalde, Salvador Urdiales. La peculiaridad de esta fiesta que cada año atrae a más curiosos ha llevado al equipo de gobierno de Alfarnate a buscar más documentación e investigar sobre ella para poder elevar su reconocimiento con fiesta de interés turístico.

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