Málaga

Los estibadores se bajan un 30% el salario para intentar reflotar el tráfico de granel

  • Los consignatarios piden precios más competitivos como se hizo con los contenedores · Málaga deja de mover dos millones de toneladas de sólidos y se queda en las 600.000 con las que cerrará 2010

La pujanza de los cruceros y los malos tiempos que corren para los contenedores en el puerto de Málaga dejan siempre en un segundo plano al tráfico de graneles, que también viven una crisis histórica. Para intentar revertir la situación, estibadores y consignatarios negocian una reducción del 30% de las tasas de la mano de obra. El objetivo es recuperar parte del tráfico perdido. "El convenio vigente tiene muchos años y ahora corren otros tiempos mucho más difíciles y estamos dispuestos a actualizarlo para que regresen los barcos", explicó ayer Antonio Sánchez, delegado sindical de la sociedad estiba de Málaga. Esta medida ya se aplicó en la terminal de contenedores y ha sido clave para su supervivencia en los últimos tres años. Según los consignatarios consultados, todos los puertos andaluces que trabajan con graneles ofrecen precios más competitivos que Málaga y se han llevado parte del tráfico que antes existía en la capital de la Costa del Sol, aunque los movimientos, en general, han bajado debido a la crisis.

El acuerdo pasa por bajar los salarios con objeto de que pueda doblarse el tráfico actual, según subraya Sánchez, que puntualiza que en el caso de los contenedores la bajada del salario supuso un 50% dado que el número de buques no fue el esperado. Pero saben que es la única carta que pueden jugar. Pese a todo, los dos principales consignatarios de graneles en Málaga, Condeminas y Servimad, subrayan las dificultades que existen para campar tráficos y señalan que la prioridad pasa por recuperar tráficos históricos venidos a menos, caso de los cereales, que ahora se mueven principalmente por Motril, Sevilla, Huelva y Cádiz. Las cifras son contundentes: Málaga hace pocos años llegó a mover dos toneladas de graneles sólidos y este curso cerrará con apenas 600.000 toneladas.

"Solamente el orujillo a granel suponía más del doble del total que se mueve en la actualidad, pero aquel tráfico se prohibió aquí y ahora se canaliza por otros puertos. Potenciar los movimientos del cemento es complicado porque la construcción ha caído, pero hay que impulsar los cereales", explica José María Pérez, de Condeminas. El gerente de Servimad, Joaquín Pérez-Muñoz, asegura que la crisis ha revertido algunos tráfico y señala que ahora lo poco que se mueve de cemento es para exportar. Respecto a los tráficos de cereales que se registran en el Puerto de Málaga y que se busca potenciar son de importación, principalmente del Norte de Europa y de mercados extra comunitarios. Málaga puede ser una entrada natural para estas mercancías, pero ahora mismo la puerta está cerrada.

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