Grietas en paredes, muros y techos, lámparas sin protección, enchufes a menos de un metro del suelo, lavabos sujetos con hierros oxidados o puertas y ventanas que no pueden cerrarse son solo algunas de las principales deficiencias que denuncian los padres de los alumnos del CEIP Pablo Ruiz Picasso de Fuengirola. "Nuestra mayor preocupación es que tenga que pasar algo grave para que tomen medidas", comenta la vicepresidenta del AMPA. "Nos vemos impotentes porque no podemos hacer nada y traigo a mi niño a un sitio del que no sé cómo va a salir o si me van a llamar diciéndome que se ha caído o ha pasado algo", critica Mari Ángeles, madre de dos alumnos y secretaria de la asociación.

Este periódico pudo comprobar in situ la situación en la que se encuentra actualmente el centro, uno de los más antiguos del municipio con una antigüedad de más de medio siglo, y en el que no sólo son evidentes las grietas o las humedades de algunas de sus aulas, sino también los desniveles y hendiduras en el suelo. "Aquí se han caído niños e incluso profesores y ha habido partes de urgencias por problemas del suelo", agregan.

De hecho, según denunciaron, el suelo ya sufrió varios hundimientos en horario lectivo en años anteriores "con la suerte de que no ocurrió nada grave". "Se da el caso de padres que estudiaron aquí y vivieron esa situación, y que más tarde volvió a repetirse con niños que están hoy en el instituto. Las carencias del centro hoy siguen siendo las mismas y no queremos que la situación se repita", inciden.

Ante la distribución de los niños en el centro -los de primer y segundo curso en la segunda planta mientras que los de quinto y sexto de Primaria lo harán en la primera-, aseguran que la respuesta desde dirección fue "para que la planta de arriba no tenga tanto peso". "Si el colegio no estuviera en malas condiciones creo que no sería necesario hacer una distribución que consideramos ilógica. El techo tiembla cada vez que los niños corren por el pasillo de arriba", sostienen.

Uno de los problemas más evidentes son las grietas en sus muros exteriores, que ya han llevado a vallar la muralla del patio de infantil por el posible riesgo de derrumbe. Aunque, según el peritaje que el Consistorio realizó el pasado mes de marzo el peligro no es "inminente", estas madres denuncian que "siguen las grietas e incluso ha cedido más". "Tanto si están las vallas como si no es un peligro. Si las quitas porque no sabemos cuándo se puede caer, y si las dejas también son un peligro para los niños y por mucho que digan dos maestras solas no podrán con 75 niños queriendo subirse a las vallas, lo que queremos es que se arregle el muro", manifiestan.

Ante esta petición, la Delegación de Educación respondió que tras la visita de los técnicos del ISE durante el curso pasado para evaluar el estado del mismo, estos "determinaron que el mismo presentaba desperfectos que no eran de reciente aparición ni habían sufrido una evolución negativa, por lo que no suponían ningún riesgo". No obstante, aunque no matizaron fechas, agregaron que "se procederá a la reparación de los mismos".

También el Ayuntamiento de Fuengirola, durante el pleno del pasado mes de julio, y tras las continuas peticiones de los padres y usuarios del centro, que ya han recogido más de 800 firmas, anunció la incoación del expediente de rehabilitación del colegio, para lo que ya se están solicitando presupuestos, con carácter subsidiario a la Junta de Andalucía.

Entre el resto de denuncias, critican que la antigüedad de la instalación eléctrica del centro provoca que no se puedan usar ni ventiladores ni calefactores porque "salta la luz". "Las cocineras tienen que calentar la mayoría de las cosas al baño maría porque si no saltan los plomos", comentan.

Desde la asociación de madres y padres, que el próximo 10 de septiembre realizarán una sentada en la puerta del centro para denunciar esta situación, afirman que el siguiente paso sería "denunciar a la Junta de Andalucía por el estado en el que se encuentra el colegio".