El Málaga bien hará en olvidar lo ocurrido anoche. Con la suerte de disponer de una gran ventaja con el descenso, puede borrar de su cabeza malos partidos como el de anoche, en el que los blanquiazules no estuvieron y fueron arrasados por el Athletic. Apenas el pundonor de Camacho sobrevivió en el centro del campo. El maño fue de los pocos capaces de resistir el empuje del centro del campo rojiblancos, puesto que físicamente sigue a un nivel asombroso y en estos momentos tiene confianza para enfrentarse con quien sea.

Cómo no, siempre hay que rescatar alguna parada de Caballero. Especialmente la que evitó el hattrick de Aduriz a bocajarro. La pena es que en el tercer tanto el esférico se le escurrió bajo las piernas, si bien cuenta con la coartada de que San José estaba en la trayectoria del balón y le despistó lo justo para no poder completar el rechazo. Amrabat nunca le perdió la cara al encuentro, pero no hubo manera de que conectara con los atacantes.

Horrible noche la de Angeleri en un campo donde los errores se amplifican. Le comió la posición de Aduriz a los cuatro minutos en un córner, un imperdonable error de concentración. Se sumó en el capítulo desaciertos Antunes, cuya mala entrega al inicio de la segunda parte facilitó el 2-0. Pablo Pérez sigue saliendo a tarjeta amarilla por encuentro.