Quedan prácticamente tres días para el partido más importante de la era Gracia y nadie es capaz de abstraerse, lógicamente. Como Club de Fútbol, el Málaga nunca había disfrutado de una oportunidad así de colarse en las semifinales de la Copa del Rey. Es más, casi podría extenderse a la opción de alcanzar la final en el caso de que el Espanyol confirmase la gesta de eliminar al Sevilla (venció por 3-1 en la ida). Sin embargo, toca ir paso a paso, para no perder las sanas costumbres. Ahora los esfuerzos se centran exclusivamente en el choque del jueves. El resultado del pasado domingo en San Mamés, el 0-0 de la ida, el vaciado progresivo de la enfermería y las ganas de hacer historia están consiguiendo que los cinco sentidos estén volcados en ello. En el ambiente no se respira otra cosa.

Incluso en la expedición que anoche regresó de Bilbao no se hablaba de otra cosa. Más de uno no podía evitar dejar de imaginarse el resultado de Liga (1-1) reflejado en los imponentes videomarcadores del nuevo estadio rojiblanco al término del choque.

Desde luego, motivos para el optimismo no faltan. Ignacio Camacho se sumó a la lista de ellos. Había muchas dudas acerca de la lata que podría darle el pubis en su regreso a los terrenos de juego más de un mes después. El maño no sólo fue de los mejores del equipo, sino que pudo aguantar los 90 minutos (estaba previsto que durante el encuentro fuera sustituto por Tissone) y acabó el encuentro muy cansado pero sin dolores. Ayer, como el resto de titulares del partido liguero, se ejercitó aparte para evitar sobrecargas y proteger el pubis, pero mantenía las buenas sensaciones. Con tres días por delante y dos entrenamientos por completar, los encara con la mejor disposición para repetir titularidad en el once, cuestión que se antoja fundamental para obtener un buen resultado en Bilbao y certificar el pase a las semifinales. Sin duda, su inclusión junto con la de Weligton ha vuelto a traer buenas sensaciones, sobre todo a la defensa, que mostró un buen tono más allá del error puntual de marca en el tanto de San José tras remate de córner.

A día de hoy, el único futbolista clave del once en la enfermería es Sergio Sánchez. No obstante, ayer sorprendió su participación en el trabajo con el grupo. Días atrás había sufrido un amago de recaída. Tras someterse a varias pruebas que descartaron daños mayores y anunciaron una reincorporación paulatina, ayer sorprendió a todos por su activa participación. Como sus compañeros, arde en deseos por ser uno de los que participe en el encuentro frente al Athletic, si bien los precedentes llevan a ser lo más cauto posible. Además, con el regreso de Camacho y Weligton, Javi Gracia puede medir mejor sus tiempos, ya no es tan perentorio que vuelva a vestirse de corto. No se puede descartar nada, pero lo más probable es que el zaguero catalán tenga que seguir el partido por televisión.

En sus círculos íntimos, los jugadores admiten estar muy ilusionados con el choque de vuelta de cuartos de final. Alguno incluso reconoce que estos últimos días se pensaba más en él que en el de Liga. También creen que el hecho de haber logrado antes de ayer un resultado que en Copa habría supuesto el pase ha podido causar mella en el Athletic, que este año se está mostrando incapaz de hincarle el diente a los blanquiazules. Cayeron en la primera jornada de Liga (1-0) y empataron tanto en la vuelta como el pasado miércoles en La Rosaleda. Además, el hecho de que Javi Guerra igualara el tanto inicial fue un palo tremendo. Desde hacía semanas, Valverde y los suyos hablaban de la necesidad de verse por delante en el marcador para agarrar confianza, pero ni siquiera así obtuvieron el premio deseado.

Desde el club continúan hablando de cita "histórica" y ven una buena acogida por parte de los aficionados el sueño de avanzar otra ronda más. De hecho, varios de ellos se han adscrito ya al paquete promocional de vuelo chárter y entrada ofertado desde la semana pasada. Hoy es el último día para reservar alguna de las plazas finales que quedan todavía disponibles en el avión.