La obra que permitirá regar con agua reciclada los jardines de Parcemasa, del aeropuerto, del campus universitario de Teatinos, o de los campos de golf de Guadalhorce y Guadalmar, sigue sin concretarse. Un problema sobre el aval que la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) debe presentar a la sociedad estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed) para garantizar la devolución de la mitad de la financiación en el plazo de 50 años es el motivo del retraso, que ya parece tener visos de solución. El concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, que estuvo el miércoles en una reunión en Madrid con los responsables de este organismo, confirmó a este periódico que se ha presentado una propuesta que "aunque ahora tendrán que estudiar los servicios jurídicos parece que se ha llegado a un principio de acuerdo sobre la forma en la que se hará".

Acuamed quiere tener bien atado este fleco administrativo antes de dar el visto bueno definitivo a la aprobación de este proyecto crucial para la depuradora del Guadalhorce y que permitirá dotar de agua reciclada a los grandes consumidores de la zona oeste de la ciudad. El proyecto ha sido cifrado en unos 15 millones de euros y el acuerdo entre ambas administraciones supondría que el 50% de la inversión será cubierto con fondos europeos y el resto deberá asumirlo Emasa, aunque financiado por Acuamed en un plazo de 50 años. En ese importe estaría incluido tanto la construcción de la planta para tratar el agua residual como la red de tuberías que llevará el agua ya reciclada hasta los jardines previstos.

"Acuamed quiere tener garantías y eso está retrasando el proceso, pero en breve habrá una respuesta y estaremos en condiciones de firmar y aprobar el convenio", explicó el edil, que añadió que a partir de ahí de su adjudicación tendrá un plazo de adjudicación de nueve meses.

El convenio estaba previsto que fuera aprobado por los consejos de administración de ambos organismos el pasado mes de octubre después de años de incertidumbre sobre su futuro, ya que suponía sustituir el proyecto previsto inicialmente en la depuradora del Peñón del Cuervo de Málaga capital e instalar el sistema terciario de depuración de aguas residuales en la planta del Guadalhorce. La nueva planta de tratamiento terciario prevista permitiría disponer, según los cálculos de Emasa, de 400 litros por segundo que serían suficientes para regar los jardines previstos e incluso el campo de golf proyectado en Santa Tecla en el caso de que llegue a construirse en un futuro.

La instalación del sistema de depuración terciario en el Peñón del Cuervo preveía regar unas 60 hectáreas de zonas verdes de los alrededor de 800 chalés distribuidos en la zona este de la capital, pero fue descartado porque la Junta de Andalucía impuso estrictos controles para autorizar a Emasa el uso del agua residual reciclada en los jardines propiedad de particulares después de siete años en los que ambas administraciones estuvieron inmersas incluso en un proceso contencioso-administrativo.