Es tiempo de ir echando el telón. También de las últimas arengas. Como la que hizo ayer Javi Gracia antes del partido de despedida de la temporada. En ella recuperó su tono vitalista y optimista. No tanto pensando en la recuperación de la séptima plaza como en la intención de decir adiós a La Rosaleda dando una alegría a los suyos. "Espero que sea un partido de disfrute", fue su proclama.

Por supuesto, quiere que los suyos hagan cuanto esté en sus manos para lograr los tres puntos a la espera de que se pueda obrar el milagro de San Mamés. "Es cierto que hay más dificultades que hace unas semanas atrás, pero con opciones todavía de poder mejorar la clasificación y vamos a salir con esa ilusión. Además, es el último partido, cerramos la temporada en casa y contra un rival que pelea por la Champions", comentó el navarro, que insistió en la idea intentado quitarle la máxima presión: "Para completar esa posición hay que ganar. También es cierto que hay otra opción que nos puede llevar al décimo lugar. Me gustaría quedar séptimo, pero en el caso de no hacerlo, la diferencia será mínima entre quedar octavo, noveno o décimo. Ya lo decía al comienzo de la temporada, siempre que no haya una recompensa, quedar un puesto arriba o abajo no es importante, sino cómo se han conseguido las cosas. En este último partido queremos ofrecer una buena imagen".

Javi Gracia sabe que el hecho de que el Sevilla sea el último rival supone un extra emocional para que los suyos salgan más decididos a por los tres puntos, aunque espera que todo ello no les distraiga. "Somos conscientes de la rivalidad. Pero más allá de dirigir todas las atenciones hacia ello, tiene que ir más dirigida hacia que es nuestro último partido y las cosas que hay en juego. Queremos hacer un buen partido ante nuestra afición y queremos recuperar una posición que hemos tenido gran parte de la temporada. Eso es lo importante y no el rival", explicó el técnico, que obvió hablar del choque del Athletic porque no quiere que nada les "distraiga y sí centran los esfuerzos en lo que tenemos que hacer".

Admitió el entrenador blanquiazul que su equipo "está cansado". "Si no fuera así, sería mala señal. Las cosas se consiguen con mucho trabajo. Este equipo tenía que correr mucho para ganar partidos. En esta segunda fase nos ha costado más, ha habido momentos en los que el equipo ha estado peor y llega al final con mucho trabajo a las espaldas. Pero eso no es inconveniente para el último esfuerzo".