Málaga

De mayor quiero ser...

  • Un estudio afirma que, de entre todas las profesiones, las niñas quieren ser profesoras y los niños, policías Ambos tienen claro que nunca serán políticos

Dicen que a este paso, cada vez con menos nacimientos, llegará un momento en el que nadie cotizará para poder pagar las jubilaciones. No se han planteado que si no se crean puestos de trabajo dará igual si hay personal o no para cubrirlos. El caso es que, a pesar de la preocupación laboral de los adultos -mirando más por ellos que por los que vienen detrás-, los pequeños tienen muy claro que, haya o no haya empleo, ellos quieren trabajar. Tal es su seguridad que, además, saben a la perfección cuál es la profesión que quieren desempeñar y aquellas que no realizarían bajo ninguna condición. Las decisiones de los niños andaluces se recogen ahora en un reciente estudio realizado por Adecco, una consultora en el sector de recursos humanos.

Acostumbrados desde que prácticamente aprenden a hablar a escuchar la pregunta "¿qué quieres ser de mayor?", los niños han decidido dejar de torear a los mayores y darles una contestación que disipe todas sus dudas en cuanto a si serán o no personas de provecho en un futuro. Separados por sexos -así lo ha elaborado Adecco- los niños son bastante racionales a la hora de contestar. Atrás quedaron profesiones peculiares como la de hada, trapecista, mimo o vendedor de globos. Después de coaccionar a los pequeños para que limiten su imaginación y comiencen a pensar como los potenciales adultos que son, éstos han elegido profesiones del mundo real. En el caso de la niñas, como es costumbre desde antes incluso de hacerse encuestas al respecto, la profesión elegida por encima de todas es la de maestra (23,8%). Esto enlaza con la tendencia de muchos a pensar que las chicas prefieren, por definición, dedicarse a labores altruistas y de vocación de servicio. Aunque la explicación a su elección es, en realidad, mucho más sencilla. Con una educación todavía algo sexista -aunque cada vez hay más maestros, las aulas siguen teniendo al frente a mujeres- la primera toma de contacto de las niñas con una profesión que no sea la de sus padres es en el colegio. Allí descubren en qué consiste trabajar y les parece hasta divertido, por eso ser profesoras es la mejor opción para ellas.

Preocupadas por el prójimo, las futuras trabajadoras también desean ser médicos (10,7%) -otra profesión con la que tienen contacto desde muy pequeñas-, veterinarias (8,6 %) o peluqueras (4,5%), entre otras profesiones. La elección de las niñas deja claro, a su vez, que ellas buscan desempeñar un oficio en el que estar en contacto con otras personas sea fundamental. Las niñas son sociables, los resultados lo demuestran, pero los estudiosos y la sociedad prefieren apuntar que sus decisiones se basan en el espíritu servicial de las pequeñas.

En el caso de los niños, un hecho histórico ha ocurrido en el estudio de esta edición. Por primera vez en doce años la profesión de futbolista ha perdido su primer puesto en la clasificación. La culpa la tienen los policías. Su continua aparición en los medios salvando a personas y velando por los derechos de los ciudadanos hace que los niños vean en ellos un ejemplo a seguir y prefieran esta profesión por encima de todas (14,9%). Si se echa la vista atrás, desde que el ser humano descubrió que podía realizar una labor por la que obtener algún tipo de beneficio, se ha pensado que los hombres desempeñan según qué profesiones por su rudeza. Por eso eligen actividades laborales en las que la fuerza física juega un papel importante. Aunque eso sólo son clichés. Acostumbrados a ver que su mundo más cercano, el colegio, está plagado de cargos ocupados por mujeres -hay que volver a recordar que la educación vive un poco anticuada- los niños tienden a pensar, erróneamente, que si en esos puestos de trabajo sólo hay chicas será porque son profesiones reservadas a las mujeres. Luego van por la calle, ven un coche con luces estridentes y una chillona sirena y se enamoran del que va dentro. ¿Quién no querría ser policía? Y, claro, como los niños (utilizando el masculino como integrador del femenino) son bastante impresionables, tampoco es de extrañar que, en el caso de los varones, decidan como segunda opción laboral la de futbolista (13,6%). Ídolos de masas, auténticos artistas con un balón en los pies y algunos muy divertidos, los futbolistas encandilan a los más pequeños. Aunque la verdadera razón por la que los niños eligen esta profesión es mucho más sencilla. Han descubierto que pueden ganarse la vida llevando a cabo una actividad que hacen todas las tardes en la plazoleta y que, además, resulta divertidísima. ¿Quién no querría dedicarse a algo que se base en el juego?

Bastante sorprendente, este año se ha colado entre los oficios uno que hace unos años hubiera sido impensable. Elegida por un 7,7% de los encuestados, la profesión de youtuber irrumpe en la clasificación para quedarse. Pertenecientes a la generación de internet, los pequeños han crecido con el conocido portal web. En él, día sí y día también, florece este nuevo espécimen que, sin saber muy bien en que consiste su actividad, se gana un dinerillo por subir sus vídeos a la red. Otras profesiones elegidas por los niños son la de bombero (5,6), profesor (4,3%) o ingeniero (3,9%), entre otros.

A pesar de haber separado la clasificación por sexos, en Adecco han decidido juntar a niños y niñas a la hora de preguntarles por el trabajo que nunca realizarían. Los pequeños lo han tenido muy claro. Más del 50% de los pequeños renunciarían a un sueldazo con tal de no ser políticos. Es difícil explicar la razón por la que los pequeños no se ven sentaditos en el Congreso, con lo tranquilito que anda el patio por aquellos lares. Pero es curioso, a pesar de no querer moverse en el mundo de la política, los niños, según el estudio, creen que al frente del país debe haber un presidente lo antes posible. A la hora de contestar a la pregunta de "¿quién sería el adecuado para ellos" sacan a relucir su faceta más infantil y sacan a la palestra nombres como Malú, Pablo Alborán o David Bisbal.

Como saben que el mercado laboral -aunque no tengan muy claro qué es lo que es- pasa por una situación complicada, le dan mucha importancia a conseguir un puesto de trabajo, al que deben llegar, según ellos mismos, después de haber pasado por una larga formación y haber aprendido algún que otro idioma. Cumplidos estos dos requisitos, los pequeños saben que darán con un empleo y que, cuando lo consigan, tendrán por encima de ellos a los temidos jefes. Por eso ello no se pillan los dedos y eligen a sus familiares y amigos como superiores. Ya se sabe, más vale malo conocido que bueno por conocer.

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