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Sobrevivir en Tercera

  • El San Andrés pasó, en 48 horas, de competir en Primera Andaluza a hacerlo en una categoría superior Son muy jóvenes pero rebosan ilusión

Las primeras veces siempre son complicadas. La inexperiencia de no saber qué hacer ni cómo ni cuándo. Los nervios afloran por la intención de realizar un buen papel o las ganas de agradar a propios y a extraños pueden convertirse en factores adversos en lugar de otorgar un plus. Y todo se magnifica, alcanzado magnitudes bíblicas, si esa primera toma de contacto es de forma súbita. Una situación de este calibre la va a tener que vivir la Unión Deportiva Dos Hermanas San Andrés. El club de la capital malagueña pasó, en unas rápidas 48 horas, de ser un club de Primera Andaluza a transformarse en un equipo de Tercera División.

El verano pintaba tranquilo por las inmediaciones de El Duende. El San Andrés, un histórico malagueño de la Primera Andaluza, planificaba sin prisas su nuevo proyecto de cara a la próxima temporada. El objetivo sería el mismo que todos los años: competir de tú a tú con todos los equipos y buscar el ascenso. De repente, en la casa del equipo que viste de azul y amarillo se alcanzaron a escuchar las primeras voces que apuntaban a la renuncia a la Tercera División de Los Villares. "De buenas a primeras nos dijeron que Los Villares no podían hacer frente a la categoría. Así que, viendo los ascensos anteriores, nosotros éramos los candidatos", recuerda Andrés Domínguez, el entrenador del San Andrés. Nervios, era una oportunidad histórica. Desesperación, la confirmación oficial no llegaba. Pero el 19 de junio arribó la noticia. El San Andrés, por primera vez en su historia, era de Tercera. "Uno siempre quiere ganar el ascenso en el campo, no en los despachos. Pero esta circunstancia no la íbamos a desaprovechar", asegura el propio Domínguez.

Sin embargo, esa oportunidad mágica entrañará una enorme dificultad para el modesto club. El 90 % de los jugadores no sabe qué es vestirse de corto en la Tercera División. Solamente un par de jugadores, entre los que se encuentra Rafita, su delantero centro, han probado las mieles de la categoría. Una desventaja clara frente a la mayoría de rivales, mucho más avezados. Pero Andrés Domínguez no demuestra en la voz ni un ápice de temor: "Sí, en la plantilla hay mucha gente joven e inexperta, pero tenemos mucha ilusión. Los jugadores tienen mucha calidad y en las categorías en las que han estado han sido los mejores. No hay que tener miedo". El técnico no se acota únicamente a esa afirmación, va más allá. Opina que, de campo para arriba, dispone de "uno de los equipos más potentes de la categoría", no en vano puntualiza: "Eso luego hay que demostrarlo en el campo. Lo demás son sólo palabras".

No solo la bisoñez de los futbolistas puede transformarse en un elemento de oposición que impida agarrar el objetivo de la permanencia, la pretemporada también ha adquirido un gran peso. "La pretemporada ha sido difícil. Al enterarnos del ascenso tuvimos que cambiar la planificación al 100%", señala Domínguez. Ha sido atípica, como todo lo que rodea a este club en los últimos meses. Los partidos de preparación se proyectaron de tal forma que en el calendario aparecieran dos o tres encuentros a disputar de manera casi consecutiva. Todo para aprender de memoria los conceptos necesarios para la categoría. "Queríamos que lo asimilaran todo, pero todavía nos queda trabajo por hacer. Hasta que no pasen las primeras jornadas, los jugadores no tendrán mecanizados los movimientos ofensivos y defensivos", afirma.

Esos esquemas de juego no serán fijos. Dependiendo del feudo en el que compitan, el estilo de fútbol a desarrollar será distinto. "Tenemos que saber cuáles son nuestras armas. Si peleamos con un puñal y ellos con una espada, pues está claro que seremos los perdedores", argumenta convencido el técnico del San Andrés. Así, en casa, teniendo en cuenta las reducidas dimensiones de El Duende, la búsqueda de la portería será en tono directo. "Tenemos que aprovechar el físico de nuestros dos nueves a toda costa. El campo es pequeño y eso creemos que puede jugar en nuestro favor", apunta. En cambio, cuando la camisola que porten sea la de visitantes, el equipo intentará controlar el partido y su ritmo a través de la posesión de la pelota.

Estos serán los elementos canalizadores que conduzcan al los 40 puntos. Una cifra, casi siempre cercana a la final, que otorgaría al club la permanencia, consiguiendo así el objetivo de la temporada. "No descender sería algo muy importante para nosotros. Con ello, podríamos preparar la temporada siguiente con mayor tranquilidad", cuenta Domínguez. Aunque no solo obtendrían tiempo, sino también una mayor visibilidad que atraiga el dinero. "Si estamos otro año más en Tercera, podrían llegar más patrocinadores. Y eso, al fin y al cabo, sería algo extraordinario para el club y para apuntalar su futuro en los próximos años".

En cuanto a la Liga, Domínguez piensa que la competitividad está al orden del día. "La mayoría de los equipos están muy parejos. El nivel casi que se podría decir que es el mismo. Es cierto que los malagueños están muy fuertes. El Palo, Vélez, Antequera y Atlético Malagueño tienen que estar arriba. Pero nunca se sabe qué va a pasar de semana en semana. Siempre habrá alguno que dé la sorpresa y esos esperamos ser nosotros". Porque aunque el San Andrés sea el conjunto más inexperto de todo el Grupo 9 de la Tercera División, a ilusión, estén seguros, que no les gana nadie.

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