Carmen tiene dos hijos, lleva tres años en lista de espera para una ligadura de trompas y sigue esperando. "He preguntado varias veces y el médico me dice que está muy parado; así que no me llaman", comenta. Rocío tiene que pasar revisiones semestrales. "No me llegan las citas, así que que llamo insistentemente, hasta que lo consigo", relata.

Son apenas dos casos casos de mujeres que esperan asistencia en el Hospital Materno. Los ginecólogos explican que la atención está saturada porque desde el comienzo de la crisis, allá por 2008, hasta ahora han perdido en torno a un tercio de la plantilla. Entre las jubilaciones que no se reponen, las reducciones de jornada que no se cubren y las bajas que no se sustituyen faltan manos para atender a tantas mujeres.

"El número de ginecólogos es bastante más bajo que lo que era antes. Intentan organizarlo, pero sin más personal es imposible", apuntaba un facultativo. Aclaraba que para cumplir con descansos y vacaciones a veces se cierran consultas o se reducen quirófanos; una medida que "soluciona el problema con los ginecólogos, pero no con las mujeres, que se siguen acumulando". Añadió que "cuando estábamos bien éramos unos 60" y ahora en puestos reales -porque dos trabajadores al 50% cubren en realidad un empleo- rondan los 40.

A mediados de diciembre pasado, el Sindicato Médico ya denunció que la sangría de profesionales suponía un recorte de la asistencia. Pablo Sánchez, delegado de la organización en el Materno, apuntaba ayer que la situación no ha cambiado porque el grifo de la contratación sigue sin abrirse. Un profesional apuntaba que de cuatro ginecólogos que se jubilaron a finales de diciembre pasado no se ha repuesto ninguno. Así, año tras año, la plantilla va encogiendo. "La solución que dan los gestores es meter más pacientes por consulta, pero no somos robots", indicaba un especialista. Dos profesionales coincidieron en que hay ecografías de diagnóstico de malformaciones fetales que requieren tiempo y que no pueden hacerse "15 seguidas".

Un facultativo aclaró que hay unas consultas más saturadas que otras. "Las listas de espera de aquellas patologías que están en el decreto hay que operarlas a la fuerza para cumplir esas disposiciones. Pero eso se traduce en que las mujeres que tienen problemas no amparados en los decretos se eternizan en la lista de espera", sostuvo otro ginecólogo.

A finales del año pasado, para reducir listas de espera, el hospital recurrió a conciertos; una válvula de escape contemplada en el propio decreto. También se da asistencia por las tardes -lo que los profesionales llaman "consultas de Rajoy" porque se debe a la ampliación de la jornada laboral dispuesta por el Gobierno central- que a veces concluye "a las 10 de la noche".

Los profesionales aseguran que en las consultas más saturadas no se pueden cumplir los estándares de calidad que marca la Sociedad Española de Ginecología (Sego) y que la organización del trabajo "se complica por el déficit de personal". También lamentan que los tres quirófanos de que disponían en exclusiva ahora tengan que compartirlos con otras operaciones -"lo que limita nuestra capacidad quirúrgica"- y reprochan la obsolecencia de algunos equipos.

Las mujeres se quejan de las demoras, no de los facultativos. Rocío aclaró: "Confío en los médicos del Materno, me gusta como me tratan y la asistencia que me dan".

El SAS dice que el número de médicos es el adecuado

El hospital replica que "el número de efectivos es el adecuado a las necesidades asistenciales actuales". Además asegura que se están potenciando algunos circuitos para favorecer una actividad mayor, más ágil y de mejor calidad. También explica que desde hace más de un año, el Materno está trabajando de forma coordinada con el Clínico y el Distrito Málaga-Valle del Guadalhorce para mejorar y facilitar las vías de acceso de las mujeres gestantes al hospital . Por último, precisa que respecto al año anterior ha disminuido un 12% el número de ingresos y casi un 6% la actividad en Urgencias.

El consejero de Salud niega que exista "colapso" en el Regional

El consejero de Salud, Aquilino Alonso, negó ayer en el Parlamento que exista "colapso sanitario" en el Hospital Regional como denunciaron a principios de marzo los sindicatos Médico y de Enfermería, lo que obligó a derivar ambulancias al Clínico por unas horas debido a la falta de camas. Alonso reconoció un incremento estacional como el de todos los años, pero aseguró que se resolvió con planes de contingencia establecidos para "dar respuesta adecuada y garantizando la calidad de la asistencia". Así respondió el consejero a una pregunta del diputado autonómico de IULV-CA, José Antonio Castro, sobre qué piensa hacer la Consejería para evitar el "colapso sanitario" en el Regional, donde aseguró "ha habido fallecimientos" por este motivo. Alonso admitió que se producen "situaciones puntuales que reciben respuestas excepcionales, pero con las máximas garantías de atención a los pacientes". Además, respondió a Castro que "le gustaría que fuese demostrado y desmentido si no es así" la afirmación "sobre las muertes a consecuencia de" a las que se ha referido el diputado de IU, porque "los datos reflejan que no es así". Por su parte, Castro calificó de "milonga" las palabras del consejero y aseguró que en el caso del Regional "no hay ni un profesional que avale lo que está diciendo". "Se necesita actuar", urgió el representante de IU.