Medio centenar de cajas por desembalar, muebles vacíos que llenar, pizarras que colocar y material traspapelado que buscar. La vuelta al cole en el CEIP Los Prados no ha sido sencilla. El 28 de julio hicieron la mudanza desde los dos centros que han acogido a los alumnos durante el curso pasado y el 1 de septiembre se incorporaron los docentes con mucho trabajo pendiente. Aún así, ayer apuraban las primeras horas de la tarde para tener lista la puesta a punto y poder recibir con entusiasmo a los niños en su colegio, un edificio remozado que ha estado un año sujeto a obras de mejora.

"La Junta terminó las obras el 29 de agosto y el 1 de septiembre entró el Ayuntamiento para hacer su parte", recordaba ayer Lorena Ruiz, directora del colegio, por lo que han convivido durante una semana claustros y reuniones de ciclo para programar el curso con los operarios municipales. "Hemos tenido mucho trabajo estos días, hemos ido clase por clase, ha habido que colgar y descolgar y los horarios, que es la tarea de mayor envergadura para el equipo directivo, los hemos confeccionado en casa, trabajando por las tardes y el domingo", explicó la directora.

El colegio Los Prados, que también cuenta con los dos primeros cursos de Secundaria, está compuesto por una plantilla de 21 profesores. "Tenemos tramos de horario diferentes, así que hay que hacer encaje de bolillos para que a todo el mundo le cuadre sin tener huecos en medio", indicó Ruiz. Pero "esto no es más que nuestro trabajo", quiso destacar, sin quejarse y contenta por poder ver los pasillos de su colegio llenos de niños otra vez.

"Estamos contentos con la obra, el colegio está mucho mejor que estaba, las barreras arquitectónicas están eliminadas, el centro es seguro, eso sin duda, todo por lo que se movieron tanto los padres está hecho, en varios plazos, estirando el tiempo, pero está hecho", apuntó la directora, que es prudente y sabe que hay que esperar a las lluvias para ver si efectivamente se han subsanado los problemas estructurales.

En Los Prados quizás se ha llevado con mayor intensidad, al igual que en los centros de nueva creación que inician su historia este curso, pero el trabajo no ha faltado en los días previos en ninguno de los colegios malagueños. En el centro de Primaria San José de Calasanz, en la calle Hilera, terminaban ayer los preparativos. Adornaban clases con globos y colocaban en las estanterías el nuevo material recibido. Pero en un centro de una sola línea y con la plantilla estable, la puesta en marcha no es demasiado dificultosa. "En estos días hemos elaborado las pruebas iniciales que se harán a los alumnos, estudiamos los expedientes de los alumnos, hemos visto las incidencias familiares, la problemática de cada alumno y discutimos si nos acogemos a los planes", comentó ayer María Ángeles Clavero, directora del centro.

Eso sí, la entrada de la Lomce ha añadido tarea a los docentes, que tendrán que evaluar por separado las asignaturas de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales aunque, por el momento, conserven los manuales de Conocimiento del Medio.