Volver a empezar con la lección aprendida. Muchos de ellos iniciaron su andadura como alcaldes cuando ya la crisis había hecho acto de presencia. Se encontraron con las arcas vacías y con deudas insostenibles. Del despilfarro en la contratación de obras públicas, personal y en facturas infladas de festejos, teléfonos, dietas y una larga lista de gastos, pasaron a una economía más justa y mesurada. "Casera", la definen los protagonistas que coinciden en que "hacen como cualquier familia que mira el dinero al céntimo". Son los responsables de los municipios menores de 5.000 habitantes y así han conseguido estabilidad presupuestaria, no tener morosidad y reducir al mínimo el gasto en cargos públicos. Han saldado sus cuentas y el contador se pone a cero. Ahora toca, crear empleo.

Y esas son precisamente las reglas que rigen la vida del Ayuntamiento de Iznate. Su alcalde, Gregorio Campos (PSOE), llegó en 2007, y sabe lo que es pasar estrecheces económicas. Ahora presume de tener un presupuesto equilibrado con un remanente de tesorería positivo, y de haber acabado con la morosidad. "Somos capaces de pagar en 20 días. Nuestro capítulo de personal es muy escueto, tanto que incluso hemos tenido que suprimir a un técnico", añade Gregorio, quien es consciente de que el plan de proveedores les ha liberado de una pesada losa económica. "De la Corporación anterior heredamos una deuda muy elevada a proveedores porque entonces se hacía obras que estaban fuera de presupuesto, y encima se ampliaba el ámbito de actuación", explica el alcalde de Iznate haciendo referencia al efecto "poyaque": "pues ya que arreglamos la calle, compramos bancos, farolas, papeleras y un parque infantil". "Ahora, si no hay dinero no se hace, y sólo se trabaja sobre lo que es estrictamente necesario", subraya el regidor axárquico. "Ahora también se administran mejor las subvenciones públicas. Hay que optimizar los recursos y minimizar los gastos", agrega Campos, para quien en esta política de austeridad es intocable subir los impuestos y recortar servicios. "En estos años lo único que hemos subido ha sido el agua y la basura porque eran muy deficitarios. Para el Ayuntamiento se había convertido en una cantidad grande que asumir, así que con este pequeño ajuste todos cubrimos los gastos", señala el alcalde, quien presume de guardería municipal y del complejo deportivo del que disfrutan los vecinos e "incluso los de Vélez - Málaga".

"En La Viñuela no debemos ni un céntimo", responde orgulloso José Juan Jiménez (PSOE) que llegó a la alcaldía en plena crisis. Desde 2011 ha trabajado por sanear al Ayuntamiento y ahora puede decir que además de cumplir con el plan de ajuste, tiene un superávit de 400.000 euros. "No se compra nada que no sea estrictamente necesario y se aprovecha lo que se tiene. Se controla mucho sin recortar servicios, se gasta menos en ferias y fiestas, se hacen las obras que se consiguen con subvenciones y se paga a los proveedores en 20 días", describe Jiménez, quien en ese control del gasto ha negociado "al céntimo" la tarifa plana del teléfono y ha reducido en 20.000 euros la factura de la luz cambiando las luminarias por otras de bajo consumo. "Para un alcalde es una alegría tener las cuentas saneadas sin subir los impuestos desde que empezó la crisis", destaca el alcalde de La Viñuela que además ha bajado en un 20 por ciento el impuesto de bienes inmuebles.

También sin deuda se encuentra el municipio de Alcaucín, cuyo alcalde, Domingo Lozano (PP) llegó tras las elecciones de 2011. "Tenemos deuda cero, se cobra entre el día uno y diez, y no se ha recortado ningún servicio. Es una cuestión de sensatez: estamos gestionando dinero público. Un dinero que no sobra, pero sobre todo, que nunca debe faltar", subraya Lozano. En Canillas de Aceituno, pese a los "2 millones de deuda que heredó del anterior equipo de gobierno", según su alcalde Vicente Campos (PP) también "van tirando". Llegó a la Alcaldía hace apenas seis meses mediante una moción de censura a la alcaldesa socialista, Pilar Ortiz, con el apoyo de Izquierda Unida. "Tenemos las manos atadas y no podemos hacer todo lo que queremos pero a pesar de todo estamos consiguiendo arreglar calles que llevan una década sin tocarse. La clave es tener un control exhaustivo del gasto y administrar bien", asegura.

El Presupuesto de Almáchar también refleja la buena marcha de la economía de este pueblo que ha conseguido incrementarlo en 28.000 euros con respecto al de 2013. El dinero lo va a destinar a nuevas inversiones y a ampliar las ayudas sociales. "Estamos al día con las nóminas a trabajadores, con la seguridad social y con la hacienda pública estatal y autonómica. Con los pagos a los consorcios, hemos ampliado las ayudas sociales y tenemos nuevos programas de empleabilidad", resume su alcalde José Gámez.

Y empleo, es el siguiente paso que buscan los alcaldes para sus municipios. "Nuestro reto no es sólo estabilizar las cuentas sino dar oportunidades a los vecinos para que puedan realizar sus proyectos de vida", confiesa Jiménez que al igual que Lozano o Campos esperan promover nuevos puestos de trabajo en sus respectivos pueblos. De momento, en Iznate han conseguido vía subvención, que ocho universitarios se hagan cargo del servicio de ludoteca.

La situación que viven estos municipios axárquicos dibuja muchas similitudes con los de la comarca de Ronda, aunque, como reconocen los alcaldes de Gaucín y Cortes de la Frontera, Pedro Godino y Antonio Granero, respectivamente, las dificultades persisten. En el caso de Gaucín, el regidor asegura haber conseguido poner al día el pago de las nóminas de los empleados municipales, que llegaron a tener varios meses pendientes de cobro. Además, los proveedores también se han puesto al día en los cobros, aunque en este caso ha sido gracias a los planes de pago a proveedores puestos en marcha por el Gobierno central, que han ascendido a 2 millones de euros. "Ahora estamos pagando con normalidad, al tiempo que hacemos frente a nuestros préstamos", explica Godino. No obstante, reconoce que su Consistorio tendrá que estar entre siete y ocho años con el cinturón apretado y sin poder gastar en exceso.

La situación también mejora de forma notable en Cortes de la Frontera. Allí, su alcalde, Antonio Granero, se siente satisfecho con la gestión realizada por su equipo de gobierno, destacando que ahora los trabajadores ya solo tienen pendiente una nómina, incluso en el mes de diciembre estuvieron al día de los pagos.

Por otra parte, los planes de pago a proveedores también han permitido hacer frente a la deuda pendiente, en este caso, de casi 4 millones de euros. "Ahora los proveedores están cobrando", dice Granero.No obstante, sí que m antienen todavía una deuda pendiente con la compañía eléctrica Endesa, que hace que algunas dependencias municipales permanezcan sin luz, aunque la mayoría de las instalaciones consiguieron recuperar el suministro al pagarse buena parte de la deuda que estaba pendiente.

En la comarca de Antequera ha sido el municipio de Mollina el que hace unos meses fue noticia por el posible despido de empleados públicos ante la falta de recursos. No obstante, ayer, el alcalde del municipio, Francisco González, mostraba su satisfacción por conseguir un acuerdo con los trabajadores que permitirá el ahorro de 100.000 euros. Para ello los trabajadores dejarán de cobrar un mes de su salario, lo que permitirá hacer frente a facturas pendientes con recursos propios. "Teníamos un problema económico y lo hemos resuelto", afirmó González.

Además, el regidor mollinato se mostró convencido de poder hacer frente con recursos propios a los 300.000 euros que tienen pendiente de pago en facturas, algo que espera poder hacer durante este año 2014.