¿Cómo medir el trabajo de los políticos? ¿Qué marca si los representantes elegidos en las urnas ejercen en realidad el papel para el que pidieron la confianza de los ciudadanos o, simplemente, ejercen como actores de los partidos a los que pertenecen? Interrogantes que se agarran desde hace años a la dudosa imagen que los políticos trasladan a la sociedad, al punto de ser la suya una de las profesiones más denostadas. Málaga Hoy quiere poner el ojo sobre la labor que diputados nacionales y senadores por la provincia vienen realizando desde que echase a andar la presente legislatura y lo hace revisando aquello que tiene poca discusión: los números que rodean la labor de los diez representantes en el Congreso y los cuatro que forman parte del Senado.

Examen que ofrece, cuanto menos, datos más que sorprendentes, como el hecho de que al senador Francisco de la Torre, a su vez alcalde de Málaga capital, sólo se le reconoce la presentación de una pregunta escrita en la Cámara Alta, la misma de la que son autores sus compañeros de institución y partido, el PP, Joaquín Ramírez y Patricia Navarro. En el caso del regidor popular, el dato contrasta con el énfasis que él mismo puso en las semanas previas a las elecciones generales del pasado mes de noviembre, cuando insistió a su partido para que lo incluyese en la lista al Senado con el objetivo de trabajar por extender el debate sobre la necesidad de incrementar el papel de los ayuntamientos y trasladar competencias a los mismos. Bien es cierto que es presidente de la Comisión de Entidades Locales.

Esa tarea, si se ha realizado, no se plasma al menos en iniciativas o preguntas orales en la institución de la que forma parte y de la que, hay que recordar, percibe la inmensa mayoría de sus emolumentos actuales. Tantos como 97.200 euros, a los que suma, por su asistencia a los plenos municipales, otros 11.900 euros. Se da la circunstancia, incluso, de que la única iniciativa que, según la página web del Senado, tiene en su haber De la Torre, registrada el 6 de marzo pasado, es la misma que firman sus dos compañeros de bancada.

En la misma, el alcalde solicitó información sobre el grado de ejecución presupuestario a fecha de 31 de diciembre de 2011 y el importe de las inversiones reales ejecutadas o en fase de ejecución que fueron consignadas en los Presupuestos Generales del Estado por ese año correspondientes a la provincia de Málaga. Frente a la labor de los senadores populares, la única representante del PSOE en este órgano, Pilar Serrano, puede presumir (y no es mucho) de haber formulado al menos 25 iniciativas parlamentarias.

Pero si llamativa es la escasa labor de los senadores populares, no lo es menos el resultado que se desprende de la Cámara Baja, donde el PP dispone de seis representantes, el PSOE de tres e IU, de uno. Puede afirmarse que no el que más preguntas orales realiza, el que más preguntas por escrito presenta es el mejor representante del interés de la provincia, pero al menos da una seña de identidad de la labor que se realiza en la institución. Y tomando como referencia esta premisa, los parlamentarios populares quedan retratados.  La información oficial del Congreso, que es consultable por todo el que quiera, permite aseverar que los seis diputados del PP suman, todos ellos, 51 iniciativas en lo que llevamos de mandato, cifra que, por ejemplo, es inferior a las 79 a las que pone su nombre el único representante de IU, Alberto Garzón (quien además es portavoz de su formación en cuatro comisiones, las de Economía y Competitividad, Hacienda y Administraciones Públicas, la de Presupuestos y la de Relaciones con el Tribunal de Cuentas), y casi once veces menos que las impulsadas por Miguel Ángel Heredia, representante socialista.

Celia Villalobos, a su vez vicepresidenta primera del Congreso; Margarita del Cid (a su vez presidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental); Carolina España, Joaquín Villanova (a su vez alcalde de Alhaurín de la Torre) suman, cada uno de ellos, nueve iniciativas en el Congreso, que, coincidencia o no, son las mismas en todos los casos. Ángel González eleva la media, al haber presentado 11 iniciativas (las escritas son las mismas que sus compañeros) mientras que la otra diputada del PP, María del Mar Baena ha presentado cuatro, similares a algunas de las propuestas por sus compañeros.

¿Pero la labor de estos diputados siempre fue así? No en los tiempos en los que, por ejemplo, Villalobos estaba en la oposición. El histórico del Congreso sitúa en 6.230 las iniciativas parlamentarias que la ex alcaldesa de Málaga presentó el pasado mandato, el último de José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa. Otro tanto puede decirse de Heredia, que si bien encabeza este particular ranking de diputados mas trabajadores, aflojó de manera ostensible su labor de control al Ejecutivo en los periodos de gobierno del PSOE. Si en los primeros ocho meses de mandato ha planteado 583 iniciativas, en los cuatro años del anterior periplo protagonizó un total de 1.144. Su pico particular lo alcanzó en la VII legislatura (2000-2004), último con José María Aznar como presidente, cuando planteó 7.119 iniciativas. Arrastrados por la tempestad de la crisis y por los números sangrantes del desempleo, el debate sobre los políticos y el dinero que perciben por su labor al frente de las instituciones está más en boga que nunca. ¿Es suficiente, excesivo...? Lejos de realizar valoraciones de cualquier tipo, no está de más poner sobre la mesa los salarios que mensualmente están percibiendo a día de hoy los diez diputados nacionales y los cuatro senadores por la provincia de Málaga.

Ingresos brutos a los que, cabe precisar, suman no pocos privilegios con motivo del cargo que ostentan, caso de una tarjeta con un límite de hasta 3.000 euros para coger taxis, dietas por misiones oficiales de 150 euros diarios si es el extranjero y de 120 en territorio nacional, o el abono íntegro por parte de la cámara de la que forme parte por sus desplazamientos a Madrid. A ello se añade la puesta a disposición de teléfonos móviles y ordenadores portátiles por parte del Congreso y de estas herramientas y de tableta en el caso del Senado. Tomando este punto de partida, una conclusión clara: Celia Villalobos es la representante malagueña que más cobra, con hasta 7.562 euros brutos al mes.

Esta cuantía es producto de la consignación de 2.813,87 euros a la que tienen derecho todos los miembros de la Cámara Baja y la indemnización de 1.823,86 euros por pertenecer a una circunscripción que no es Madrid (conceptos idénticos para todos los diputados malagueños), si bien, según su declaración de bienes, posee una vivienda desde el año 1987 en Madrid. A eso hay que añadir las compensaciones que recibe por ser vicepresidenta primera del Congreso. Las mismas son de 1.209,6 euros por ser miembro de la Mesa, de 1.010,83 euros por gastos de representación y de 707,1 euros para gastos de libre disposición. Todo ello, dado que este ejercicio los diputados no cobrarán, como el resto de funcionarios, la paga extra de Navidad, el salario anual de Villalobos se elevará a poco más de 98.000 euros brutos.

Tras ellas, hay otros cinco parlamentarios con el mismo salario: 5.682 euros brutos mensuales. Carolina España (PP), Miguel Ángel Heredia, Trinidad Jiménez ( también tiene vivienda en Madrid desde 2002) y José Andrés Torres Mora (también con piso en Madrid desde 2001), y Alberto Garzón, de IU, que a los conceptos base aplicables a todos, suman 1.046 euros por ser portavoces de alguna de las comisiones del Congreso.

En el caso de los senadores, Francisco de la Torre y Joaquín Ramírez, alcanzan el nada despreciable salario mensual de 6.084 euros brutos, dado que, además de ser miembros de la Cámara Alta, presiden alguna de las comisiones existentes. En el caso de De la Torre, se da la circunstancia de que complementa sus emolumentos anuales con los casi 12.000 euros propios de la asistencia a los plenos del Ayuntamiento de la ciudad.