Jaime pimentel. artista

"Podría haber sido millonario con los derechos de autor del Cenachero"

  • El escultor recuerda que fue el alcalde García Grana el que le encargó que hiciera un 'trofeo' que representara a Málaga y que sirviera para entregárselo a las personalidades que visitaran la ciudad

-Se fue como ingeniero industrial a los países nórdicos y volvió a Málaga siendo escultor, ¿qué le hizo cambiar?

-Se lo debo al embajador de Noruega en París, que fue mi mecenas. Mi padre me hizo estudiar ingeniería industrial como él lo había hecho. Yo entonces ya pintaba chicas Pin up, y me fascinaba la tridimensionalidad. Marché a Noruega para trabajar como arquitecto interior con Ameberg y Platou. Allí empecé a estudiar técnica de la escultura. Entonces fue el embajador quien le dijo a mi padre "va a ser el peor y más desgraciado ingeniero del mundo cuando podría ser el escultor más famoso y feliz de Málaga".

-¿Cómo era Málaga cuando volvió?

-Tampoco es que yo quisiera volver [risas]. Había mucha inquietud pero no existía mucho interés por la promoción de la cultura, quizás el público no estaba preparado. La única vía para ella era a través de la Semana Santa con estupendos tallistas y pintores. También es cierto que al Conservatorio María Cristina venían músicos de prestigio internacional. Con Francisco García Grana, Málaga empezó a cambiar. Se empezó a trabajar en los barrios, en el centro y a levantar la plaza La Marina.

-¿Y cuándo comenzó a participar en su fisonomía?

-Precisamente fue García Grana a quien debo toda mi obra en Málaga. Él conocía mi obra en Noruega y las gaviotas en vuelo que había realizado para el Parque del Retiro de Madrid. Me llamó para conocerme y me pidió unas iguales para el recinto Eduardo Ocón que se inauguró en 1962.

-¿Y cuando llegó el Cenachero?

-Precisamente el año que bien cumple 50 años. García Grana me encargó que hiciera un trofeo que representara a Málaga y que sirviera para entregarle a las personalidades que visitaran la ciudad. Tanto le gustó que me pidió que lo hiciera de mayor tamaño para la plaza de la Marina. Para hacerlo me inspiré en Diego, un cenachero que recorría calle Carretería, y al que escuchaba llamar a las vecinas.

-Por cierto, la imagen del Cenacharo se utiliza para muchísimos artículos y se vende en todos las tiendas de souvenir, ¿cobra usted algo por ellos?

-Podría ser millonario si hubiese cobrado los derechos de autor. No lo registré así que lo copien y lo plagien todo lo que quieran. Fue un regalo para Málaga. Jamás he protestado ni me he metido en derechos de autor con ninguno de mis monumentos.

-¿Es cierto que hay un Cenachero en EEUU?

-En la plaza de Málaga en Mobile [Alabama]. Lo pagaron entre el Ayuntamiento, la Diputación y esta ciudad americana vinculada a la nuestra a través de la figura de Bernardo de Gálvez que contribuyó a su independencia. En Nueva Orleans también tengo la Fuente de los Caballos del Mar y muchísimos bustos repartidos por EEUU.

-Es también el padre de El Biznaguero o del burrito Platero, ¿pensó que sus esculturas se convertirían en símbolos de la ciudad?

-En Málaga no somos categóricos para decir si algo me gusta o no, sino que le ponen un sambenito y se lo cargan. Hay esculturas que no les llaman por el nombre, sino por el que la gente creen ver, y con cierta gotita de maldad. Con el Cenachero estaba asustado pero fue un éxito tan enorme desde el momento en que se descubrió que de momento llegaron las copias, las réplicas y los plagios. Lo que yo he hecho son iconos representativos. 

-¿Considera que están bien cuidadas? ¿Están bien expuestas?

-El Cenachero está mareado de tanto cambiarlo de sitio. En general, sí que lo están. Lamento mucho la niña de Las Lagunillas que robaron y de la que no existe ninguna copia. Me gusta visitarlas y mirarlas cuando vengo. El Cenachero lo tengo fácil de ver en cuánto me bajo del autobús y el busto de García Grana es el que está en peores condiciones.

-El Cenachero, el Biznaguero o al burrito Platero forman el trío de esculturas populares que se hicieron para embellecer el parque, ¿hay que sacar el arte a la calle?

-Platero se hizo con esa pretensión. Para que los niños lo manosearan, pudiera utilizarlo y se acostumbraran a tocar la tridimiensionalidad. Hay que acercar la cultura a la gente. Ese es el beneficio de todos. También es cierto que hoy en día es muy caro y muy difícil hacer una exposición escultórica.

-¿Cree que actualmente se tiende a diseñar el entramado urbano con una cierta orientación turística?

-Depende. Yo veo muy bien esculturas no figurativas en ciertos entornos pero hay otras que no pegan con la ciudad. No voy a decir ninguna, prefiero mantenerme al margen. Habría que buscar la armonía. Ahora bien, Málaga está quedando maravillosa. Es una ciudad muy íntima. Calle Larios es como el patio de mi casa. En cualquier otra ciudad es necesario quedar en un lugar concreto a una hora fija, en Málaga es suficiente con decir a mediodía en calle Larios. Allí nos encontramos todos. Los que pasean y los que están haciendo negocios.

-¿Considera que se están sacrificando señas de identidad tradicionales para hacer una ciudad más atractiva de cara a los visitantes?

-No. Aunque a mí me han hecho encargos específicos con los que he tenido que sacrificarme por las personas que me pagan cuando lo ideal sería dejar libertad al artista.

-En su opinión, ¿qué habría que hacer con la manzana del Astoria?

-Lo primero es derribar los edificios. Tiene que quedar un espacio abierto para el disfrute de todos los ciudadanos. Abrir más la Plaza de la Merced y por supuesto dar más visibilidad a la calle Victoria. Yo no descartaría la incorporación de jardines.

-¿Le parece bien como se está gestionando el circuito de museos de la capital?

-Muy acertado. Todos ellos se complementan. El museo Thyssen, el Picasso y la preciosidad que encierra el de Rebello de Toro. Me encanta como se ha remodelado el edificio. Tampoco podemos olvidar otros, más escondidos, como el del Cristal.

-¿Qué espera del Museo de Málaga en la Aduana?

-Espero que se abra pronto. Tenemos un patrimonio que es una maravilla. Tenemos una obra inmensa que está almacenada. Estamos expectantes ya que es muy necesario para Málaga. También confiamos en que la Academia de San Telmo tenga un sitio en él. No tenemos espacio y vamos de un sitio a otro sin sede para reunirnos o para exponer, Es fundamental que nuestro patrimonio deje de estar escondido

.

-La Niña de Benalmádena, Noctiluca en Rincón, Juan Breva en Vélez, ¿qué posibilidades tiene un artista de su generación de exponer en la provincia?.

-Los académicos nos vemos con las posibilidades muy mermadas para exponer. Queremos intervenir. Yo el año que viene sí voy a tener mi exposición pero será en honor a los cincuenta años del Cenachero. Me lo está arreglando la Academia de Bellas Artes y el Ayuntamiento de Málaga.

-¿Echa en falta más atenciones hacia su quinta?

-Yo nunca he tenido ese problema porque no me gusta exponer en galerías. No es negocio para los escultores. Tiene unos costes muy elevados que se quedan con el porcentaje que yo tengo que pagar a la fundición, al transportista, la estancia y mi trabajo. Y con las instituciones hay que esperar una cola de años. Hay tanta inquietud entre los artistas con deseos de exponer que es muy difícil.

-¿Cómo está afectando la crisis a la industria cultural?

-Los joyeros y los artistas somos los primeros que sabemos cuando va a venir una crisis. Sólo se salvan las personas que quieren invertir. Ellos saben que el arte se puede conseguir a unos precios más asequibles y es una forma de inversión eterna. Son malos tiempos para la cultura. Con la crisis el arte es el primero en pagar el pato. Ya no se paga lo mismo que antes. Ni los ayuntamientos, ni los privados quieren gastar en arte.

-¿Cree que la cultura también generaría otros consumos?

-El dinero teme al dinero cuando lo que hay que hacer es sacarlo a la calle. Hay que facilitar al entorno artístico para que se genere un mercado. Hay iniciativas en Miami, similares a Arco, que se podrían hacer aquí. Se organizan cada dos o cuatro años, y posibilita que todas las galerías del mundo lleguen a la ciudad.

-¿En que está trabajando ahora?

-Estoy trabajando en obras no figurativas elaboradas con elementos que el mar me trae. Eso es lo que me divierte ahora. También estoy escribiendo mi biografía y con la exposición que habrá en homenaje al Cenachero.

-¿Qué le gustaría hacer en Málaga a Pimentel?

-Me gustaría hacer el auditorio en el puerto o en la línea de costa. Ya tengo el diseño sólo que habría que ver sus posibilidades técnicas con un arquitecto. Es una ola musical. Un espacio abierto con una visera en el escenario formada por una ola de espuma que son en realidad caballos desbocados.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios