Coac Málaga 2016

Lucha épica de titanes carnavalescos

  • Las siete agrupaciones que actuaron el martes dejaron un alto nivel en la competición. La murga de Pedro Vera y la comparsa La amada invencible, cerca de la final.

La preliminar del pasado martes fue una lucha de grandes agrupaciones con tintes épicos. Los más sabios del lugar se miraban a la cara para comprobarlo: hay madera. La velada se tornó en absoluto disfrute, poniendo difícil la tarea de la elección -al cierre de esta edición no se conocían los nombres de los finalistas- al jurado.

La noche estuvo completa. Las comparsas La dueña de la calle y La amada invencible llegaron con paso firme al escenario, sorprendiendo con fuerza en sus voces y un sentimiento que sale de su entereza y fe en sí mismas. Eran iguales al resto en el concurso, con muy alto nivel.Las primeras, de contrabandistas, lo dijeron bien claro en su presentación: "Aprendí que en Carnaval una mujer camina sola", y en su segundo pasodoble mostraron la emoción que sentían al dejarse la piel sobre la escena.

Del mismo puerto que esta agrupación partió el barco de lucha de las corsarias. Dedicaron un exquisito primer pasodoble a los profesionales de la sanidad, que dan su vida por encima de horarios alargados y sueldos acortados. Una cuarteta dedicada a la Virgen del Carmen, protectora marinera, se convierte en pieza imprescindible.

La de anoche también rezumó veteranía con Los n'arcos de la frontera, que se superaron con creces y homenajearon a su director, Chema Corpas, que se retira del mundo de las murgas. Sorprendieron al jefe de estos narcos mexicanos con un pasodoble dedicado a su figura, aportando la nota de emoción. En el popurrí volvieron a tener su momento culmen al cantar rancheras en base a las fotografías de gran tamaño de personajes de la política y otros ámbitos más humorísticos.

Fue la noche de los padres. Quién me ha visto y quién me ve, otros batalladores en la vida del personaje, con sus retoños en las piernas abrazados, y en la real para ser fieras de la escena y la carcajada. Apuntan alto con unos pasodobles muy trabajados, cuplés muy divertidos y un popurrí que ha hecho historia ya. Sus retoños dan mucho juego y emoción. La plaza como finalistas parece que la tienen, pues su batalla fue casi impoluta.

Fue la noche de la superación estilística. La murga Los bienqueda superaban con creces las preliminares dentro de su tipo de happy murga. Primero, un pasodoble para las madres que les observan desde el cielo. El segundo, unido a un cuplé, como homenaje reivindicativo a la murga malagueña.

Los hermanos León traían a Dimitri tran tran tran con una dosis de juventud, energía, ingenio, coraje y una dosis de "el veneno del tres por cuatro". Dicen que son el futuro del Carnaval, pero ya forman parte de su presente. En el final consiguieron levantar al público y hacerlo interactuar con ellos, abrazados sobre el escenario. Tablas no les faltan y tienen maestros de sobra en el arte de la diversión.

El final, y nunca mejor dicho, fue de cuento. Los almerienses de Érase una vez dieron un reflejo duro de la realidad con voces sin estridencias, afinadas y suaves. El popurrí fue de la penumbra a la luz, donde les gustaría contar historias de esperanza y alegría. Magnífica su cuarteta a dos voces sobre la masacre parisina. Volverán, si ellos quieren, para seguir haciendo Carnaval.

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