solidaridad

Voluntario en prestar su experiencia

  • Manuel Calvo, que trabajó desde los 17 años en la banca, no quiso que su jubilación fuese un punto y final

  • Sigue brindando sus conocimientos a emprendedores y su ayuda al que la necesite

Después de estar toda la vida haciendo números hubiera sido más cómodo, quizás, enfrentar la jubilación alejado de los quehaceres que le mantuvieron activo desde los 17 años. Pero Manuel Calvo pensó menos en sí mismo y más en los demás y consideró que sería bueno seguir prestando su experiencia, esta vez de forma altruista. Desde hace 14 meses es voluntario de la Fundación La Caixa en el programa Incorpora de autoempleo. En la sede de la ONG Arrabal AID dedica cinco horas y media a la semana a brindar consejos financieros junto a la técnica de autoempleo Sonia González Pachón. También realiza talleres para educar en el gasto y es mentor de menores en riesgo de exclusión social gracias al programa Citywise. Además de esto, es miembro de la directiva de la asociación de voluntarios de La Caixa. No faltan actividades en su agenda dedicadas a mejorar la vida de los otros, de aquellos que están más solos, de los que necesitan más asistencia, ancianos, personas con diversidad funcional o desfavorecidos.

"Tengo tiempo libre y experiencia, aporto los conocimientos de haber trabajado en banca tanto tiempo y me gusta echar una mano al que lo necesita", explica Manuel Calvo. También brinda, dice, acompañamiento. "Aunque estén muy bien cuidados, a veces les falta un toque de alegría y ese es el que procuramos darle nosotros ", agrega. Y también, por qué no, inocularles una inyección de autoestima y "sacarlos en ocasiones de un ambiente nocivo". Para este voluntario es muy importante trabajar con ellos la empleabilidad y la inserción laboral e, igualmente, enseñar a gastar bien a aquellas personas con ingresos reducidos.

En el programa Incorpora, Manuel escucha ideas, plantea dudas y resuelve problemas cada martes desde las 9:00 a las 14:30. "Aquí llega un emprendedor, nos plantea su negocio, lo que quiere hacer y cómo y nosotros le proponemos una autovaloración para ver en qué faceta es más brillante y en cuál necesita más ayuda", relata Manuel y subraya que es importante analizar la viabilidad de la empresa, estudiar el mercado, saber de posibles clientes, de proveedores y de números, de gastos e ingresos. Como ha sido el caso de Mónica Concellón que el 15 de abril lanza un portal web de salud y bienestar con terapias y coaching on line. "La verdad es que aquí te ayudan mucho porque te hacen validar tu idea", comenta Mónica, usuaria del programa que gestiona Arrabal AID. "Aporto mi grano de arena, lo que he aprendido como director de banco desde los 25 años", señala este voluntario.

Sonia González Pachón considera que "no todo el mundo tolera el riesgo, la incertidumbre es clave en el emprendimiento y eso no es fácil para el ser humano". Por eso, como agrega Manuel, "aquí valoramos tanto el emprendimiento como el que desista de él, que no ponga alma, corazón y vida en un negocio que le podría arruinar". A veces, añade la técnico, "solo es necesario aparcar esa idea o hacer modificaciones". Una vez que los expertos dan luz verde, "vuelven y terminamos de pulir el proyecto, reorientamos la financiación y le ponemos los pies en la tierra", explican. Con los usuarios traban una relación que nunca acaba. Les siguen ofreciendo cursos, les informan de subvenciones y actúan de mentores en la presentación del negocio.

Pero aquí no acaba el voluntariado de Manuel Calvo. Con entidades como Naim y Málaga Acoge ofrece talleres de educación financiera. "Muchas veces la gente no sabe negociar con los bancos y ahí entramos nosotros, para detectar lo que les hace falta e indicarles que más importante aún que el cuánto es el cuándo pedir el préstamo, hay que tener una buena previsión financiera", subraya el voluntario para el que "poner nuestras manos, nuestro trabajo" sigue siendo en su jubilación una labor esencial.

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