Los estudiantes de Erasmus de Italia han popularizado una vieja costumbre de su país, que consiste en sellar el amor de una pareja colocando un candado a lo largo del puente Milvio de Roma. Ahora, esta peculiar manera de expresar el amor se ha ido introduciendo en España, siendo el puente de Isabel II de Sevilla una de las referencias. Aunque los candados del amor comienzan a llegar a otros muchos monumentos emblemáticos, como el Puente Nuevo de Ronda y las cornisas del Tajo, en cuyos balcones ya se pueden apreciar colgados algunos de estos objetos.

De momento, en la ciudad del Tajo no son muchos los candados que se pueden ver en algunos de sus monumentos más visitados, hasta el punto de que pasan inadvertidos para la gran mayoría de los viandantes, aunque todo hace indicar que la forja rondeña no se librará de este nuevo complemento decorativo, lo que ya ha originado cierta polémica en otras localidades, donde se ha considerado necesario el proceder a su retirada al considera que dañan el patrimonio cultural y deterioraban la imagen turística.

La tradición marca que los amantes tienen que escribir sus nombres sobre el candado, marcar la fecha y cerrarlo, tras lo que deben arrojar la llave al río, aunque en el caso de Ronda el destino final es el abismo del Tajo, por el que discurre el río Guadalevín. No obstante, tampoco existe una norma marcada, y es que algunos suelen introducir expresiones como te amo o te quiero. Para toda la vida. Para siempre son las opciones que prefieren otros.

Esta peculiar forma de expresar el amor ha venido a sustituir a otras mucho más tradicionales, como grabar los nombres en las cortezas de los árboles o mediante la realización de grafitis en las paredes con diferente simbología, aunque el corazón resultaba casi imprescindible.

La tradición de los candados emana de la novela Tengo ganas de ti de Federico Moccia, y que ha logrado calar entre los más jóvenes, al ser una de los fenómenos editoriales que tiene un mayor seguimiento entre los adolescentes aficionados a la lectura. No obstante, este modo también se utiliza para dejar patente el amor entre padres e hijos.