25-M: primer asalto en el ring andaluz
El resto del tintero
Las elecciones europeas no son extrapolables, pero suponen la primera prueba real ante las urnas para los líderes en liza, del PSOE y el PP, Susana Díaz y Juan Manuel Moreno
SI las elecciones europeas ya son extrañas de por sí, las del próximo 25 de mayo entran en la esfera de las rarezas políticas. El PP comenzó ayer su campaña en Málaga sin saber quién será su candidato. El ministro Miguel Arias animó a la participación de los andaluces, pero su presidente, Mariano Rajoy, todavía no ha decidido si el cabeza de cartel será el ministro jerezano, Esteban González Pons o María del Mar Blanco. Rajoy, que atraviesa un duro momento familiar a raíz de la muerte de uno de sus hermanos, ha agotado los plazos: la semana próxima debe resolver, por imperativo legal, cuál será la composición de su propuesta al Parlamento Europeo. Y, en el ala izquierda, está la socialista Elena Valenciano, que lleva ya cerca de un mes dando puñetazos al aire porque carece de contrincante.
Ya desde pequeños nos enseñaron que no se deben sumar las peras y las manzanas, por lo que sería una equivocación extrapolar el resultado de estas elecciones europeas en número de escaños a las próximas autonómicas andaluzas. Es cierto, pero el 25 de mayo será la primera vez que los dos líderes del PSOE y PP se enfrentan en sus nuevos cargos a un veredicto de las urnas. Susana Díaz lleva seis meses en la Presidencia de la Junta y Juan Manuel Moreno, uno al frente del PP. Aún no ha compuesto su puzle -le falta saber si Javier Arenas irá a Madrid en un probable cambio ministerial-, pero su partido se va a someter en Andalucía a un revelador examen. Como Susana Díaz y el PSOE.
A saber: los populares han ganado las tres últimas elecciones en Andalucía -municipales de 2010, generales de 2011 y autonómicas de 2012- y todas las encuestas otorgan ahora una victoria a los socialistas en unas futuras autonómicas. El resultado de las europeas aportarán al olfato político mejores datos sobre el estado de la opinión pública andaluza. Tanto el sondeo del Barómetro Joly del pasado 28 de Febrero, como el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía, de la Universidad de Granada, dan una victoria al PSOE en las autonómicas con una horquilla de cinco a seis puntos de diferencia, aunque ambos partidos bajarían de apoyos respecto a las pasadas elecciones. Es decir, el debilitamiento del bipartidismo estaría afectando en Andalucía más al PP que al PSOE, ése sería el efecto Susana: no un salto cualitativo, sino una victoria relativa frente a su contrincante. Un ex presidente andaluz sostiene -y creo que es una observación sabia- que el efecto Susana no arrancará mientras el PSOE no solucione sus problemas en Madrid y defina, claramente, cuál es su liderazgo. La presidenta Susana Díaz está mejor valorada que sus siglas, no hay duda.
Pero en cierto modo, la socialista está casi obligada a ganar las elecciones del 25 de mayo. Ya, es verdad, no es ella quien se presenta ese día, sino su partido y Elena Valenciano, pero la expectativas en políticas son tan importantes como el resultado final.
A lo largo de estos seis meses, Susana Díaz ha conseguido varios hitos: transformar, en un giro de 180 grados, la percepción que había de ella, casi una metamorfosis, de oruga a mariposa; alcanzar un grado de conocimiento de más del 80%; demostrar que se puede gobernar cogida de un brazo de Diego Valderas, su socio de IU, y del otro, de Emilio Botín y el resto de señores del Íbex, y entrar por la puerta grande en los salones donde se cuece la política de Estado. Mucho si consideramos que es medio año, aunque le falta lo básico: disminuir las cifras de desempleo.
Una persona muy cercana a ella explicó a este periódico que es una auténtica obsesión que llega casi hasta quitarle el sueño. La presidenta, que va a las Urgencias del hospital Virgen del Rocío como una ciudadana más, también tiene a varios parientes que o están en el paro o ha emigrado. Sabe qué hay detrás de esa tasa del 36% de paro hasta el punto de que alguna vez ha comentado: "Hay que bajar esto como sea, y después ya veremos". Hasta ahora, su mayor logro en cuanto al desempleo es el siguiente: señores, aunque aquí gobiernen socialistas y comunistas, Andalucía es un lugar seguro para invertir, sean bienvenidos. Con el tiempo, y en contra de lo que opina IU, Díaz no sólo tendrá que mantener la presión fiscal, sino disminuirla.
Una victoria del PSOE afianzaría a Susana Díaz como líder andaluza y diría mucho sobre la fecha de las próximas elecciones autonómicas; una derrota, le obligarían a un replanteamiento de su estrategia. Si el PP pierde, Juan Manuel Moreno tendría un mal comienzo, que sólo sería fatal para su candidatura en el caso de un descalabro. Moreno viene con seis años de plazo; hasta se puede permitir no gobernar después de las próximas elecciones autonómicas, pero su designación sólo tiene la legitimidad de una decisión de Mariano Rajoy, y si acumula derrotas, el PP andaluz puede entrar, de nuevo, en un período de inestabilidad. Sevilla observa a Málaga. De reojo.
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