Juanmi sigue escudándose en su timidez, eso no ha cambiado. Pero asoman más frases de más confianza en sus intervenciones ante los medios. Eso, en él, es producto de un paso adelante, de mayor seguridad. En el campo se puede palpar mejor la evolución. Antes era un jugador de eternas promesas, de chispazos intermitentes pero oportunos. Su juego ahora es más continuo, más protagonista. Aún es muy joven, pero hace años que salió de la crisálida. Ahora ha empezado a abrir sus alas y a volar. Ante el Rayo dio otro partidazo, esta vez, al fin, coronado con un gol. "Cuando un jugador tiene confianza, las cosas salen mucho mejor. El míster me la ha dado y eso es muy importante para uno", argumenta Juanmi, el nuevo Juanmi.

Realmente, a excepción de Pellegrini, todos los entrenadores le dieron confianza a excepción de Pellegrini, con el que vivió un ostracismo que casi lo saca de la carretera. Muñiz lo lanzó al estrellato. Jesualdo Ferreira estaba enamorado de su fútbol pero duró poco. Schuster lo recuperó en el momento oportuno. Y ahora Javi Gracia le ha dado galones. Casi un lustro después de su debut, ha llegado la hora de macerar. Y es una idea que no sale de su cabeza. El tanto contra el Rayo es otro gran impulso para ello. "Un delantero siempre tiene ganas de marcar. Siempre dije que con trabajo los goles llegarían y ha sido contra el Rayo. Pero ahora tengo que seguir trabajando y ganarme el puesto para el fin de semana, tengo que devolver la confianza al míster", arguye.

"Sólo quiero ser mejor jugador y ayudar al equipo", insiste, porque cualquier objetivo a largo plazo no le gusta. En su meteórico debut, con gol en Getafe para romper récords de precocidad, muchos sueños y proyectos de futuro se le agolparon en poco tiempo. Demasiada burbuja para un adolescente de 16 años acostumbrado a jugar bien y meter goles, si bien en un entorno tranquilo. Le costó digerir todo eso. Hoy en día sabe convivir con ello, otra de las claves para su paso al frente. Por eso fía cualquier buena noticia a lo colectivo: "Uno está contento por el gol, pero sobre todo porque ayudó al equipo".

El nuevo póquer de ataque, los tres malagueños y Amrabat, gustó mucho . Él también lo disfrutó. "Nos divertimos en el campo y la afición disfrutó con un gran partido", explica Juanmi, feliz con esa libertad de movimientos que tienen los de arriba: "En un equipo, la movilidad es muy importante. Tenemos gente rápida y con mucha movilidad, algo que es clave porque te permite crear muchas ocasiones. Hay muchas líneas de pase". Por esas se cuela él para dar un aire diferente a la delantera.