Málaga

La ciudad que se encuentran los cruceristas

  • El transporte es el principal problema al que se tienen que enfrentar los miles de turistas que visitan Málaga

Los cruceristas han empezado a llegar en primavera y esta temporada no dejarán de hacerlo hasta final de año porque el puerto de Málaga ha conseguido romper la estacionalidad histórica que existía con este tráfico durante los meses estivales. Pese a que hasta el otoño de 2011 la infraestructura de cruceros no estará completamente terminada, las inversiones realizadas han posicionado al recinto malagueño como uno de los más destacados del Mediterráneo. También pese a las deficiencias técnicas que algunos expertos señalan en los nuevos muelles. Así, con una inversión fuerte, las principales navieras ya apuestan de forma decidida por Málaga, como ahora demostrarán los números, pero cabe cuestionarse si el turista que llega en un crucero a la capital de la Costa del Sol regresa contento al barco.

El cliente siempre lleva la razón. Ésta máxima del sector servicios se tiene en cuenta especialmente a bordo de un crucero, donde los cuestionarios sobre el grado de satisfacción del usuario en cualquier actividad son habituales. Con los números en la mano, el crecimiento del tráfico de turistas en el Puerto de Málaga es vertiginoso. Si el año pasado se lanzaban las campanas al vuelo en el balance de la temporada al contabilizar la llegada de hasta 488.108 cruceristas en 302 escalas (34 más que el año 2008), este año se prevé alcanzar los 680.000 turistas en 330 escalas, y la mejor noticia es que las previsiones para el próximo 2011 son al alza. En el primer trimestre del año, sin ir más lejos, el recinto malagueño fue el cuarto nacional. Un total de 77.919 cruceristas transitaron por la estación marítima malagueña, que sólo fue superada por el puerto de Santa Cruz de Tenerife, con 228.287 pasajeros, el de Las Palmas, con 198.465, y Barcelona, con 162.622. Por detrás quedaron, Baleares, con 58.861 y Valencia, con 23.674. Pero la temporada fuerte en Málaga, igual que en Barcelona que es la gran referencia del sector, empieza ahora y experimentará sus picos más altos en otoño.

Los números demuestran que Málaga se ha conseguido subir en esta ola a la que otros puertos intentan engancharse. Por tanto, el primer objetivo está conseguido. Pero igual que han empezado a llegar los barcos, éstos no dudarán en modificar sus rutas si detectan que el crucerista no queda contento. Los consignatarios del Puerto de Málaga que trabajan con las navieras de cruceros señalan que el destino Málaga ha pasado a ser un mero lugar de paso, como dicen que puede ser Almería, a un destino obligado. "Ha ganado mucho en prestigio", coinciden a señalar. En este sentido, la oferta de la ciudad cada vez pesa más, en el buen sentido, pero hay navieras que siguen apostando por la capital de la Costa del Sol simplemente por sus buenas comunicaciones y facilidad para hacer excursiones a enclaves como Granada. ¿Pero qué se encuentra el turista que decide quedarse en Málaga?

La terminal de cruceros malagueña ha recepcionado a cientos de turistas esta semana. El pasado martes fue la jornada de mayor tránsito. Llegaron un total de 3.033 pasajeros a bordo de hasta cinco buques distintos, que durante una hora incluso llegaron a coincidir en los muelles malagueños. Este periódico estuvo a pie de muelle para seguir los pasos de los turistas en su visita a Málaga y realizar el recorrido natural que cualquier crucerista realiza en una escala corta de varias horas.

El buque divisa tierra y el turista ya puede ver la Catedral de Málaga. La cercanía con el centro de la ciudad es uno de los grandes atractivos del Puerto de Málaga, pero cuando llega el turista, su principal problema es el transporte. Paradójico pero cierto. Algunas navieras ofrecen transporte al centro, pero en muchos casos el turista debe buscarse la vida por su cuenta. Entonces su única opción es empezar a caminar o coger un taxi. Aunque desde la cubierta del buque pudiese ver la Catedral, más de tres cuartos de hora de camino no se lo quita nadie, y no son pocos los que lo hacen. Así, una carta de presentación habitual es un largo paseo al sol entre las obras portuarias o ser recibidos con un sablazo de un taxista cualquiera. La carrera mínima a la estación marítima son 8 euros, pero todo lo que sea salir del puerto se suele elevar por encima de los 20 euros. Este periódico ya ha denunciado en alguna ocasión el cobro de tarifas abusivas. Si se mira el espejo de Barcelona, la referencia del sector, allí existen cuatro terminales de cruceros conectadas entre sí y con el centro de la ciudad a través de una línea del servicio municipal de autobuses, que para en cada una de ellas si hay cruceros atracados.

El turista que se decide a pasear lo hace, inicialmente y sin otra alternativa, entre zanjas de todo tipo. Empieza por las obras de ampliación de la estación marítima. Deja a su derecha las del dique de abrigo de levante, donde se realizarán unos atraques de recreo. Podrá ver cómo se construyen unos nuevos viales sobre las antiguas escolleras de La Malagueta. Y finalmente transitará por los muelles 1 y 2, completamente levantados. Luego empieza la visita a la ciudad.

El turista puede seguir a pie o coger un coche de caballo, que los días que llegan cruceros se reparten por cualquier rincón del casco histórico. Los primeros se ven incluso dentro del propio recinto portuario. La caseta de información turística es lo primero que se encuentra el turista, que anteriormente en la misma puerta de la estación marítima ya había podido consulta un mapa general de la ciudad. El Ayuntamiento ha instalado varios llamativos señales informativas y cualquiera que siga un camino natural a la calle Larios se topará con algunas de éstas que le llevarán a la oficina de turismo.

Para una estancia de varias horas en Málaga la trilogía a visitar obligatoriamente es Larios-Catedral-Picasso. En este sentido cabe señalar que los cruceros suelen atracar antes de las 10:00 y se marchan nunca después de las 19:00, aunque normalmente lo hacen a la hora del almuerzo. Es decir, su estancia se centra principalmente en las primeras horas de la mañana, coincidiendo con la carga-descarga de los establecimientos. El dato podría ser insignificante el punto de carga y descarga fuese otro que la calle Molina Lario, junto a la fachada principal del monumento más visitado de la capital, la Catedral de la Encarnación. Cualquier que acuda a primera hora de la mañana puede comprobar la turística escena.

En el casco histórico de Málaga si el turista lo desea puede continuar su visita a obras de todo tipo. No obstante, aunque la almendra es de reducida dimensiones, hay zonas que los informadores no indican al turista, como el entorno de Pozos Dulces, toda la zona oeste del intramuros. Áreas degradadas como Beatas o Tomás de Cózar sí son inevitables por su cercanía al Museo Picasso. Respecto a la oferta de merchandising la oferta se ha multiplicado en los últimos tiempos.

La variedad gastronómica también existe y el precio dependerá de la suerte que tenga el turista para elegir. No podrá elegir tanto si tiene la mala suerte de visitar Málaga en domingo, entonces se encontrará una ciudad dormida. Aunque el turismo no entienda de horas y sólo volverá si queda satisfecho de su viaje.

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