Copa del rey

Gatillazo verde (74-79)

  • El Unicaja se derrite en una segunda mitad penosa que retrata su falta de personalidad en un momento de máxima trascendencia. La Copa se queda huérfana en el primer día.

En el día D y la hora H, en el partido que criba quién vale y quién no para la extrema exigencia, el Unicaja pegó un severo gatillazo de consecuencias insondables y dejó la Copa huérfana en el primer día. El CAI casi calcó la victoria de hace poco más de un mes en la Liga Endesa. A grandes rasgos, un guión idéntico. Control de partido al descanso (39-31) y cara de imbécil, encogido y sin  personalidad, al final del partido (74-79). La maldición trasciende a entrenadores, plantillas y nivel de los rivales. El Unicaja se diluye en las copas de Málaga. Otras veces ante el Madrid y el Barcelona. Ayer ante un rival de menor enjundia. Pero lo de ayer es más trascendente.

La derrota es un golpe para el proyecto de Joan Plaza en Málaga, para la ilusión que se había generado en la ciudad y en torno al equipo. Se necesita un cambio de timón para virar el rumbo del club y éste era un momento propicio, una Copa en casa en que soñar con cosas grandes, con competir con el Madrid en semifinales. La exigencia no estaba demasiado alta. Era derrotar al CAI Zaragoza, respetable y potente equipo, y se cumplía sobradamente. No se hizo y el palo es tremendo. Mientras se vacía el Carpena, el "otra vez igual" o "el esto no cambia" se dibuja en la cara de los seguidores verdes.

De Plaza se espera destreza para insuflar el carácter que ha amagado con aparecer en otras ocasiones a lo largo de la temporada, pero que ayer se escapó por el sumidero. Inexplicable cómo el Unicaja se había repuesto a un mal inicio, en el que Plaza apostó por la titularidad de Vidal en detrimento de Granger, para quedarse en 11 puntos al final del primer cuarto (11-15) con un ataque de nervios y una falta de ideas impropia. Solventado lo más complicado, el Unicaja se enganchó con todas las consecuencias al partido. Irrupción estelar de Kuzminskas, que confirmó que es jugador de dimensión superior en sus mejores biorritmos. Metió más puntos (18) que minutos jugó (16). Desapareció en el tercer cuarto de la rotación y Plaza evitó su bisoñez y comprobar si su estado de gracia podía levantar a un equipo ya en picado.

Kuzminskas se rompió la camisa en un segundo cuarto en el que el Unicaja dio el nivel que se le presupone. 13 puntos del lituano, en un repertorio de acciones atacantes de nivel extraordinario, corriendo como un base y matando como lo que es, como un alero de unas fabulosas condiciones. Plaza explicaría por qué no tuvo más protagonismo. En medio de un estado de nervios alto, Kuzminskas no falló un tiro a canasta (8/8) mientras otros miraban a otro lado para tirar.

Con el lituano al mando y Dragic, que también tardó en aparecer más de la cuenta, de lugarteniente, el Unicaja había revolcado el encuentro (38-26), con el ideal del juego de Plaza concentrado en ese segundo cuarto que fue un rayo de luz que quedaría en un destello. Se defendía y se corría, se hacía daño, se mostraba gen competitivo.

Resultó un espejismo. El coral CAI tiró del libreto que exhibió en la Liga y que le dio el mismo éxito. Paciencia para atacar las ayudas defensivas cajistas. Fran Vázquez dio las últimas líneas de solidez al inicio del tercer cuarto. Después desapareció. El Unicaja se desplomó, desvaído y sin ideas. Sin energía para defender, irreconocible. Le entró miedo a ganar, no gestionó la tensión. Había detalles significativos de cómo de atenazado estaba el equipo. Toolson rehuía el tiro, como un Caner-Medley que maquillaría al comienzo y al final unas estadísticas que no hacen justicia al partido que realizó, al impacto cuando se jugaban las habichuelas.

En la deprimente gestión de partido de Plaza, minutos para un Urtasun desubicado, para un Vidal que no está para ser base y demasiado tiempo de ausencia de Dragic en pista, cuando es el único jugador con carácter para echarse a las espaldas a la plantilla. Cuando se dio cuenta, el Unicaja ya había perdido. Sólo la pelea, que orgullo sí hubo, en el rebote (43-29 a favor) extendió el partido. Estaba ocho abajo (58-66) y el último pataleo de orgullo sólo bastó para alargar una agonía dolorosa. Un gatillazo descomunal. Y una depresión general.

Ficha técnica:

74 - Unicaja (11+27+13+23): Vidal (-), Suárez (-), Toolson (-), Hettsheimeir (-), Caner-Medley (21) -cinco inicial- Sabonis (-), Urtasun (2), Granger (6), Vázquez (2), Kuzminskas (18), Dragic (18), Stimac (7).

79 - CAI Zaragoza (15+16+25+23): Stefansson (3), Rudez (16), Llompart (5), Sanikidze (12), Shermadini (15)- cinco inicial- Jones (10), García (-), Roll (11), Tomás (-), Tabu (7), Fontet (-).

Árbitros: Juan Carlos García González, Miguel Ángel Pérez Pérez y Carlos Cortés.

Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el Palacio de los Deportes Martín Carpena ante 10.000 espectadores.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios