La judoca Casandra Rodríguez hace tiempo que se convirtió en una firme realidad, pues con sólo 20 años ya es campeona absoluta de Andalucía en la categoría de menos de 63 kilos. Fue un título que puso el colofón al 2008: "Me salió un buen torneo. Además, no había demasiadas competidoras, así que los combates apenas duraban un minuto".

El objetivo de la sevillana afincada en Málaga desde los 3 años reside en el Campeonato de España que arranca dentro de diez días en La Coruña, para el que Rodríguez se está preparando a conciencia. "Desde que empecé el curso estoy entrenando muchísimo, por la mañana físico y por la tarde judo. El año pasado tuve más dificultades para hacerlo porque tenía que estudiar un módulo. Ahora tengo menos asignaturas y puedo prepararme mejor", señala.

Pese a su intensa preparación, la judoca del UMA no las tiene todas consigo, pues el nivel crece a medida que sale por Despeñaperros: "En otras comunidades hay mejor organización en judo y más nivel. Cataluña, Madrid o Valencia tienen gente muy buena, así que la competencia aumenta". No obstante, Rodríguez mantiene intactas sus ilusiones, pues ya estuvo a punto de subir al podio en un Nacional. "El año pasado ya rocé el bronce, así que espero estar ahí. Creo que puedo conseguir la medalla", dice.

Y es que, pese a su corta carrera, Casandra Rodríguez puede presumir de un amplio currículum: "El título nacional junior es al que más cariño tengo. También estuve en el Europeo cadete y en otro junior. Fueron grandes experiencias, aunque no pude hacer demasiado contra las europeas".

Por ello, en su cabeza figura un gran objetivo, algo lejano, pero al que todo deportista aspira alguna vez en su vida: "Todavía es pronto para pensar en ello, pero lucho para ir a unos Juegos Olímpicos. Ojalá pueda ser el de 2012, pero queda mucho y tengo que sumar muchos puntos en los campeonatos que vienen".

Rodríguez expone sus armas para acudir a la cita olímpica. "Tengo una mentalidad muy fría. Cuando peleo sólo veo a una rival que tiene dos brazos y dos piernas como yo. También entreno mucho para poder superar a las contrincantes", sostiene.

Ya son diez años sobre el tatami y aprendiendo cada vez más: "Con Francisco Rodríguez soy cada día mejor. Además, me preparo con chicos y eso hace que avance mucho, porque al enfrentarme a ellos adquiero fuerza. Sus técnicas son más explosivas".

Sin embargo, la judoca establece diferencias entre el judo masculino y el femenino. "Los hombres son más lentos y nosotras vamos con más velocidad, con un ritmo mayor. En España, creo que el judo femenino está por encima del masculino, las mujeres tienen más opciones de medalla en los torneos", indica.

Para Rodríguez, lo importante radica en el valor que se le da al sacrificio que realizan los judocas, no siempre reconocido: "Apenas nos sacan en los medios y no se aprecia lo mucho que entrenamos para poder competir. Es un sufrimiento enorme, aunque a mí me vale la pena. Me recompensa todo el esfuerzo que hago. El judo me llena del todo y, si me lo quitasen, me moriría".