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El legado sacro de Buiza

El legado sacro de Buiza

El legado sacro de Buiza

Todo comienza y acaba en la Virgen de la Trinidad. Desde la llegada a Ars Málaga Palacio Episcopal hasta la capilla de la sede diocesana, el cincuenta aniversario de la bendición de la Dolorosa de la cofradía del Cautivo impregna la exposición Buiza. Maestro escultor dedicada al imaginero hispalense que, desde hoy y hasta el 16 de septiembre, podrá visitarse en el espacio expositivo.

Dividida en seis espacios, la muestra hace un recorrido por la producción escultórica de Francisco Buiza Fernández con medio centenar de obras, de las que una gran mayoría son piezas de imaginería del autor, además de efectos personales que podían encontrarse en su taller de calle Viriato. La primera de las salas aúna diversas obras entre barros, modelos sacados de punto y herramientas, así como un busto del autor realizado por Juan Manuel Miñarro. Sobresale, igualmente, la testa del Cristo de la Humildad que sirvió como modelo para su obra póstuma.

Su primera etapa coincide con el segundo espacio, donde se materializan obras que datan de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo. El proceso formativo de Buiza pasa por el taller de Sebastián Santos, donde permanece hasta 1952, a pesar de haber hecho sus primeras obras con sólo 12 años. Entre ellas destaca una Inmaculada Concepción de la parroquia de San Benito de Sevilla que sigue las líneas de su maestro y muestra a un autor aún lejos de sus rasgos más característicos. A ella le acompañan varios ángeles de la corporación hispalense de Santa Genoveva o una Divina Pastora de 1956 donde se muestran las técnicas de estofado que, según el profesor Juan Manuel Miñarro, sabría reproducir de memoria los dibujos sin usar plantillas para su ejecución.

Llegados a la década de los 60, Buiza deja atrás los postulados de Sebastián Santos y sigue las líneas de autores barrocos como Martínez Montañés o Juan de Mesa, a los que admiraba. De estos años son los evangelistas de la hermandad de San Benito o el Cristo de la Victoria que se venera en el interior del Santuario de la Patrona. Ya por aquellos años, el imaginero comenzó a crear Niños de Dios y querubines con los rasgos físicos propios de su producción. Los setenta serían una época de madurez y mayor dureza en los rasgos, como se puede apreciar en tallas como la del Crucificado de la parroquia de San Andrés de Torre del Mar o, ya en la capilla del Palacio, en el Cristo de la Agonía.

El repentino fallecimiento de Francisco Buiza en 1983 frenó su producción que, en aquella década, alcanzo su esplendor. De esta época proceden tallas como el evangelista San Marcos de la archicofradía de la Palma Coronada de Cádiz, un Yacente de pequeño tamaño perteneciente a una colección particular o el Tránsito de San Juan de Dios, ubicado en la Casa Museo de los Pisa. Finalmente, la visita culmina en la capilla del Palacio Episcopal, presidida por la Virgen de la Trinidad, obra que permaneció en su taller entre 1963 y 1968, año en el que fue adquirida y bendecida por la cofradía del Cautivo. Junto a ella se encuentra el Cristo de la Agonía, de la hermandad malagueña de las Penas, en el centro de la sala.

Durante la presentación de la exposición, el imaginero y doctor en Historia del Arte, Juan Manuel Miñarro, destacó que "el magisterio de Buiza es el magisterio del oficio. Sus enseñanzas no se olvidan nunca", ubicando parte del aprendizaje de su maestro más en el autodidactismo que en la asimilación de conocimientos. Por su parte, el hermano mayor de la cofradía del Cautivo, Ignacio Castillo, explicó que la intención de la muestra no era otra más que "no olvidar al imaginero que nos legó la imagen que veneramos. Buiza es el principal e indiscutible referente de la imaginería religiosa en la segunda mitad del siglo XX".

La muestra sobre el imaginero sevillano permanecerá abierta en el Palacio Episcopal hasta el 16 de septiembre, de lunes a sábado de 10:30 a 21:00 y los domingos de 10:00 a 18:30. El precio general de la entrada es de cinco euros y la exposición será gratuita hoy y el día de cierre. Los devotos del Cristo de la Agonía y la Virgen de la Trinidad podrán acudir de lunes a jueves sin pagar entrada de 10:30 a 11:30.

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