El sector inmobiliario ya está de vuelta. A paso lento, pero, si nada se tuerce, imparable. Algo lógico si se tiene en cuenta que Málaga es la segunda provincia española con mayor demanda de viviendas por parte de los extranjeros no residentes, que es una de las principales provincias del país y que ha estado muerto en los últimos años. Un informe de la consultora especializada Aguirre Newman hecho público ayer asegura que en el último año se ha iniciado la comercialización de 49 promociones nuevas en la Costa del Sol, lo que supone un incremento interanual del 69%. "Este dato muestra la consolidación de la tendencia de crecimiento en el mercado residencial de segunda residencia en la Costa del Sol, puesto que la actividad promotora durante los últimos siete u ocho años ha sido muy baja y en algunas zonas, apenas existente", afirman.

De esta forma, por primera vez desde el inicio de la crisis, hay más oferta de vivienda nueva en el mercado, con un crecimiento cercano al 5%. Solo hay que dar un paseo por varias localidades para comprobarlo. En Málaga capital ya se ven varias grúas o carteles anunciadores de futuras promociones en las barriadas de Parque Litoral, Teatinos o Tabacalera, mientras que también empiezan a ser frecuentes en el entorno de Marbella.

El estudio incide en el hecho de que los actores están cambiando. Tradicionalmente un promotor compraba un suelo, pedía un crédito al banco, hacía la obra, la vendía -sobre plano o con las viviendas ya construidas-, se llevaba el beneficio correspondiente y vuelta a empezar. Ahora, tras la crisis, muchas promotoras quebraron -en Málaga han sido sonados los casos de Aifos o Procusan- y esos activos devaluados fueron a parar a las entidades financieras. Los bancos han vendido suelo o promociones terminadas o a medio acabar a fondos de inversión, que son los nuevos promotores de numerosas urbanizaciones en la costa. Ahora, con las mejores perspectivas del sector, las propias entidades financieras se están lanzando a promover para obtener una rentabilidad.

Los extranjeros siguen apostando por la zona, con un alza del 15% en las operaciones. Los británicos -este informe se hizo de mayo de 2015 a mayo de 2016 cuando aún se desconocía el resultado del Brexit- son los más interesados, seguidos por los belgas, los franceses, los suecos y los alemanes. Estos expertos prevén que la demanda nacional también crezca en función de cómo evolucione la economía interna.

Hay dos aspectos llamativos. El primero es que se ha reducido a la mitad el periodo medio de venta de una promoción inmobiliaria, lo cual anima sobre manera a los empresarios. En estos largos años de travesía en el desierto, las casetas de ventas eran meros escaparates vacíos de personas y los promotores casi se alegraban si vendían un piso al mes. Ahora hay bastante más movimiento. El plazo medio de comercialización en viviendas plurifamiliares, según Aguirre Newman, era de 104 meses (más de ocho años) entre 2014 y 2015 y se ha rebajado a 52 meses (cuatro años), un periodo temporal más razonable teniendo en cuenta que se suelen emplear en torno a dos años en la construcción de una promoción. En el caso de las viviendas unifamiliares está ocurriendo lo mismo, pero hay más demanda. Se ha pasado de un plazo medio de venta de 54 meses a 22 meses en solo un año. El precio medio de una vivienda plurifamiliar en la Costa del Sol es de 223.000 euros y de una plurifamiliar de un millón de euros.

El otro elemento a destacar es que se ha acabado esperar gangas, porque ya no va a haber. De hecho, esta consultora estima que en el próximo año el precio de la vivienda plurifamiliar nueva se elevará entre un 8 y un 10% en Marbella, Estepona o Casares gracias a un nuevo empuje del comprador internacional y la previsión de que, si la economía española crece y hay acceso al crédito, el mercado nacional puede subir entre seis y siete puntos.