Málaga

Cuando escribir es vencer

  • Miguel Lima Gómez, un joven de 19 años con síndrome de Asperger, ha presentado en el Hotel Puente Romano su primera novela de ciencia ficción, 'Un Dios tangible'

Le cuesta mirar directamente a los ojos. No lleva bien disfrazarse con una sonrisa que no siente, entender el sarcasmo, los dobleces o interpretar el papel social al que fuerzan puestos y ocupaciones. Se comunica poco con las personas a las que quiere y su mente funciona de otra forma. Se le acumulan las ideas, brotan desordenadamente y sin freno, fantasea cuando camina o en esos largos momentos de introspección tan propios de su síndrome de Asperger. Primero optó por escribir sus pensamientos en libretas. Pero con 15 años creyó que era mejor ordenarlos en un libro. En absoluta soledad -no comentó nada a amigos y familiares hasta que lo tuvo terminado- empezó su reto y cuatro años después Miguel Lima Gómez se ha convertido en escritor. Un Dios tangible es la primera novela de ciencia ficción de este estudiantes del IES Guadalpín diagnosticado de este síndrome del espectro autista en sexto de Primaria.

Con un ejemplar bajo el brazo, orgulloso de un logro "que me ha costado bastante, no ha sido fácil llegar hasta aquí, la verdad", Miguel cuenta cómo la trama "ha ido rodada", surgió de su desbordante imaginación sin gran esfuerzo. "Lo que más me ha costado ha sido la parte de la corrección, las comas, por ejemplo", confiesa. El libro lo terminó en febrero y pasó un mes puliéndolo. "Me lo releí cinco veces", asegura y explica que la primera versión tenía unas 1.000 páginas. "Soy consciente de que nadie se lee esos libros tan voluminosos de un autor desconocido y decidimos hacerlo en dos entregas", comenta. Aunque así no quedará la cosa. Para la resolución de la trama harán falta cuatro libros.

Editado por la firma madrileña Atlantis, la historia se sitúa en el siglo XXII. Una erupción solar de tremenda potencia calcina la mitad del sistema solar. Antes de eso, la raza humana ya se ha preparado para su éxodo e intenta sobrevivir en el borde exterior. Una estación espacial y un asentamiento en un asteroide cercano a la órbita de Plutón son los dos núcleos principales en los que los antiguos habitantes de la Tierra, en peligro de extinción, intentan tener un futuro. "Me interesaba llevar al grupo de personajes a una situación límite, tanto en el plano físico como mental, y ver como algunos son capaces de seguir adelante a pesar de lo malo", señala el joven escritor.

Viviendo pendientes "de una estrella moribunda y volátil que en cualquier momento puede explotar y convertirse en una supernova", explica Miguel, sus personajes se encuentran al filo de la cordura. Un narrador omnisciente, en tercera persona y en pasado, relata sus experiencias sin detenerse en detalles nimios que no aporten esencia a la trama o resulten interesantes, según comenta el autor. "Yo tengo déficit de atención así que no he querido plagar el libro de descripciones que no favorezcan la historia, lo que he visto que pudiera aburrir al lector lo he quitado", agrega.

El pasado 3 de junio el libro se presentó en el Hotel Puente Romano de Marbella, "y el acto salió muy bien", cuenta. Todo un logro para alguien a quien le abruman las grandes concentraciones y que suele dar pocas explicaciones. Pero este trabajo que ahora le ocupa, y que sabe compatibilizar con su segundo curso del Grado Superior de Informática, le llena tanto que le hace ser más él y menos su trastorno. "Hace dos años yo no era ni de lejos la misma persona que soy ahora, era mucho más retraído", asegura.

Algunos de sus amigos ya han leído la novela y les ha gustado bastante, relata Miguel Lima. Aunque aún espera la crítica de los más escépticos. En su instituto han comprado dos ejemplares para colocarlos en la Biblioteca y hay profesores que también se han hecho ya con alguno de los 170 ejemplares de la primera tirada. Su editor está preparando la segunda porque ya se han vendido todos y su camino promocional no ha hecho más que empezar. Las redes sociales le ayudan para dar a conocer su trabajo y también los actos previstos en la Fnac de La Cañada, el próximo 21 de julio a las 19:00 si todo marcha según lo hablado, y en Marbella Activa.

A Miguel Lima le gustaría ser diseñador de videojuegos pero tiene claro que la escritura, una vez descubierta, ha llegado con la intención de quedarse para siempre. "Escribir me ayuda a organizarme y a calmarme, también, produce en mí el mismo efecto relajante que golpear un saco de boxeo o hacer deporte", apunta el joven autor. Y además "voy a a seguir escribiendo porque tengo un montón de ideas, no paro".

Seguirá Miguel venciendo batallas diarias, intentado superar lo mal que le hace pasar la literalidad del lenguaje o la ironía que no sabe distinguir. Continuará afrontando retos, "si hay que ir a televisión para presentar el libro, pues se va", apuesta valiente. Y todo ello lo hará en compañía de la magia de las letras, esas que le hacen ser ya hoy un ganador.

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