Miguel Torres Gómez. jugador del málaga cf.

"Van Nistelrooy, Saviola y Baptista dieron el paso y vinieron, ¿por qué no yo?"

  • El defensa confía en ganarse la confianza de Gracia como titular: "Quiero demostrar que no se han equivocado y que Olympiakos vea que puedo hacerlo bien" "Me gustaban la afición y la ciudad", afirma sobre su fichaje

Pasa Weligton y le hace gestos. Algo parecido el médico del club, Juan Carlos Pérez Frías. "Dile quién manda en el FIFA", es el comentario que le lanza Luis Alberto desde el coche. Todo el que sale del estadio de atletismo se va haciéndole una broma o carantoña a Miguel Torres. El madrileño, criado en la factoría blanca, es uno más en el Málaga aun siendo de los último en llegar. Grecia le ha dejado una espina que espera sacarse este año un futbolista que ya desde joven supo lo que es levantar trofeos de Liga.

-Esto es una curiosidad, pero tengo grabada una asistencia suya desde la banda a izquierda a Van Nistelrooy, que marcó de cabeza. Fue en San Sebastián.

-Sí, es verdad. Pero la que más se recuerda es una en el Bernabéu, ante el Valencia. También con la zurda y también a Ruud.

-Ese año ganan la Liga.

-Sí. No es fácil para un canterano del Madrid subir en el momento en el que yo lo hice y tampoco apostar por gente joven en esa situación. Si a eso le añades que ganamos la Liga cuando el Madrid llevaba años sin poder lograrla, pues fue una alegría. Fue un año para no olvidarlo nunca, lo guardo como un gran recuerdo por poder compartir vestuario con gente de ese nivel y haber hecho una gran temporada.

-Tiene dos ligas en su palmarés. ¿Eso relaja o exige más?

-Relajar no, porque he compartido vestuario con jugadores que han ganado mucho más que dos ligas y he visto cómo trabajaban diariamente para crecer y ser más reconocidos en este mundo. Eso ha hecho valorar más mi profesión y no ponerme topes en mi trayectoria. Busco terminar el entrenamiento diario con la sensación de que he hecho todo lo posible por mejorar.

-¿Se le exige más por ser canterano del Madrid?

-Sí, puede ser que sí. Creo que el crecimiento que he podido tener yo en la cantera no todos los chicos tienen la suerte de poder tenerlo. No sólo como futbolista, también crecí como persona. Salí hace cinco años ya y me siguen recordando mi paso por el Madrid por la calle y los estadios. Trabajo para que se me reconozca como futbolista profesional que hace bien su trabajo, pero fue un orgullo representar un club tan grande.

-¿Cómo empieza en el fútbol?

-Bueno, tuve la suerte de tener mi colegio frente al estadio Santiago Bernabéu. Todos los días miraba por la ventana al estadio con mucha ilusión. De estas cosas del destino. Una vez nos llevaron de excursión a ver la sala de trofeos y al salir había un departamento para apuntarse a unas pruebas. Nos apuntamos varios compañeros de clase y a los pocos meses hice las pruebas. Tenía siete u ocho años y al poco estaba en la cantera del Madrid.

-Juan Mata, Borja Valero, Álvaro Negredo... Son muchos los jugadores que han salido de ese Castilla en el que estuvo.

-Sí, De la Red, Jurado... Podría decir muchos. Algunos no son tan conocidos pero todos han trabajado para poder vivir del fútbol. Coincidir con gente que es referente del fútbol español es una suerte. Todos han tenido su momento para representar esos valores. Cuando debuté estaban Mata y Valero. Son dos referentes que también han ido con la selección. También Negredo estaba por ahí... Es muy bonito y creo que también para el Madrid que gente de su cantera triunfe en el fútbol mundial.

-Aunque ya le pilla en el primer equipo, ¿cómo es posible que ese Castilla baje a Segunda B?

-A partir de noviembre ya me quedé en el primer equipo y no viví el descenso tan desde dentro. Pero fue muy triste, el tiempo que yo estuve en el Castilla había grandes jugadores y un cuerpo técnico que trabajaba muy bien. Además, inauguramos las instalaciones de Valdebebas. Era un lujo jugar en el Alfredo Di Stéfano, venía mucha gente y hacíamos buen fútbol. Pero Segunda es muy difícil, la segunda vuelta fue muy apretada. El Madrid siempre ha trabajado bien la cantera y espero que así siga.

-Ahora comparte vestuario con Sergio Sánchez, que también estuvo en ese equipo.

-Justo cuando yo subí él vino en el mercado de invierno. Yo lo conocía de la sub 21. Siempre me pareció un gran futbolista. En la cantera del Espanyol siempre han trabajado muy bien, siempre llega a fases finales. Era un jugador importante y lo demuestra aquí. Lo hace impecablemente, con raza, carácter y calidad.

-¿Le gusta la etiqueta que se le pone de bombero en defensa?

-Bueno... No es la etiqueta por la que yo me rijo. Valoro más que el entrenador cuente conmigo para actuar con seriedad en cuatro posiciones que ser bombero, porque mi ilusión, para lo que trabajo, es empezar de inicio cada partido. Pero siempre respetando a mis compañeros, la decisión del entrenador y aportando mi granito de arena. Soy consciente de la ayuda de los compañeros y en este equipo no hay individualidad por encima de ningún jugador.

-Se le conoce más como lateral, ¿cuándo jugó de central?

-En mi etapa en el filial del Madrid. En el Madrid C jugué todo el año de central. En el Castilla empecé de lateral izquierdo porque un compañero tuvo un problema en el hombro. Eso me permitió subir al primer equipo porque Roberto Carlos estaba lesionado. Mi trayectoria ha sido por momentos. No he querido nunca desaprovechar esas situaciones y ahora tampoco, más allá de que haya podido ser más veces lateral derecho. En eso me baso, en estar a disposición del entrenador.

-¿Pero no cuesta cambiar tanto de posición?

-No es un pero, aunque cuando te habitúas a un puesto te acostumbras a orientarte, controlar, golpear de una manera. Sabes que tu compañero está en un sitio y coges automatismos. Cuando varías posiciones te cuesta un poco más habituarte. Pero bueno, ya no en partidos, sino entrenando ya es difícil que durante una semana me coloquen en una misma posición. Estoy acostumbrado, siempre hablo con mis compañeros... Vivo contento en este aspecto.

-Le dio la alternativa Capello. ¿Es tan duro como proyecta?

-A mí personalmente siempre me han gustado los entrenadores exigentes. Al final en el fútbol la exigencia hace que tus cualidades y concentración sean mejores. Como se entrena se juega, creo en eso. Y tuve la fortuna de que en mi primera etapa en el Madrid tuve un entrenador que me ofreció un fútbol similar a como yo lo veo. Gracias también a mi formación y la confianza de Míchel pude demostrar a Capello que estaba preparado para aprovechar la oportunidad.

-Luego llegó Schuster. El año pasado no acabó muy bien aquí.

-También ganamos el título de Liga, teníamos una base del año anterior que hizo que estuviéramos más unidos. Fue un cambio, porque son muy distintos. Pero siempre me he adaptado al entrenador y sus exigencias. Ganamos la Liga y Schuster continuó. Sólo tengo palabras de agradecimiento porque me ayudó a crecer.

-¿Gracia entra en esa categoría de entrenadores exigentes?

-Sí. Resumidamente, porque llevamos poco juntos y seguramente pasaremos por malos momentos y otros de éxito, puedo decir que mis sensaciones con él son muy buenas. Desde el primer momento he visto que es persona clara, directa, pasional. Tengo una muy buena opinión a pesar de que estoy disfrutando de pocos minutos. En eso me baso, en trabajar para convencerle y que en cada minuto que me ofrezca esté contento con mi trabajo.

-¿Qué piensa un chaval que empieza en esto del fútbol cuando le toca defender a Van Nistelrooy o Ronaldo?

-Pues lo vives con mucha alegría, porque estaba en un periodo de formación, era joven y qué mejor que enfrentarte a delanteros de ese nivel. Aprendes cosas que no aprendes en Segunda. Guardo muy buenos recuerdos, en lo deportivo y extradeportivo. Recuerdo su forma de hablar y tratar a la gente joven. Intento en mi día a día trata de la misma manera a los jóvenes que están con nosotros.

-¿Qué le parece dos de ellos, Castillejo y Juanpi?

-Muy bien, me ha sorprendido mucho la calidad individual de ambos. Tienen muchas cualidades y todavía pueden crecer mucho. Es muy importante la cabeza, la concentración en todos los aspectos. Uno no es consciente de estas cosas hasta que no las sufre y no las tiene en primera persona. Veo que están concentrados y valoran la oportunidad que tienen en Málaga. Ojalá sigan así porque, si su camino es éste, seguramente triunfen.

-¿Tantas distracciones entraña el fútbol?

-Por supuesto. El fútbol en España, aparte de ser un deporte, es un estilo de vida. Mucha gente no duerme, no come cuando su equipo no hace bien las cosas. Va más allá de lo deportivo. Te puede alejar de la realidad. Hay que ser profesional, la carrera del futbolista es muy corta, sobre todo en el primer nivel. Trabajas muchos años de pequeño para llegar a tu objetivo y cuando estás en el primer nivel te olvidas rápido de ese camino tan largo. Cuando antes lo asimiles y estés con entrenadores que te permitan seguir creciendo, mucho mejor.

-¿Hay algún futbolista que pensara que tenía todas las condiciones para triunfar y se haya quedado por el camino?

-[Se toma unos segundos para responder] En cuanto al Madrid, cualquiera que haya llegado a jugar en el primer equipo en el camino no se ha quedado, la oportunidad de estar allí no la tienen todos. En el Getafe he coincidido con jugadores que han jugado en Europa League y que han salido con buenos traspasos. En Grecia he estado con jugadores que ganan ligas. Aquí, en poco tiempo, veo que hay jugadores que pueden tener una larga trayectoria en el fútbol y ojalá sigan así. Si el Málaga les da una oportunidad así, deben aprovecharlo.

-¿Cómo surge venir aquí?

-Yo resuelvo mi contrato con Olimpiakos, conozco al director general [Vicente Casado] de hace mucho tiempo y le ofrecen mi posibilidad. Yo valoraba al club de forma especial. Cuando venía con el Madrid y Getafe era una ciudad y afición que siempre me han gustado. Había tenido compañeros, como Saviola, Van Nistelrooy y Baptista, que si habían dado el paso ellos, por qué no lo iba a dar yo. El mercado tiene esos movimientos de última hora. Cuando el Málaga vende a Gámez, conscientes de que mi prioridad era lo deportivo y no lo económico, me llama Husillos y todo fue muy rápido. Desde ese momento, mi convencimiento es trabajar para convencer al entrenador.

-No lo pasó bien en Grecia.

-No, la verdad. Era la primera vez que salía de mi ciudad, de mi país. Un país diferente, club diferente, que jugaba Champions. Eso me hacía ilusión. Además, el entrenador [Míchel] te tiene en consideración y no puedes fallarle. Pero cuando te viene una lesión y no puedes mostrarte no lo pasas bien. Mi familia estaba lejos aunque tuve el apoyo de mi mujer en Atenas, fue muy importante para mí. También son experiencias. He crecido mucho y gracias a esa situación estoy en Málaga y en una situación feliz.

-En otra entrevista dijo que tuvo presiones en Grecia. ¿Se refería a la afición o al club?

-La afición es muy pasional, pero en esas cosas no se mete. Fue más cosa de club. Me ficharon para jugar muchos minutos pero no pudo ser así. No tuvieron paciencia. Toca demostrar que no se han equivocado conmigo aquí y que Olympiakos vea también que puedo hacerlo bien.

-¿Qué Málaga ha encontrado?

-Un club muy familiar, los técnicos son gente cercana, son jóvenes y de alguna manera te dejan libertad, te hacen sentir cómodo. Tenemos un gran vestuario, con veteranos que parecen canteranos más, como Duda o Weligton, a los que me he enfrentado. Tienen un comportamiento genial. Los jóvenes deben valorarlo.

-¿Y qué tal en la ciudad?

-Muy bien. Mi mujer es de Úbeda, tiene su familia cerca. La mía puede venir cómodamente. La afición conmigo es muy cariñosa. Eso me hace feliz y hace que venga todas las mañanas con más alegría. No puedo poner ningún pero, aunque el año es largo, habrá momentos bajos o partidos que no lo haga bien y hay que estar preparados.

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