15-M

Un año tras la sombra de Sol

  • El aniversario del movimiento de protesta se revitaliza con una convocatoria global para retomar el impulso que se ha ido diluyendo con el paso de los meses.

El próximo día 15 el movimiento 15-M cumplirá un año tras haber alcanzado cifras inesperadas en una manifestación sin símbolos, pero con reivindicaciones políticas, que hicieron temblar a políticos y banqueros ante el descontento de un gran número de ciudadanos que pasaron de las casas a las plazas con la denominación de indignados.

Hoy los ciudadanos que pasaron semanas en las plazas españolas vuelven a salir a las calles con un mensaje mucho más arraigado y elaborado que los primeros días de las acampadas. "Ni un euro más para rescatar a los bancos, educación y sanidad pública de calidad, retirada de la reforma laboral, acceso garantizado a una vivienda digna y renta básica universal" son las principales reivindicaciones acordadas en el manifiesto para la cita, que tiene como intención volver a tomar las plazas hasta el próximo 15-M.

Sin embargo, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, declaró que "en ningún caso se permitirán las acampadas", un mensaje claro ante los indignados que ya han asegurado que intentarán retomar la acampada de Sol, y de otras ciudades, a lo que el ministro respondió que "las ciudades no son campings".

Sin duda, el nuevo Ejecutivo del Partido Popular no quiere que se repita lo ocurrido hace un año en el Kilómetro Cero, donde el movimiento apartidista nació tras el estallido de una manifestación en Madrid, que se saldó con varios detenidos y heridos. La represión del intento de acampar en la Puerta del Sol se difundió en las redes sociales y cientos de jóvenes pasaron la noche en Sol.

Al día siguiente, miles de personas que habían secundado la convocatoria de Democracia Real Ya (DRY) y tomaron las plazas más céntricas de toda la geografía española. Los indignados, ahora del 15-M y no de DRY, organizaron asambleas y comisiones, coordinados a través de la red bajo la plataforma web tomalaplaza.net.

Fue el momento en el que los indignados del 15-M cantaban casi a diario "Lo llaman democracia y no lo es" o "Que no, que no, que no nos representan", cánticos que ahora son símbolos de unas protestas que se fraguaron en los municipios españoles y cuyo poder de convocatoria fue creciendo con el paso del tiempo.

Los días 21 y 22 de mayo, jornada de reflexión ante las elecciones locales, miles de personas desafiaron a la Junta Electoral Central que consideró ilegales las acampadas por emitir mensajes políticos. La jornada se desarrolló con normalidad, y el mensaje del 15-M llegó a todos los puntos del mundo gracias a la cobertura continua de los corresponsales extranjeros en Madrid.

En ese momento la llama llegó a Europa, los ciudadanos españoles se manifestaron frente a las embajadas españolas y los vecinos franceses, griegos, portugueses e italianos, entre otros, comenzaron a imitar a los indignados españoles, ahora un ejemplo de protesta tras las revueltas en el norte de África.

Pero el tiempo fue desgastando la imagen de los acampados, los vecinos comenzaron a quejarse y los comerciantes denunciaron las pérdidas, sobre todo en la Puerta del Sol. Las autoridades catalanas ordenaron el desalojo de la acampada de Plaza Cataluña, algo que revitalizó las protestas pero que quemó la imagen de los acampados.

El movimiento heterogéneo decidió, independientemente, desalojar las plazas y expandir el movimiento en asambleas por barrios y municipios.

Esta idea ha hecho que los indignados del 15-M hayan tomado fuerzas para retomar su actividad, pero ahora, un año después del estallido de la #SpanishRevolution, vienen con ganas de cambiar la situación política, y aunque siguen sin ser partidistas, sus mensajes tiene más adeptos en un país donde el cambio de Gobierno se efectuó hace menos de seis meses y cuyas reformas ya han costado varias protestas a nivel nacional y una huelga general.

#15M

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