Tres días después de la mañana de Reyes, el Carnaval en Málaga comienza a invadir las calles. Y lo hace literalmente desde que ayer la calle Chaves se convirtiese en el primer escenario de la conocida como fiesta del invierno cálido. Los callos victorianos congregaron a un gran número de seguidores fieles que quieren disfrutar de los prolegómenos y los días que restan hasta el entierro del boquerón. Con el fin de la Navidad, era la hora de los reencuentros. Hasta el momento se habían sucedido los ensayos entre las murgas, comparsas y cuartetos para poner a punto las voces que resonarán en breve en el Teatro Alameda y, si todo sale bien, sobre las tablas del Cervantes.

Tras la amenaza de lluvia, la canción Bajo el mismo sol que sonaba por la megafonía al ritmo de Jennifer López y Álvaro Soler servía para abrir el cielo y dejar espacio al disfrute con el picor de los rayos del astro rey. La una de la tarde y la tramoya de la casa hermandad del Rocío comenzaba a animarse. Los primeros en subir al escenario fueron los miembros de la murga infantil dirigida por Paqui Prieto, en su 25 aniversario. Valientes ante un sol de justicia para animar los primeros compases de un día especial. En su pasodoble lo decían, pues ellos "lo viven como un sueño" que se hizo real.

Los aplausos sonaban para la murga "Sopla el viento" mientras algunos padres, gustosos de ver perfectos a sus retoños en su tradición generacional, se acercaban a colocar mejor sus sudaderas azules o a darles agua frente a un sol que no daba tregua. Minutos más tarde invadía el espacio la murga del Fili, que este año competirán en el Concurso Oficial de Agrupaciones (COAC) bajo el nombre de "Los caciques añejos". Mientras, en el interior de la casa hermandad de la Novia de Málaga, los callos terminaban de ponerse a punto. Bajaron a la calle las ollas para comenzar a servir.

En ese punto, los concejales Gema del Corral, Daniel Pérez y María del Carmen Moreno; el hermano mayor del Rocío, Juan José Lupiáñez, y el presidente de la fundación del Carnaval de Málaga, Rafael Acejo, se ponían manos a la obra para repartir, de manera gratuita, los cuencos del plato tradicional que reunía a todos los carnavaleros.

Mientras el público degustaba los callos, llegaba el turno de la comparsa de David Santiago. Para abrir boca y emocionar a algunos de los presentes, sus voces recordaban el pasodoble a la Tribuna de los Pobres, que ofrecieron a la Virgen del Rocío el día de su coronación canónica. Tras ellos llegarían otras cuatro agrupaciones que participarán pronto en el espectáculo de color y alegría que desborda el Carnaval.