Málaga

El 'bosque' que debería ser un río

  • Ni el Ayuntamiento de Málaga ni la Junta han limpiado este año la vegetación que se acumula en el principal río de la ciudad

Mediados de octubre y otro año más se repite la misma historia. En pleno periodo de máximo riesgo de lluvias torrenciales, el principal río que cruza Málaga capital tiene el aspecto de todo menos de un cauce. El río Guadalmedina parece un bosque en algunos de sus tramos, sobre todo en la parte más cercana a la presa del Limonero, pero ya en pleno casco urbano. Árboles de casi tres metros de altura y arbustos de todo tipo campan a sus anchas a lo largo de una zona que nuevamente se ve inmersa en la disputa de las administraciones por quién debe hacerse cargo de su cuidado.

Ni el Ayuntamiento de Málaga ni la Junta de Andalucía, como viene siendo habitual en los últimos años, se han puesto de acuerdo sobre su limpieza y mantenimiento antes de que empezara el periodo de lluvias y el resultado salta a la vista. Vegetación salvaje por doquier en prácticamente todo el cauce a su paso por la ciudad.

El cruce de acusaciones entre ambas administraciones tampoco ha variado de un año para otro. El primero considera que no es su competencia la retirada de vegetación de los ríos y arroyos de la ciudad, y por tanto se ha limitado a actuar en aquellos puntos más peligrosos ante la dejadez del Gobierno andaluz. Y éste simplemente da la callada por respuesta ante la falta de financiación.

Sea como fuere, lo cierto es que el río Guadalmedina es nuevamente el gran olvidado a pesar de estar a la vista de gran parte de la ciudad y haber protagonizado graves inundaciones a lo largo de la historia de la ciudad. El año pasado ya ocurrió lo mismo cuando a finales de septiembre, nadie había actuado en el cauce de este río para retirar la abundante vegetación que crece cada año y que podría representar un verdadero peligro de atoro en los puentes y desembocadura si se produce un fenómeno de lluvias torrenciales.

Aunque la zona trasera del cauce es la que presenta un aspecto de dejadez más evidente, un paseo a lo largo del río Guadalmedina en dirección hacia el corazón de la ciudad basta para comprobar el estado de abandono que sufre este río en todo su recorrido.

Todo apunta a que este año el dilema de todos los años sobre el mantenimiento de los ríos y arroyos va a tener que ser resuelto de nuevo por los tribunales. Como ya hiciera en 2013, el Ayuntamiento de Málaga ha requerido de nuevo al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) medidas cautelares sobre la retirada de árboles, vegetación y material natural de los cauces que, a su juicio, es competencia de la Junta de Andalucía. Las competencias municipales en este tema son, en opinión del Consistorio malagueño, únicamente las de la retirada de residuos sólidos.

El Ayuntamiento de Málaga ya ganó el primer asalto a la Junta de Andalucía en el contencioso-administrativo que inició en octubre de 2013 contra ésta sobre quién debía encargarse de la limpieza de los arroyos de la ciudad. El TSJA obligó a la Delegación provincial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente a pagar al Consistorio los 60.000 euros que costaron los trabajos de acondicionamiento de urgencia que hubo que llevar a cabo en algunos arroyos ya iniciada la temporada de riesgo de inundaciones. En un auto, con fecha del 8 de enero de este año, la sala de lo contencioso-administrativo reafirmó su propio auto dictado en diciembre pasado en el que autorizaba al Consistorio de la capital como medida cautelar a realizar las labores de acondicionamiento de los cauces debido al peligro de inundaciones que había en algunos puntos y ante la falta de concreción de la Junta al respecto.

El problema quedaba resuelto temporalmente, pero el tribunal aún deberá pronunciarse sobre cuál de las dos administraciones tiene las competencias en la materia tal y como solicitó el Ayuntamiento en su recurso debido a la polémica que existe sobre este tema y que se repite cada año de manera sistemática. Hasta entonces, si nadie lo remedia, el bosque del Guadalmedina seguirá creciendo.

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