El Metro de Málaga tiene un motivo para estar de celebración: hoy cumple un mes de funcionamiento desde que se inaugurara el pasado 30 de julio. Aunque el estreno estuvo marcado por las críticas centradas en los 10 años de proyectos y obras necesarias para su puesta en marcha, 31 días después las ventajas inherentes al suburbano parecen haber aflorado y los usuarios aplauden la utilidad del transporte público, sobre todo en materia de tiempo y rapidez.

Tras el boom que supuso su apertura, en la que millares de malagueños se acercaron curiosos a conocer los entresijos del metropolitano, el paso de los días ha cribado la afluencia de viajeros hasta quedar tan sólo aquéllos que verdaderamente lo utilizan bien sea por necesidad o comodidad.

La rapidez se configura como el principal atributo en el que la mayoría de usuarios coincide al destacar qué ha traído de positivo el Metro en este primer mes. Solamente media hora separa las paradas de Andalucía Tech y el Palacio de los Deportes, extremos del recorrido que realizan las dos líneas actuales por la ciudad.

"El Metro me permite ahora llegar antes a Teatinos o a Carretera de Cádiz, donde voy al hospital. Mi marido, por ejemplo, tarda sólo cuatro minutos en llegar a su trabajo en Barbarela", explica Purificación Medina, una usuaria habitual de la línea 2 que une El Perchel con Martín Carpena y que desde la inauguración del transporte asegura prescindir del coche en los trayectos que estén cubiertos por el Metro.

Al igual que Purificación, María del Mar Rodríguez y Josefina Osorio dejan aparcado el coche en la puerta de casa como consecuencia de la comodidad y rapidez del suburbano. "Lo utilizamos mucho para ir al hospital desde el barrio de La Luz. Antes solía coger el autobús para esos trayectos, pero el Metro ofrece un servicio mejor", indican las dos amigas que, no obstante, echan en falta una ampliación de la línea hacia el aeropuerto, donde trabajan cada día.

Junto con la rapidez y el ahorro de horas al reloj, la comodidad se antoja como otra ventaja frente al servicio de autobús que los usuarios no dejan pasar por alto. Así, posibles inconvenientes del día a día como los frenazos o la falta de asientos se reducen a ojos de los viajeros que han cambiado la tarjeta de la EMT por el abono metropolitano. "Hemos venido otros años de vacaciones y siempre pagábamos el billete de autobús. Ahora, llevamos un mes y nadie nos saca del Metro", aseguran María del Carmen Salgado y Rafael Moreno, una pareja de Tarragona que veranea habitualmente en la ciudad.

Sin lugar a dudas, uno de los grupos más beneficiados por la llegada del Metro ha sido el de las personas que acuden regularmente al hospital, ya sea como enfermos y pacientes o enfermeros y médicos del servicio de salud. "Para mí se han acabado las esperas, al menos tan largas como antes. Además, tengo problemas en la cadera y la estabilidad del Metro se agradece", relata Asunción Rodríguez, que utiliza cada semana el transporte público para trasladarse a la zona del Clínico. Por su parte, José Luis Ruiz, jubilado, concuerda con Asunción a la hora de señalar las ventajas de la conexión con el hospital. "Yo no tengo la necesidad de ir cada día, pero transmite seguridad que exista la posibilidad de ir tan rápidamente por si algún día ocurre una desgracia inesperada".

Un mes después de la inauguración del Metro, una parte de los malagueños parece haber olvidado el tiempo de espera que supuso poner en marcha este transporte y, ante todo, agradecen intercambiar el autobús porel suburbano. En comparación con la primera jornada de inauguración, éste ha perdido viajeros, aunque la mayoría curiosos. En su lugar, ha ganado usuarios fieles que destacan la rapidez y comodidad como ventajas valiosas que casi hacen olvidar los 10 años de obras y disgustos.