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El Obispado de Málaga justifica la canonización masiva de mártires

  • La Diócesis señala que las 214 personas dieron su vida en la "persecución religiosa del siglo XX"

El Obispado de Málaga abrirá mañana la causa de canonización de 214 personas, entre religiosos y seglares, que murieron asesinadas durante el desarrollo de la Guerra Civil por "dar su vida en la persecución religiosa del siglo XX". "Ninguno de ellos renegó de su fe antes de morir, pero sobre todo fueron modelo de imitación como cristianos", justificó el párroco de Alfarnate y postulador de la Causa, Antonio Jesús Jiménez. El sacerdote indicó que sólo se tienen en cuenta para esta solicitud a asesinados por odio a la fe cristiana. Al acto del próximo sábado acudirán más de 650 familiares de todas las personas a las que se abre la causa.

El prelado diocesano será el encargado de constituir el tribunal para trabajar por el proceso antes de realizar una eucaristía de acción de gracias por esta iniciativa en el interior de la Catedral de Málaga.

Los 214 mártires que la Diócesis elevará a Roma una vez que termine el proceso en la ciudad murieron entre 1935 y 1938, si bien la mayoría fueron asesinados en 1936, dejando uno de los mayores balances de víctimas católicas durante la Guerra Civil en todo el territorio nacional, junto a Toledo y Barbastro, según indican desde el Obispado. En esas fechas, el 67 por ciento del clero malagueño y el 75 por ciento de los religiosos murieron por causa de su fe.

El director del Departamento para la Causa de los Santos, Antonio Eloy Madueño, destacó que con esta medida "se valoran a las personas que fueron un ejemplo de vida total, eran personas comprometidas y no sólo se debe considerar su muerte". Con la medida, propuesta en el año 2000 por el papa Juan Pablo II, se busca "pasar página, perdonar y seguir adelante", según indicaron los responsables diocesanos durante la presentación.

La causa de canonización se ha subdividido a su vez en otras tres: la de Moisés Díaz-Caneja, vicario General de la Diócesis, y otras 87 personas; la de Leopoldo González, párroco y arcipreste de Ronda, junto a 67 mártires; y la de Manuel de Hoyos, párroco de Alhaurín el Grande y otros 58 asesinados. Esta medida se asume para agilizar el estudio de la causa de cara a su posterior estudio en Roma.

La investigación se inició gracias a la labor del sacerdote Pedro Sánchez Trujillo, quien en 2006 recibió el encargo del entonces obispo de la Diócesis, Antonio Dorado Soto, si bien los primeros testimonios se tomaron una vez finalizada la Guerra Civil y se contrastan con los documentos históricos que la comisión posee tras una amplia investigación.

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