Hace solo tres años que Antonio Ignacio Mérida decidió dar el salto y adentrarse en el mundo del vino con Malvajío, buque insignia de la bodega que lleva su mismo nombre. Pese a ser una bodega joven este empresario mijeño no solo ha triplicado su producción sino que a principios del próximo año sacará al mercado tres nuevos productos. Así es como a este vino tinto se le sumarán además una carta de rosado, blanco y moscatel cuyos nombres no pasarán desapercibidos: Malaje, Malapipa y Caníbal, este último de categoría gourmet.

"Siempre me ha gustado el vino, me he movido en el mundo de la enología y he ido a muchas catas", comenta Mérida, quien aunque mucho antes y a nivel particular ya elaboraba su propio vino no fue hasta 2011 cuando recogió la primera cosecha del que sería su primer elaborado, que saldría por primera vez al mercado en 2013. Fueron apenas 900 botellas que se agotaron en un mes, tiempo récord. Este año la producción ha aumentado a las 3.000 botellas y se espera que el año que viene sean mil más. "El objetivo es que dentro de dos años la producción de Malvajío sea de 5.500 botellas", explica.

Malvajío, elaborado con uvas de la comarca de Ronda y Antequera, se caracteriza por ser un vino "con cuerpo". Sin embargo, la evolución del producto la marca la demanda del mercado, es por eso por lo que Mérida ha reducido la maceración de este vino de 40 a 16 días. "Cada vez se demandan más vinos fáciles de beber, por lo que cada vez hago maceraciones y fermentaciones más cortas para que el vino sea menos potente", expresa.

A estas habrá que sumar otras 2.000 botellas del vino rosado Malaje, un vino fresco y con poco color, al estilo de la Provenza francesa, elaborado con uva procedente de la Axarquía y de la provincia de Granada, más otras 4.000 botellas del vino blanco Malapipa, un moscatel seco muy aromático. Ambos esperan salir al mercado en el próximo mes de febrero. "El año pasado ya lanzamos 1.500 botellas de cada uno para ver la aceptación y se vendieron muy rápido. Ya nos lo ha cogido una distribuidora de Málaga y se va a vender también en Córdoba y Granada", señala este empresario, que aspira a distribuir sus productos por toda España.

Más inminente será la salida al mercado de Caníbal, en el mes de diciembre, elaborado con la uva cosechada en una viña mijeña. "La uva aquí la cuido al máximo, aro el terreno muy poco, es más artesanal, no está filtrado ni clarificado y lo controlo todo yo", explica Mérida. "Todo es manual, yo mismo hago todo el proceso desde recogida de la uva, el seguimiento de la viña, el despalillado y todo lo demás", agrega. Apenas se comercializarán 300 botellas de este vino gourmet que lleva 30 meses en barrica. Su producción difícilmente podría crecer hasta las 550 botellas debido a la capacidad del viñedo, por lo que no descarta la compra de nuevos terrenos en la comarca de Ronda.

Si a estas les sumamos otras 4.000 o 5.000 botellas del albariño Estrada Vella con el que colabora en total suman una producción de más de 15.000 botellas. "Mi objetivo es llegar a las 25.000 o 30.000 botellas", expone. Con esta producción no es de extrañar que la bodega se le haya quedado pequeña, por eso está en pleno proceso de ampliar sus instalaciones con la adquisición de un nuevo local en Las Lagunas de cerca de 300 metros cuadrados. La inversión este último año asciende a alrededor de 70.000 euros.

Mérida se considera a sí mismo autodidacta. Su afición por el mundo del vino empezó muy joven. "Aprendí mucho por mi cuenta, me compraba revistas, guías y muchos libros", comenta, hasta que el año pasado decidió profesionalizarse para seguir creciendo en su negocio y estudió un máster en enología y viticultura.