Francisco de la Torre arrasa en las urnas. Tras 10 años al frente de la Alcaldía, su figura sigue sin causar cansancio entre los malagueños y es capaz de generar más apoyo electoral del que tuvo en 2007, al obtener 19 concejales, dos más que en la anterior cita. El PP crece a costa del tremendo castigo que sufre el PSOE, que pierde tres de los sillones en la Casona del Parque y unos 22.000 sufragios, pasando de doce a nueve. Mientras, Izquierda Unida avanza hasta lograr tres escaños. Los datos del 22-M muestran una fotografía similar a la de 1999, año en que los populares lograron su primera mayoría absoluta. 

Lejos de desgastarle una década de tarea municipal, De la Torre vuelve a concitar el apoyo mayoritario de los vecinos de la capital, que ven en él y en su partido un referente de seguridad en pleno escenario de crisis económica. Los resultados extraídos ayer en las urnas así lo demuestran, ya que fueron más de 123.600 (casi 22.000 más que cuatro años atrás) los ciudadanos que se decantaron por él y por su candidatura para conducir la ciudad los próximos cuatro años. 

Más del 53% de las papeletas que fueron depositadas ayer en las urnas de la capital llevaban impreso el logotipo de la gaviota, más de dos puntos por encima de los comicios anteriores. El resultado le permite gobernar con mayor holgura, al ocupar 19 de los 31 sillones de la Corporación, e igualar el tope del PP que alcanzó Celia Villalobos en 1999. 

La cara de la derrota es del PSOE y María Gámez, su apuesta para tratar de arrebatar la mayoría absoluta del PP. Su idea de dar la vuelta a Málaga no ha sido capaz de concitar la ilusión entre los votantes y el descalabro es mayúsculo. Sólo el 25% (11 puntos menos que en 2007) de los ciudadanos la han considerado que era la apuesta adecuada para el futuro de la urbe, rebajando su presencia en la Casona del Parque de 12 a 9 ediles. 

La participación en la capital de la Costa del Sol creció unos cinco puntos con respecto a la cita del año 2007. Un incremento que aleja la duda sobre la posible incidencia del movimiento del 15-M sobre la abstención. Donde sí se detecta claramente un posible efecto colateral de este movimiento es en el voto en blanco, que se duplica sobre 2007. 

La victoria popular es contundente en la totalidad de los distritos. Mientras en 2007 el PSOE fue capaz al menos de mantenerse como primera fuerza en Churriana y Carretera de Cádiz, en estos comicios no puede presumir siquiera de ello. La candidatura de De la Torre arrolla en todos los barrios, incluidos los tradicionalmente vinculados a las siglas socialistas. 

Ni los escándalos en los que se han visto inmersos parte algunos de los ediles de su equipo de gobierno, caso de Teresa Porras o Manuel Díaz Guirado, ni la ausencia de intervenciones de calado en la ciudad, más allá de la construcción del Museo Thyssen, han generado duda alguna en el electorado. 

La situación, que da continuidad a lo sucedido en los comicios de 1999, 2003 y 2007, cuando los populares lograron otras tantas mayorías absolutas, abre un escenario de no poca incertidumbre en el seno de las filas socialistas. ¿Qué hará el partido ante la situación generada en las urnas? Y, más claramente, ¿qué hará María Gámez, quien llegó a asegurar que la derrota no era algo que contemplase? Ahora es realidad. A la candidata socialista no le ha ayudado en absoluto la losa que pesa desde hace algunos años sobre la marca PSOE y el haber asumido la pugna contra un tótem de la política local como De la Torre con apenas unos meses por delante y habiendo sido referente de la Junta de Andalucía, cuyas promesas se han quedado en aguas de borrajas en esta legislatura. 

La otra formación con motivos para sonreír es IU. Aunque a nivel interno se barajaba la opción de duplicar su presencia en el salón de plenos, el paso por las urnas permite a Pedro Moreno Brenes, su cabeza de cartel, y el resto de su lista obtiene tres escaños, uno más de los que tiene en este momento. La coalición de izquierdas, cuya labor en la Casona del Parque ha estado marcada estos cuatro años por la confrontación entre sus dos representantes (Antonio Serrano abandonó la formación hace algunos meses), consigue casi el 11% de los votos, lo que supone casi tres puntos más. 

No hubo sorpresa en lo que respecta a las formaciones minoritarias, puesto que ninguna de ellas consigue el apoyo suficiente para tener representación en el Ayuntamiento. Ni UPYD, cuyo primer espada, Marcos Paz, ha recibido casi 8.000 votos, con un 3,4%. 

De cumplir con lo que ha venido afirmando por activa y por pasiva en la campaña electoral, De la Torre terminará el mandato con 72 años de edad, 14 de los cuales habrá ostentado la vara de mando en la Casona del Parque. Eso siempre que, como se ha llegado a especular, no opte por abandonar la tarea a mitad de mandato, dando el relevo a su potenciar sucesor o sucesora en el reto de continuar su tarea a partir de 2014.