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"Quiero decir adiós a Málaga"

  • Willy Caballero llega a la capital para abrochar su marcha al City, aunque se muestra cauto a falta de la confirmación oficial Su despedida, una vez pase el reconocimiento médico con el club inglés

Minutos después de las 19:00 horas de ayer, Willy Caballero llegó al aeropuerto de Málaga para cerrar su fichaje por el Manchester City, que se confirmará en las próximas horas. Con gesto serio y reflexivo, el meta argentino atendió a Málaga Hoy e incidió en que quiere "decir adiós a Málaga", aunque no habrá una despedida oficial hasta que no pase el reconocimiento médico en tierras inglesas, hacia donde viaja hoy.

De azul y blanco y después de 16 horas de viaje, con trasbordo en Madrid-Barajas, Willy Caballero emprendió la recta final de su etapa en Málaga. Cauto, a falta de la confirmación oficial del traspaso, el argentino confirmó que le entusiasma la idea de reencontrarse con Manuel Pellegrini, el gran valedor de un traspaso que dejará en La Rosaleda una cantidad cercana a los ocho millones de euros, más bonus por objetivos.

Escasas horas pasará en Málaga Willy. Las suficientes para abrochar un traspaso esbozado desde que Pellegrini se convirtió en entrenador del actual campeón de la Premier League. De manera frenética, los acontecimientos se suceden y hoy mismo pasará se espera que pase el examen médico con el club citizen, uno de los livianos flecos que quedan aún por cerrarse en la negociación, junto a la cantidad adeudada que el meta perdonará a la entidad de Martiricos.

El anuncio por ambos clubes es inminente, tal y como aseguró el propio jugador en la terminal del aeropuerto de Málaga: "Estamos en eso".

Al igual que hizo dos horas antes de llegar a tierras malagueñas, Caballero insistió en su idea de despedirse de la que ha sido su afición durante las últimas tres temporadas y media. No obstante, no habrá adiós hasta que se cierre el fichaje de manera final. Desde el club hay predisposición a celebrar un acto de despedida en próximas fechas, a semejanza de lo que ocurrió con Nacho Monreal en el mercado invernal de 2012.

El 11 de febrero de 2011, Willy Caballero se convirtió en el referente de la portería malaguista. Desde entonces, ha disputado un total de 11.954 minutos oficiales con la zamarra malaguista. Una cifra nada desdeñable del portero titular en las grandes gestas del club blanquiazul en los últimos años.

Su llegada se produjo en un tiempo de tempestad. Con Pellegrini ya en el banquillo, se convirtió en el cuarto portero fichado, tras Galatto, Rubén y Asenjo, cuyo infortunio en el Sánchez Pizjuán, al volverse a lesionar su rodilla derecha permitió al Málaga obtener una moratoria para afrontar el traspaso del argentino.

Con 32 años, 33 en septiembre, Willy encara el que, presumiblemente, será el último gran contrato de su carrera. Su marcha supone el adiós de uno de los mejores porteros de la historia malaguista, pero también uno de los últimos retales de la época dorada que llevó a La Rosaleda a coquetear con los mejores de Europa.

En su presentación como malaguista confesó que había "perdido la fe" de dar el salto a la élite del fútbol español, tras su estancia larga en el Elche, club en el que se afianzó como uno de los mejores guardametas de Segunda División. Tres años después, su marcha despide la esencia de un Málaga histórico.

Será en la vertiente blue de Manchester donde se reencuentre con Pellegrini y Martín Demichelis, figuras "importantes" para su marcha. Allí volverá a disputar la Champions League, competición en la que ya brilló en La Rosaleda.

Ahora serán los aficionados que abarroten el Etihad Stadium los que disfruten de los vuelos de Willy, que deja en Málaga la huella de una figura que caló muy hondo en una afición agradecida por su compromiso y que deja como legado mucho más que su "Vamos Málaga, carajo".

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