Málaga será la provincia española que gane más habitantes dentro de una década, pero será más difícil mantenerlos desde el punto de vista económico. Un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que esta provincia pasará de tener 1.614.058 residentes en 2012 a 1.687.482 en 2022, lo que supondrá un crecimiento del 4,5%, un aspecto a tener en cuenta ya que en el conjunto nacional se prevé que haya un descenso de habitantes. No obstante, ese empuje vendrá motivado exclusivamente por un fuerte aumento, del 31%, del número de personas con más de 65 años, pues caerá ligeramente el volumen de habitantes menores de 16 años y se mantendrá el que comprende la horquilla entre los 16 y los 65 años.

Esta estimación tiene varias lecturas. La primera y más evidente es que el peso que tendrán que soportar los trabajadores para abonar el coste de las jubilaciones será bastante mayor. En estos momentos, la tasa de dependencia de los mayores de 65 años es en Málaga del 22%, es decir, la población con esa edad representa un 22% de lo que es la población activa. Dentro de una década será del 29%. La tasa de dependencia de los menores de 16 años permanecerá en el 25%, de forma que ambos suman un 54%. Eso significa que menos de dos personas tendrán que mantener a cada adolescente o jubilado con su cotización a la Seguridad Social y eso siempre partiendo de la base de que hubiera pleno empleo, un hecho prácticamente imposible y más en una tierra como Málaga donde la tasa de paro supera en estos momentos el 30%.

Crecerá la población por el incremento de jubilados y muchos de ellos serán, posiblemente, extranjeros, ya que se apunta que el saldo migratorio será positivo. Por otra parte, el INE no contaba con el anuncio realizado ayer por el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, sobre la intención del Gobierno de conceder el permiso de residencia a todos aquellos extranjeros que compren una vivienda en España con un coste superior a los 160.000 euros, un hecho que, de producirse, podría aumentar aún más la población residente en núcleos costeros de Málaga.

En cualquier caso, otro aspecto llamativo es que esta provincia, poco a poco, parece tocar techo en materia de población. Entre 2002 y 2012 el número de habitantes se incrementó en un 25%, pasando de 1,28 millones a los 1,61 actuales, y en la próxima década ese avance será, según este estudio, del 4,5%, cinco veces menos. Cabe preguntarse si esta provincia tiene los suficientes recursos medio ambientales, medios de transporte, infraestructuras, número de empresas, etcétera para poder acoger a una población mucho mayor.

El INE hace su estudio partiendo de la población residente en un ámbito geográfico y de datos demográficos básicos como la mortalidad, la fecundidad y la migración. Con eso trata de obtener la población correspondiente a fechas posteriores bajo ciertas hipótesis sobre el devenir de esos tres fenómenos, que son los que determinan su crecimiento y su estructura por edades. No se sabe si acertará pues en una década pueden pasar muchas cosas, pero sí está claro que el envejecimiento de la población en Málaga, como en el resto de España y Europa, es un fenómeno imparable.