Unai Emery estaba en la cuerda floja el año pasado cuando el Betis a punto estuvo de echarlo de Europa. En Liga tampoco andaban las cosas muy bien; pero llegó la remontada en la tanda de penaltis y su estrella comenzó a cambiar. Desde ahí de cabeza hasta la final de la Europa League contra el Benfica, que también cayó en el saco. Desde entonces, el Sevilla es un equipo bastante impermeable, muy difícil de sacar del cuadrilátero. Posee una gran cantidad de recursos dentro de su plantilla y el equipo responde desde los rendimientos individuales y como bloque. Llega muy en forma y las únicas incógnitas que pueden marcar su partido de esta tarde radican en los descansos que pueda dar el entrenador vasco pensando en la final de la Europa League contra el Dnipro en Varsovia.

El Sevilla es un equipo muy físico desde todos los puntos de vistas: resistencia, cuerpo a cuerpo, centímetros y velocidad. Eso le permite correr durante los 90 minutos y, por lo general, llegar mejor que sus adversarios a los tramos finales de los encuentros. No han sido pocos los partidos ganados o remontadas en esa fase. Con gente muy poderosa por su corpulencia (Krychowiak, Mbia o Iborra) en el centro del campo, se trata de un conjunto difícil de rebasar en sus líneas. Además, muchos jugadores por delante para impedir la buena salida del balón del contrario.

Los jugadores de Emery proponen ataques muy directos. Pero más por la velocidad con que la arman que por ser previsibles. El Sevilla maneja a la perfección la suerte del contragolpe y dispone de multitud de jugadores rápidos y que se sienten cómodos en faena. Tanto Bacca como Gameiro, dos buenos finalizadores, se aprovechan de ese despliegue por los carriles, donde han tenido un peso específico este año tanto Aleix Vidal como Reyes.

Muchas virtudes han mostrado hasta el momento. La capacidad competitiva es una de ellas. Pocos partidos han perdido e incluso en los que empató o perdió mantuvo opciones hasta en los instantes finales. Otra de sus grandes ventajas con respecto a otros es su fondo de armario, que le ha permitido mantener el tono en las tres competiciones. Bacca, Gameiro, Denís Suárez, Krychowiak o Iborra han sido gente muy fiable, pero a ellos se han unido los Sergio Rico, Banega o Reyes, que en un principio no estaban invitados a la fiesta. No es casualidad que dispongan de un doble matchball para meterse en la Champions, con la posibilidad extra de levantar su cuarta Europa League.

Pocos defectos se les puede sacar a este equipo, aunque puede que haya perdido fuelle en defensa, más aún tras la grave lesión de Nico Pareja. Es de los pocos puntos flacos del cuadro nervionense.