Alozaina, Guaro y Benalmádena son los tres municipios malagueños que tienen una mayor deuda por habitante. Lo dice el Ministerio de Hacienda, que cada año publica la deuda viva de las entidades locales, y los alcaldes no lo niegan. ¿Por qué están hasta el cuello los ciudadanos de estos tres pueblos? Este diario se ha puesto en contacto con sus regidores y cada uno da su respectiva explicación.

Antonio Pérez lidera el Ayuntamiento de Alozaina desde 2009. Asegura que cuando llegó este Consistorio 4 le debía a los bancos en torno a cuatro millones de euros y en este tiempo el agujero ha seguido creciendo. A fecha 31 de diciembre de 2015, Alozaina le debía a las entidades financieras 5,2 millones de euros. No parece una cantidad desorbitada si se compara, por ejemplo, con los 595 millones de euros que adeuda Málaga capital, pero el problema es que en esta localidad ubicada en la Sierra de las Nieves apenas hay empadronadas 2.082 personas. Dicho de otra forma, la deuda de cada uno de sus habitantes alcanza los 2.538 euros, mientras que la media provincial es de 740 euros, por lo que la triplica con creces. El alcalde socialista indica que hace seis años se tuvo que hacer una "gran inversión" en infraestructuras agrícolas tras sufrir el campo fuertes daños por un temporal y que, unido a la deuda heredada de corporaciones anteriores, se formó la bola de nieve. Cabe señalar que Pérez llegó a la alcaldía en 2009 tras realizar una moción de censura al entonces alcalde, también del PSOE, Francisco Guzmán "por falta de confianza".

Pérez añade que la crisis económica ha provocado, a su vez, un descenso de los ingresos, aunque hace hincapié en que están al día en el abono de nóminas, con la Seguridad Social o Hacienda. "Nos está costando mucho y alguna vez tenemos algún desajuste, pero estamos pagando", comenta el primer edil, quien subraya que están inmersos en un plan de ajuste y recuerda que al Ayuntamiento también le deben otras administraciones y empresas por impuestos locales en torno a medio millón de euros. "Estamos tomando medidas para cobrar ese dinero que tenemos pendiente y haciendo muchos esfuerzos porque es difícil el día a día. Miramos cada céntimo, pero las circunstancias son tremendas y tenemos una gran tasa de paro en el pueblo", señala el alcalde de Alozaina, quien aprovecha la ocasión para hacer dos reivindicaciones. En primer lugar asegura que, si bien se han acogido a un plan del Gobierno y Hacienda les ha permitido refinanciar gran parte de su deuda, "necesitamos que nos autoricen a refinanciar el plan de pago a proveedores porque no llegamos con ese plazo". Por otra parte, denuncia que "se habla de muchas reformas en el país pero lo que hace falta en España es que se arregle la financiación de los ayuntamientos".

A menos de 20 kilómetros de Alozaina, siguiendo la A366, está Guaro. Ambas localidades comparten el dudoso honor de poseer la mayor deuda con los bancos por habitante. En su caso, a finales de 2015 les quedaba por liquidar 3,9 millones de euros y su población, como la de Alozaina, supera ligeramente las 2.000 personas. Son 2.060 para ser exactos, según el último padrón del Instituto Nacional de Estadística por lo que tocan a 1.922,8 euros por barba.

El alcalde de Guaro desde 2012 es el socialista Noé Oña. Explica a este diario que esa fuerte deuda se justifica en la realización de numerosas inversiones realizadas en la década anterior, cuando el dinero entraba a espuertas en toda la provincia con el ladrillo como rey Midas. Oña recuerda que el presupuesto del Ayuntamiento de Guaro llegó hasta los cinco millones de euros y se hizo, en colaboración con otras administraciones, una residencia de ancianos, una guardería, un puente sobre el río Grande, un auditorio y varios edificios municipales. "Tenemos un patrimonio grande y una deuda grande", comenta el regidor, quien defiende que gracias a estos proyectos se han creado empleos y se ha generado riqueza en la localidad.

No obstante, según reconoce el alcalde de Guaro, "las subvenciones fueron cayendo, se firman menos convenios y obras y aunque ahora vuelven a aparecer otros ingresos poco a poco, el presupuesto del ayuntamiento está en tres millones de euros". A las entidades financieras, lógicamente, les da igual y quieren su dinero, por lo que el Consistorio "está pagando poco a poco como podemos". En este sentido, Oña afirma que "estamos gastando menos en otras cosas, tenemos un presupuesto equilibrado y una parte importante va para pagar esa deuda, por lo que tenemos que reducir de otros capítulos". Guaro está cerca de Marbella y muchos de sus ciudadanos trabajan en el sector servicios allí, aunque se atisba cierta recuperación en la construcción y también tiene importancia el olivar.

Los cinco millones de euros que debe Alozaina o los 3,9 millones de euros de Guaro parecen una broma con la trampa de 115,5 millones de euros que tiene Benalmádena. No obstante, en este municipio, uno de los más importantes de la Costa del Sol, están censadas 66.598 personas, de forma que tocan a 1.735 euros cada uno. La papeleta es difícil y tiene que arreglarla su actual alcalde, el socialista Víctor Navas. Afirma que "nos hemos encontrado la situación que sabíamos que existía [en 2015 sustituyó al PP que, a su vez, había tomado la alcaldía tras presentar una moción de censura al PSOE en 2012] y ahora la estamos viviendo en persona". Destaca que en un año han rebajado la deuda bancaria desde los 123 millones hasta los 115 mencionados y "gracias a ello hemos conseguido meternos por debajo del techo de gasto y podemos hacer inversiones", aunque aún no cumplen el periodo medio de pago a proveedores que exige la ley, algo que espera lograr "en los próximos meses". Navas justifica esta ingente deuda en "mala praxis de gobiernos anteriores, inversiones fallidas, convenios que han resultado perjudiciales para la ciudad o ventas de patrimonio municipal por debajo de precio de mercado". "No se han aumentado los ingresos pero sí los servicios y todo se va acumulando", remarca.

Alozaina, Guaro y Benalmádena son los tres municipios con mayor deuda por habitante, pero la lista de pagos pendientes es enorme. En total, suman 1.205 millones de euros en 2015. Es obvio que queda mucho camino por recorrer.