EL Málaga cumplió con el trámite de competirle el partido a los atléticos, aunque la realidad es que suma otra semana sin ganar. El choque invitaba al Málaga a medir su competitividad ante los equipos grandes de la Liga y bien es cierto que los del Cholo tuvieron que sudar mucho para ganar el partido. El partido nos dejó la sensación de que el equipo está vivo, pero que la tendencia de resultados es negativa para cerrar la temporada.

Desde el inicio parecía una partida de ajedrez en la que los dos tuvieron que tomar roles a los que no están muy acostumbrados. Gracia introdujo tres cambios respecto a los anteriores onces. Pablo y Horta entraron en las bandas sin un papel protagonista y Miguel Torres volvió a alternar con Ricca.

Desde el inicio, el Málaga empezó a emitir señales indicando que iba a ser un duro choque. Al borde del cuarto de hora, Cop desde la frontal sacó un buen disparo que tuvo que repeler Oblak. El ariete croata estuvo muy activo.

Seguidamente, Griezmann falló una ocasión clarísima que hubiera puesto tierra de por medio en el comienzo. No obstante, el Málaga cerró todas las vías de ataque local y solo un gran disparo de Carrasco puso en problemas a un buen Ochoa. Como anécdota, en el último ataque del Málaga buscando el juego directo a la contra salió un balón despedido del banquillo local para cortar la jugada. Mateu expulsó a Simeone por acción antideportiva.

Tras el descanso, el Atlético salió en tromba: Saúl, muy apagado en el primer tiempo, dispuso de un par de ocasiones claras, una de ellas desde fuera del área. Javi Gracia empezó a mover fichas aunque con el mismo planteamiento; Chory Castro entró por Horta.

El Atlético encontró el camino del gol. Lo hizo a través de un disparo de Correa desde fuera del área que tocó en Albentosa tras buena internada de Filipe Luis. El argentino fue vital en el resurgir de los rojiblancos, ya que estuvo a punto de marcar de nuevo, esta vez en una gran jugada individual.

Juanpi y Santa Cruz entraron al campo y de hecho una jugada de los dos estuvo a punto de convertirse en el empate, pero el disparo del venezolano se marchó fuera por poco. El Málaga se lanzó a intentar conseguir el empate, pero los rojiblancos se sienten cómodos cuando les toca sufrir y defender, así que el resultado no se movería.

En cuanto su forma de jugar, que a veces excede el límite de lo reglamentario, podemos decir que el conjunto colchonero parece que se ha convertido en el equipo del pueblo. Eso hace que pasen de puntillas algunas situaciones que están por encima del reglamento y la ética. El luchar por encima de sus posibilidades tiene un límite y Simeone y su equipo a veces superan esa línea.

Con respecto al Málaga y las posibles soluciones que se pueden encontrar para tener mejores resultados en las últimas jornadas, especialmente en la definición, siempre se pueden mejorar cosas. Recuerdo partidos que se ganaban con muy pocas ocasiones, si bien ayer no fue un día fluido en ataque. No olvidemos que ante el Athletic y el Rayo el Málaga generó bastantes situaciones de gol, con lo cual para mí esto es lo importante, luego estar acertados ya es otra cosa.

En el duelo táctico Simeone-Gracia, el equipo blanquiazul cedió el mando al Atlético, no entró en la disputa. Sin embargo, movió bien la pelota cuando pudo y jugó más al contragolpe cuando el Atlético le dejó espacios. Sin generar muchas situaciones de gol, el Málaga minimizó bastante el poderío rojiblanco en ataque.