Málaga

La saturación se hace presa de la Protectora

  • El centro se encuentra desbordado después de alojar a 800 animales en un lugar ideado para 260 En el último semestre ingresaron 1.000 mascotas

Nada más llegar a la puerta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga se puede ver un cartel en el que dice que no se admiten a más mascotas y en el que piden comprensión. Este panorama es el que se puede encontrar en el centro donde hay 800 animales en unas instalaciones destinadas a 260.

"Cuando decimos a alguien que no podemos quedarnos con su perro se nos parte el corazón porque en realidad se lo estamos diciendo al animal y sabemos que lo más seguro es que terminen abandonarlo", explica con tristeza Carmen Manzano, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales de Málaga.

Sin embargo, siguen entrando más y más. En el último semestre ingresaron alrededor de 1.000 canes y fueron adoptados aproximadamente 700. "Estamos muy contentos por el alto grado de acogimiento, pero no es suficiente", afirma Manzano.

Si bien es verdad que muchos de los animales son adoptados, también es cierto que otros tantos son devueltos. Según Manzano, lo más demandado son los perros pequeños y cachorros. Ella intenta advertir a los nuevos dueños que estos últimos crecerán y será incómodo convivir con ellos en un piso o llevarlos a pasear, "pero no me escuchan, así que terminan devolviendo muchos. Cuando se llevan a un perro de gran tamaño siento satisfacción y miedo en partes iguales", declara y añade que además de abandonarlos, regresan en una situación "lamentable" y en la Protectora se tienen que ocupar de reparar daños físicos y educarlos para que aprendan a vivir en comunidad.

Pero la saturación no solo se traduce en el hacinamiento de los animales, los gastos se incrementan de forma exponencial. Un total de 4.000 euros al mes solo en pienso, a eso hay que sumarle el sueldo de nueve trabajadores, dos veterinarios externos y las medicinas y vacunas que requieren los animales. Todo ello financiado por los 1.400 socios que pagan una cuota mínima de siete euros al mes, además de un convenio con el Ayuntamiento de Málaga por el que cobran 30.000 euros al año por la recogida de animales en la vía pública los sábados y días de fiesta cuando no trabaja el Centro Zoosanitario, centro dependiente del Área de Medioambiente.

Cuando un animal entra por la puerta de la Protectora, es puesto en cuarentena, desparasitado, vacunado y esterilizado. Esto último es básico según Manzano, porque es verdad que las personas adoptan pero, ¿qué hacen con las camadas? "Hace poco tuvimos que esperar a que una perra diera a luz en la puerta para que pudiera entrar con sus cachorros". Ven en la castración una medida a corto plazo, "cuando se normalicen las cosas no habrá que hacerlo".

Otro tema es el maltrato y abandono de los animales, en este caso la presidenta es tajante "los peores son los cazadores", los podencos llegan a las instalaciones en condiciones deplorables y con el chip arrancado de la piel y sangrando. Para que estas situaciones dejen de producirse la institución insta a los jueces a que apliquen la ley y exigen una indemnización económica para perros maltratados y penas accesorias en las que condenen a los dueños para que no puedan tener más contacto con animales, en caso de ser condenados. En este momento, las sanciones mínimas por producir daños físicos a un animal son de 200 euros, pero según Manzano la mayoría de las veces es difícil de conseguir porque se declaran insolventes.

Pero sobre todo, lo más importante para que no sigan dándose estas prácticas es la concienciación. La Protectora organiza verbenas, jornadas de puertas abiertas y excursiones para los colegios con este fin. El sábado pasado tuvo lugar una recogida de pienso en Carrefour Los Patios y se realizarán más acciones durante el año.

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