Tiene el pellizco de los futbolistas caros, diferentes y especiales, pero probablemente Luis Alberto Romero (San José del Valle, 1992) siempre vivirá bajo ese foco de sospecha por no ser un futbolista que destaque por el esfuerzo o por el combate. Pero en un Málaga en el que no sobra la calidad debe ser un jugador referencial. Entronca, palabras mayores, con el duende de Joaquín o Isco. Sevilla, Anfield, Liverpool, La Rosaleda... Muchos temas que trata el 22 del Málaga, el que portó Francisco Alarcón Suárez. Pero tiene su personalidad, distinta y diferente.

-¿Como le llamamos? ¿Luis Alberto? ¿Luis? ¿Algún apodo?

-Me da igual Luis que Luis Alberto, me siento cómodo así.

-¿Qué tal su primer mes y medio en Málaga?

-Ayuda la ciudad, ayuda estar en Andalucía, ha sido fácil la adaptación.

-Mejor que en Liverpool, ¿no?.

-Liverpool es diferente a todo esto, pero yo siempre he vivido en Andalucía y estoy muy contento de estar aquí.

-Ha estado un año sin jugar demasiado en Liverpool. ¿Qué se aprende en el banquillo?

-Lo que no había sufrido antes. Estar mentalizado para pelear en cada entrenamiento. Estar cada día al lado de Luis Suárez y Gerrard te hace mejor futbolista. Aprendes a competir de una manera diferente, con otro estilo de juego que te hace madurar. Todo lo que he cogido en un año allí lo tengo que demostrar ahora en Málaga.

-¿Impresiona sentarse en un vestuario con Suárez y Gerrard?

-No impresiona, aunque llegar del Barça B a un equipo con estrellas mundiales te causa respeto. Pero son unos más, cordiales y simpáticos.

-Estuve una vez en Anfield como espectador y es impresionante. ¿Cómo es como jugador?

-Ufff. Te dan ganas de estar todo el día, sentado o jugando, en el césped. Es un estadio en el que disfrutas cada minuto. Sales a jugar y miras a cada lado y ves una bufanda del Liverpool. Como ciudad no creo que haya otra mejor para vivir el fútbol. Y cuando empiezan a cantar el himno...

-El Liverpool pagó un buen dinero por usted, más de ocho millones de euros. ¿Por qué no triunfó allí?

-No, tampoco es que no saliera bien, era un año de aprendizaje. Igual me hubiera venido bien salir en otro equipo de Primera de España. Me quedo con que aprendí mucho, jugué seis meses de la Premier, en uno de los clubes más grandes del mundo y ahí estoy, no tengo que lamentarme.

-La primera impresión de este Málaga fue buena, muy positiva. ¿Dieron confianza esas dos victorias en Alemania?

-Nos adaptamos a lo que nos pide el mister, que es tener el balón. Es lo que nos gusta a nosotros y nos entendemos bien. Nos salió bien la filosofía y eso ayudó a que la gente crea en nosotros, pero hay que tener paciencia. Hay que tener un punto más de velocidad e intensidad, de ganas de pasar por encima ante el rival. La competición, vamos.

-¿Vio al Athletic ante el Nápoles?

-Sí, sí. Era un equipo que ya el año pasado mostró todo lo que es. Está ahora aún mejor porque físicamente han apretado. Un equipazo. Pero competiremos.

-Personalmente, ¿cómo se ha sentido esta pretemporada?

-Físicamente esperaba no sentirme con un ritmo tan bueno. Vengo de un año sin continuidad. Tengo un punto más de lo que sentía, pero debo seguir exigiéndome para pensar tan rápido como lo hacía como antes de llegar a Liverpool, es algo que sólo se adquiere con los partidos.

-¿Por la izquierda o por el centro? ¿Qué prefiere?

-No tengo preferencia realmente, aunque el mister me utilizó por el medio durante la preparación. Tengo tendencia a caer a banda, pero estamos todos para lo que mande Javi y lo que quiero es jugar y es ayudar al equipo. Me da igual el sitio.

-¿Qué les dice el mister?

-Que tenemos que apretar todos los dientes para hacer un buen año.

-¿La adaptación a la ciudad va bien?

-Málaga es muy fácil, con este clima y con mil sitios para ir a comer bien... Esto es básico. La gente ayuda, vamos a pasar un gran año, no hay duda.

-Le vimos muy unido a Sergio Sánchez. ¿Le ha apadrinado en el vestuario?

-Le conocí en mi etapa en el Sevilla, cuando empezaba a entrenadr en el primer equipo. Nos conocemos bien y vivimos cerca. Congeniamos bien, pero como con Juanmi, con el que coincidí en categorías inferiores de la selección española. Tenemos una gran amistad, pero igual con todo el vestuario, estamos muy unidos.

-¿Por qué no triunfó en Sevilla?

-Era una etapa en la que era diferente a estos años, no había esta continuidad para los canteranos. Cada entrenador también manda y ve qué le vale o no. No me arrepiento de haber cogido el camino del Barcelona B y de ahí me sirvió de trampolín para un club del tamaño del Liverpool.

-Allí su compinche fue Deulofeu, ahora en Sevilla cedido.

-Sí, estamos cerca de distancia ahora. Es un jugador, siempre lo dije, que será lo que él quiera. Tiene que coger algunos conceptos defensivos, que es lo que más le cuesta. Pero te resuelve un partido cuando no te has dado cuenta. Es algo diferente, superior.

-Lleva el 22, el número de Isco.

-Pedí ese número porque siempre llevé el 14, pero ese lo tenía cogido Recio. De los que quedaban libres era el que más me gustaba porque era el cumpleaños de mi ahijado, no por otra cosa. Hay mil números simbólicos. Aunque ojalá sea como Isco, claro.

-¿Coincidió con él en categorías inferiores?

-En la andaluza no porque él ya estaba ya en la valenciana. Pero somos de la misma edad, del 92. En la española sí jugamos juntos. Es un fenómeno, dentro y fuera del campo.

-Luis Alberto tiene mucha calidad, pero es muy irregular e inconstante. Es lo que oímos cuando preguntábamos por sus cualidades. ¿Lo escuchó muchas veces?

-Es una cosa que depende de cada uno. Hace dos años o tres era más inmaduro en el juego y no acataba las órdenes de los entrenadores como debía, pero ahora he mejorado, sobre todo a raíz de mi estancia en el Barcelona B, eso cambió. Lo tengo asimilado y me está ayudando a tener minutos para jugar en Primera División.

-O sea, que sin esfuerzo no hay minutos.

-Eso todo el mundo lo sabe ahora... Pero con 17 o 18 años igual no hacía tanta falta en la categoría que jugabas esforzarte para recuperar balones. Pero al final soy delantero, tampoco es que tenga que hacer un trabajo de Gattuso (risas). Sí es verdad que me coloco mucho mejor y me sitúo para presionar y ayudar al equipo. Eso lo digerí en el Barcelona B. Esos primeros tres o cuatro segundos tras perder el balón los conseguí dominar bien, no gesticular y emprender la recuperación, coger la presión. Eusebio Sacristán fue mi entrenador en el Barcelona B, fue un año lindo para todos.

-¿Cómo empezó a jugar al fútbol?

-Un año a fútbol sala en San José, mi pueblo, y de ahí me fui al Jerez Alternativa. Dos años y ya me pilló el Sevilla, donde estuve nuevo años.

-¿Allí percibe la rivalidad con Málaga? Se le vio hablar muy bien del Málaga cuando estuvo en la Champions.

-No tiene nada que ver una cosa con la otra. El Sevilla fue mi casa nueve años, cómo no le voy a tener aprecio. Pero veía jugar al Málaga en la Champions y claro que me alegraba. Tenía amigos aquí, era un equipo andaluz en la máxima competición... Cómo no vas a hablar bien y te vas a alegrar. No creo que sea complicado de entender.

-La cantera del Sevilla produce a grandes niveles, eso sí.

-Ahí está Alberto Moreno. Hizo un año y medio que dio un vuelco en su vida, jugando al fútbol como el mejor. Soy como su hermano y le deseo lo mejor. Va para Liverpool y triunfará seguro. La cantera tiene jugadorazos como Juan Muñoz y Carlos Fernández. Les deseo lo mejor. La calidad la tienen toda.

-Fue internacional en categorías inferiores. ¿Le seduce jugar con la sub 21 y engancharse al próximo Europeo?

-Es un reto más, defender el escudo de tu país es un desafío para todos. Lo primero es meter la cabeza en el once del Málaga, hacerlo bien con continuidad. Entonces podremos aspirar a hablar de la selección.

-¿Cómo ha visto el equipo? ¿Le sorprendió alguien?

-Un chaval que no conocía era Horta. Y es tela de bueno. Juega muy, muy bien. Es rematadamente bueno. Ojalá nos dé un año muy bueno.

-Se casó este verano. ¿Qué le aporta?

-Desde que me empecé con mi mujer me dio muchísima estabilidad y es una de las razones por las que estoy aquí en Málaga.