Desde el interior de una de las cabinas del que ya es el nuevo atractivo turístico de la ciudad, la noria Mirador Princess, levantada en el puerto a espaldas de la estación de autobuses del Muelle de Heredia, los malagueños y visitantes pueden contemplar algunos de los rincones y edificios más emblemáticos de Málaga. La Farola, La Equitativa, la Catedral, la calle Larios, la Alameda, el Muelle Uno, la terminal de cruceros, el mar... Todo ello a 70 metros de altura, desde una nueva perspectiva, desconocida para la mayoría, que alcanza con buena visibilidad una panorámica de hasta 30 kilómetros. Además, este nuevo mirador que ya gira en Málaga aterriza con vocación de continuidad, aunque la concesión inicial es por ocho meses.

Eso es lo que afirmó ayer Santiago Sardá, el responsable de la empresa Mederyt Show Services, encargada de la atracción, durante el acto de presentación de esta, a la que asistieron también el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y representantes de la Junta de Andalucía. "La idea no es venir, estar ocho meses e irnos", comentó Sardá, que señaló que la instalación ya está "rodando", al tiempo que anunció que la inauguración oficial será a partir del 8 de septiembre, aunque no precisó una fecha exacta. El horario de apertura será de 11:00 a 00.00, todos los días.

Hasta entonces, la noria continuará dando viajes con pasajeros, pero en fase de pruebas, como viene haciendo desde el pasado martes por la tarde, ya que, según explicó Sardá se trata de "una máquina que necesita su tiempo", por lo que tendrán que tener en cuenta las posibles paradas e interrupciones del servicio. "Este es un aparato único en el mundo, con una tecnología nueva y segura", apostilló.

El responsable de la empresa admitió las dificultades que supone instalar una estructura de estas características en una ubicación óptima, pero valoró que "entre todos" hayan sorteado los obstáculos, incidiendo en que Málaga, "la tercera ciudad turística de España con proyección", abrió sus puertas al proyecto "con muchas ganas e interés". Por ello, la intención en un futuro sería continuar en la ciudad, y poder instalar una noria fija "si los malagueños quieren".

"Si todo funciona bien, deberemos ampliar esos ocho meses", indicó, al tiempo que sostuvo que en todos los sitios en los que han estado instalados, "al irnos se queda un agujero grande y los comerciantes y autoridades nos piden quedarnos". Al respecto, Sardá comentó que la noria fija "es mucho más barata y más fácil de instalar". Si bien, apuntó que ese posible carácter permanente sí exigiría contar con un espacio adecuado para ello.

La estructura tiene un peso de 600 toneladas, y cada una de sus 42 cabinas (acristaladas, climatizadas y con iluminación LED) tiene capacidad para ocho pasajeros, siendo accesible para personas con movilidad reducida. El viaje tiene una duración aproximada de unos 15 minutos, durante los cuales la atracción da tres vueltas completas. "El objetivo de una noria como esta es enseñar a visitantes y ciudadanos la belleza de la ciudad desde un punto de vista nunca visto, que mucha gente no tendría oportunidad de ver porque no todo el mundo puede ir en helicóptero", subrayó.

En cuanto a los precios, la entrada tiene un coste de 10 euros en el caso de los adultos, aunque hay una tarifa familiar, con la que esa cifra se ve reducida a 7 euros. "Estamos en predisposición de que en casa, en Málaga, nos hagamos la trampa", comentó, después de las primeras críticas recibidas por el elevado precio. En este punto, Sardá afirmó que en el caso de la noria de Andorra, por ejemplo, los precios eran más bajos porque "los costes para la empresa eran muy pocos", pero que aquí, al ser espacio portuario, "no se puede hacer ninguna trampa y hay que pagar las tasas" (unos 100.000 euros).

Hay una tarifa para grupos de seis personas, por 8 euros, el mismo coste que para los mayores de 65 años; para los niños con una altura inferior a 1,20 metros, el precio es de 6 euros, y gratis para aquellos cuya estatura no supere los 80 centímetros. Asimismo, el responsable de la empresa aseguró que la noria pretende ser "un polo social", y que "no habrá nadie que deje de subir". Así, explicó que se organizarán visitas escolares y que se colaborará con entidades sociales para acercar la atracción a familias con pocos recursos.

En cualquier caso, el alcalde, Francisco de la Torre, aprovechó para sugerir a la empresa que "sepa ajustar los precios" dentro de su objetivo comercial. El regidor consideró que el espacio donde se levanta esta noria reúne "las condiciones adecuadas para que tenga éxito" y que supone un "enriquecimiento para la ciudad desde el punto de vista de su atracción turística" que añade un elemento de ocio a la oferta de restauración y cultural de la capital.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, afirmó que la instalación del Mirador Princess se enmarca en el objetivo de intensificar la integración puerto-ciudad, y confió en que será "un éxito para la ciudad, sobre todo fuera de temporada de verano". En definitiva, "un revulsivo" de cara al otoño y el invierno.