Entre bambalinas

Cuando la Cuaresma no era barroca

  • Cada vez son más los actos que jalonan estas fechas haciendo imposible el calendario

Nazarenos de la Virgen de Gracia.

Nazarenos de la Virgen de Gracia. / J. L. P.

Desde que uno comienza a tener claro el concepto de Cuaresma –sus colores, liturgia, tiempo, significado…- escucha un mantra sobre este tiempo previo a la Semana Santa: es momento de oración, interioridad, ausencia de exornos y renuncia en modo penitencial. Sin embargo, cada vez son más los actos que jalonan estas fechas haciendo imposible el calendario. Todo deben ser actos de alta alcurnia y bajo pensamiento. Además, ahora con los besamanos cuestionados o anulados, la oferta se banaliza un poco más.

Horarios e itinerarios

Tras la experiencia piloto de 2019, la Semana Santa venidera trae los primeros ajustes en horarios e itinerarios. Decir que éstos pueden ser definitivos cuando ni siquiera se completaron el Miércoles y el Jueves Santo en el último abril es de ser demasiado atrevidos. El Domingo de Ramos vuelve a partir la jornada en dos horarios, mientras el resto de días se mantienen con pocas sorpresas en el orden de paso por el recorrido oficial, salvo el de la Estrella, que se traslada a la tercera posición del Martes Santo. Nueva Esperanza, Santa Cruz o Esperanza variarán significativamente sus recorridos. Habrá que estar atentos para poder ver las procesiones en lugares hasta ahora poco conocidos.

 

Carteles

Les invito a hacer una reflexión profunda. Entre hermandades agrupadas y de vísperas –o de Cuaresma- suman más de 50 obras. Además del oficial de la Agrupación de Cofradías, los de peñas, exaltaciones, tertulias y asociaciones. Los de traslados y los de juventud. Los de submarinos y mantos. ¿100 carteles para una semana? Faltan escaparates y paredes en las casas hermandad, además de tiempo entre artistas –pintores y fotógrafos- para que todo salga bien y a tiempo. Sin embargo, frente a este exceso, a veces falta información útil como fechas y horarios. Los esfuerzos, a veces, hay que saber redistribuirlos.

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