Con la llegada de la primavera, el tráfico de cruceros en el puerto de Málaga despierta de su letargo invernal. Este año lo hace con más fuerza que nunca porque el flujo de cruceros arranca ahora y no parará hasta final de año. Si bien la temporada alta en Málaga coincide con el último cuatrimestre del curso, hasta la llegada de los meses estivales este tráfico experimentará un repunte significativo. Ayer se vivió una primera piedra de toque con la llegada de hasta cuatro buques con varios miles de turistas a bordo, la primera jornada de llegada masiva en el año.

El Vistamar, un buque con 117,40 metros de eslora y una tripulación de un centenar personas, llegó desde Cádiz con 300 pasajeros, pero apenas tuvieron tiempo sólo de desayunar en la capital, pues se marchó antes de media mañana rumbo a Almería. Los otros tres cruceros que visitaron la capital malagueña se fueron marchando escalonadamente antes de la hora del almuerzo. Pero más allá del tiempo de estancia, la afluencia de turistas se dejó sentir en las calles de la capital. El MSC Armonia procedía de Funchal y partió hacia La Goulette Nord con unos 2.000 pasajeros. Tiene unas dimensiones de más de 250 metros de eslora y lleva una tripulación de 700 personas. Se trata de un crucero que hará escala en Málaga otras tres veces más, según las previsiones portuarias.

El Costa Serena y el Grand Voyager fueron los otros dos buques protagonistas ayer en Málaga. El primero, de la naviera italiana Costa Cruceros, es un habitual en Málaga pero ayer se despidió de la capital de la Costa del Sol. Completó su décima escala del año. El segundo, por su parte, efectuó una escala técnica para realizar labores de aprovisionamiento y cambio de tripulación. Se trata de una operación habitual en el mundo marítimo, en este caso para preparar su próximo destino, la ciudad argelina de Orán.

Por las calles del centro los turistas se dejaron ver durante toda la mañana, especialmente por el entorno de la Catedral y del Museo Picasso. En escalas tan cortas como las de ayer, suelen ser siempre las visitas obligadas. El muelle fue un continuo ir y venir de turistas. Taxistas consultados señalaron que "a días como estos hay que sacarles el mayor rendimiento, ya que son muchos los visitantes que tras pasear por la ciudad recurren a nuestros servicios para regresar al barco". Los coches de caballos también realizan más carreras con la llegada de cruceros, éstos en competencia con el autobús turístico de la ciudad, según subrayaba uno.

El sector de la hostelería realizan fue de los que más notó el inicio de la temporada de cruceros. Las terrazas presentaban ayer un aspecto más ambientado de lo habitual ayer por la mañana. También pudieron verse colas en algunas tiendas de recuerdos. Además, curiosamente, el número de artistas callejeros se multiplicó ayer, coincidiendo con la llegada masiva de turistas. En tiempos de crisis supone un balón de oxígeno.