Málaga

De los laureles pasados al parón

  • Las estadísticas oficiales del sector empresarial indican que mientras en 2007 las administraciones licitaron por 1.469 millones de euros, hasta octubre pasado fueron 237,6

Pocos territorios como el de la provincia de Málaga han sabido de las bondades que dejan tras de sí los millones invertidos en infraestructuras, grandes obras mediante las que sacar del ostracismo una provincia necesitada de una apuesta histórica por la mejora de sus comunicaciones viarias, ferroviarias y aéreas. Todos las fronteras físicas tuvieron respuestas contundentes en los años de laureles, en los que los dineros de las administraciones públicas florecían sin temor al parón posterior.

Pero en la misma medida en que la llegada del tren de alta velocidad a la capital de la Costa del Sol, la construcción de la segunda pista del aeropuerto y de una nueva terminal, y la ejecución de la hiperronda, son exponentes fieles de los miles de millones de euros materializados en el territorio, estas grandes intervenciones dibujan un escenario sin parangón y que, a tenor de las opiniones de muchos expertos, difícilmente volverá a tener lugar. El privilegio vivido en la provincia hace más patente si cabe el efecto contrario generado por la incapacidad real de las instituciones por mantener abierto el grifo de las inversiones.

Las estadísticas hablan por sí solas y dibujan un panorama cuanto menos desolador desde que a lo largo de 2007 arrancase la crisis económica. Ese ejercicio, según los datos del Observatorio de la Construcción de Seopan, la Asociación de Empresas Constructoras de Ámbito Nacional de España, las licitaciones impulsadas por los gobiernos central y autonómico, así como por las corporaciones locales tuvieron un valor de 1.469 millones de euros.

A fecha del pasado mes de octubre, tras observarse una mejoría en las cifras respecto a ejercicios anteriores, el montante alcanzaba los 237,6 millones de euros. Y la última anualidad completa, la de 2013, las licitaciones fueron por 187,7 millones. Es decir, un 87% menos que seis años antes del arranque más crudo de la crisis.

La mejoría registrada en los diez primeros meses del año están estrechamente vinculadas con la obra del Metro y el paso dado por la Consejería de Fomento de licitar la construcción del tramo Guadalmedina-Atarazanas, con un valor de licitación de 44,6 millones de euros. Sin embargo, lo que no marcan las estadísticas son las dudas que este procedimiento está generando en la Administración regional, al punto de sopesar su anulación ante la excesiva baja económica presentada por las empresas que optan al concurso. Junto con el Metro, el AVE entre Antequera y Granada asume el protagonismo en el escenario actual una vez se han culminado las grandes intervenciones pendientes.

El grupo de expertos reunido por Málaga Hoy para analizar la situación del sector y perfilar líneas de futuro coincide, grosso modo, con lo que sólo en apariencia parecen haber asumido algunos de los responsables institucionales: la necesidad de racionalizar toda inversión de nuevo cuño. A la espera de conocer en detalle qué senda adoptan las administraciones y de los efectos que puede tener el bautizado Plan Juncker, iniciativa mediante la que se esperan movilizar del orden de 321.000 millones de euros en todo el continente europeo, Málaga aspira al menos a ver resuelta en el medio y largo plazo algunos de los huecos que no fueron cubiertos en la etapa de bonanza. La principal, como indican los propios expertos, el corredor litoral, carente de un medio de comunicación con capacidad suficiente para dar respuesta a las necesidades de transporte actuales.

La fórmula histórica de enlazar desde Nerja hasta Estepona toda la costa con un tren parece, tomando como referencia los antecedentes, de difícil consecución. Muestra de ello es que desde que en el año 2000 la iniciativa fuese puesta encima de la mesa por el entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, no se ha movido una sola piedra. Y ello a pesar de disponer de todos los proyectos constructivos de la parte más occidental, entre Fuengirola y Marbella. Ahora, es el Ministerio de Fomento el que dice tener intención de retomar la iniciativa, aunque sólo, de momento, en forma de estudio de viabilidad. Los datos disponibles hasta el momento cuantifican en unos 5.000 millones de euros la inversión necesaria sólo para llevar la línea de Cercanías desde Fuengirola a Estepona. El interrogante es lógico: ¿hay capacidad real para afrontar un megaproyecto de esta envergadura? Quedan por delante años antes de que sea factible pensar en ello.

Los hechos confirman que no parece haber variado la hoja de ruta de las administraciones. Ejemplo de ello es que lejos de pensar en reconversiones de las infraestructuras ya existentes, tanto el Gobierno andaluz como el Ayuntamiento de la capital ya ponen sobre la mesa reclamaciones de varios cientos de millones de euros para poder ejecutar obras aparcadas por la crisis como la llegada del Cercanías a la Plaza de la Marina o el soterramiento del tren al puerto. Estos son los nombres propios que asoman en el horizonte inmediato de la provincia como infraestructuras a desarrollar. Ello siempre que no se opte por iniciativas de mucho menor coste y que, como apuntan los expertos, permitiría reconvertir la antigua carretera N-340 en una plataforma reservada para el transporte público. Tiempo habrá de identificar las señales de hacia donde se encamina el sector.

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