Málaga

Mitjana suma 100 multas por beber en la calle en sólo dos fines de semana

  • Los vecinos aplauden que por fin se esté controlando el 'botellón' encubierto en la plaza

La lucha contra lo que los vecinos llaman el botellón encubierto del entorno de la plaza Mitjana se ha saldado con alrededor de 100 multas a clientes en los dos últimos fines de semana. La Policía Local de Málaga ha intensificado su actuación en la zona desde el pasado 16 de septiembre y, además de las acostumbradas denuncias a los bares, comenzó a multar a quienes consumen bebidas fuera las terrazas habilitadas para tal fin. Los vecinos aplauden la mano dura policial, siempre y cuando tenga continuidad en el tiempo y se consiga erradicar el problema. Los hosteleros, sin embargo, se sienten más perseguidos que nunca y aseguran que si las multas persisten, "estamos muertos".

El pasado fin de semana ha sido el segundo en que los agentes de la Policía Local de Málaga han estado presentes en la plaza Marqués del Vado (Mitjana) y las calles aledañas no sólo para multar a lo bares por vender bebidas para su consumo fuera del local y de la terraza, como viene siendo habitual desde hace algo más de un año. Durante los dos últimos viernes y sábados, los policías han entrado en la plaza y han localizado a clientes consumiendo bebidas fuera de los locales, y de las mesas y sillas de sus terrazas. Alrededor de 100 denuncias se ha acumulado -ascienden a 100 euros cada una- en estas cuatro noches, según los datos aportados por el área de Seguridad del Ayuntamiento de la capital.

El primer fin de semana 68 personas fueron denunciadas, por las casi 40 que fueron sorprendidas el último viernes y sábado. La manera de actuar de los agentes es siempre la misma, entran en la zona y permanecen en ella un tiempo para que su presencia tenga también efecto disuasorio entre los clientes. Los bares, por su parte, acumulan una treintena de denuncias por este mismo motivo desde el pasado día 16.

Fuentes policiales consultadas por este periódico explicaron que la intensificación de la actuación en la zona tendrá un carácter continuado hasta que se erradique este tipo de consumo. Una afirmación que los vecinos del entorno aplauden, siempre y cuando se cumpla. Óscar Agudo es el representante de los residentes de Mitjana y agradece que se esté "controlando lo que no se ha controlado en 30 años". "Ahora ponerse firme cuesta más porque ha habido dejación durante 30 años, pero es que no se les está pidiendo nada más allá del cumplimiento de la normativa. Y la Policía lo que tiene que procurar es hacer cumplir las ordenanzas y normativas que existen", matiza Agudo.

Pero también tiene claro que los residentes no se van a "conformar con que vengan dos días", porque considera que la presión policial "tiene que ser como mínimo tres meses, incluso en Navidades", para que no se repita la imagen de la plaza colmada de personas. "Eso de que la hostelería sea el motor de la economía no es pretexto para eludir una obligación o incumplir una normativa", concreta. Óscar Agudo recuerda que además tienen que existir "unas medidas correctoras por parte de Medio Ambiente tras el proceso de monitorización del ruido, que hasta ahora no se han producido".

Por su parte, los hosteleros de la plaza Mitjana y las calles colindantes se sienten perseguidos sobremanera con una amplia presencia policial en la zona que critican que cada fin de semana llega antes. "Si continuamos así, estamos muertos", explica José Alberto Nieto, que habla en representación de los locales de Mitjana. Él mismo asegura que en su negocio ha reducido la plantilla al 40% en sólo un fin de semana, "por lo que lo siguiente es ya cerrar", matiza, una situación que se hace extensible a los demás bares.

Hasta ahora soportaban las varias sanciones -300 euros cada una- semanales que les ponían, pero al empezar a multar a los clientes, las ventas han descendido, ya que la afluencia de personas es menor, pero las multas se siguen reproduciendo. En uno de los bares, cuyo propietario prefiere no revelar su identidad, la recaudación del fin de semana ha bajado desde los 3.000 euros a los 1.090 euros, según indica. Para defender sus negocios, han colgado carteles en los que defienden la actividad hostelera y tienen previsto colocar alguno más. También han iniciado dos recogidas de firmas, una a través de Change.org y otra en papel.

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