El fútbol no da tregua. Voraz y desmemoriado, da una importancia efímera a los éxitos, pronto el listón empieza a jugar en contra de los equipos ante la sed insaciable de sus aficionados. Que se lo digan al Málaga. A estas alturas, debería estar celebrando que el año que viene enlazará su octava temporada consecutiva tras certificar ante el Deportivo su permanencia de manera matemática. Un logro histórico teniendo en cuenta la trayectoria de la entidad. A muchos les habría costado creer que a falta de cinco partidos por disputarse ya no habría que preocuparse por el descenso. Muchos de ellos son los que ayer se fueron de La Rosaleda mosqueados porque ven que la posibilidad de estar en Europa el año que viene se esfuma. El fútbol, voraz y desmemoriado.

Es incuestionable que el Málaga no anda fino. El primero en reconocerlo y padecerlo es el propio Javi Gracia. Fue exageradamente prudente cuando las maneras y los puntos de los suyos hacían presagiar que la salvación se les quedaba corta. Pero en cuanto la distancia se hizo considerable también fue el primero en exigir a los suyos que dieran todo por pelear la clasificación europea. No ya la séptima plaza, que por entonces se defendía con suma comodidad de puntos, sino la sexta del Villarreal. Su conferencia de prensa del domingo, en la que daba casi por pérdida la lucha por la Europa League, destilaba el desencanto que sólo puede ser propio de alguien que ambiciona lo máximo.

El conjunto blanquiazul continúa siendo séptimo, posición de la que nadie le desbanca desde que la asió en la jornada 13 (incluso en las dos anteriores figuraba sexto). Pero el colchón ha ido menguando de tal manera que hoy el Athletic puede arrebatarle su escaño si vence a la Real Sociedad en el primera encuentro de la jornada 34. El Málaga ha ido perdiendo fuelle en la segunda vuelta, en la que se ha notado un evidente bajón. Aunque de ambas cosas, más de resultados que de fútbol. Si cerró la primera vuelta con 31 puntos, igualando así la mejor de la historia, en los 14 partidos que se llevan disputados de la segunda ha logrado 16, lo cual le sitúa en la decimocuarta posición de dicha tabla. Así que de aquí al final tendría que vencer a sus cinco adversarios (Celta, Elche, Almería, Villarreal y Sevilla) para conseguir, como máximo, igualar esos 31 puntos del primer parcial. Las sensaciones, desde luego, especialmente a domicilio, no invitan a pensar en que se pueda certificar un pleno de triunfos.

La tendencia de sus perseguidores, al contrario, es claramente alcista. El Athletic, el que más cerca está, le ha recortado en estos 14 partidos 11 puntos. De hecho, es el mejor sexto equipo en lo que va de segunda vuelta. El Celta, el séptimo durante este tramo, le ha comido cinco; el Espanyol tres y el Rayo dos. Incluso el Villarreal, que hace siete jornadas que no gana un encuentro, ha aumentado en dos más la diferencia con los blanquiazul en este tiempo.

El Málaga no ha podido mantener su fulgurante ritmo de la primera vuelta. Para muchos, se ha venido abajo; los más justos reconocen que era bastante complicado mantener ese listón. Con todo, sigue dependiendo de los blanquiazules la posibilidad de al menos conservar la séptima plaza.